Venezuela

Oposición no sabe cómo aprovechar la crisis del chavismo

Los principales líderes de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD) coinciden en que la situación que enfrenta Venezuela es crítica y en que necesitan una estrategia común para convertir las elecciones parlamentarias de 2015 en un catalizador del cambio político en el país. 

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Foto AP (Fernando Llanos)

Sólo que todavía no saben como conseguirlo y deshojan la margarita mientras buscan ponerse de acuerdo en el discurso y actuar en consecuencia.

“La preocupación y la conciencia del problema existen, el reto es de orden operativo”, reconoce Pedro Benítez, coordinador de políticas públicas de Acción Democrática. Benítez confiesa que el propio secretario ejecutivo de la MUD, Jesús “Chuo” Torrealba, ha llamado la atención sobre la importancia de presentarle a los venezolanos una “alternativa clara” frente a la crisis que sacude a la nación.

El portavoz de AD sostiene que pese a las diferencias ideológicas y políticas que pueden separar a los factores de la coalición opositora, los equipos técnicos ya se reúnen para revisar y “actualizar” sus propuestas.

“No comenzamos de cero, hay mucho material”, aclara el historiador, tras recordar que en 2010, antes de los comicios legislativos de ese año, presentaron un documento titulado “100 soluciones para la gente” y en 2012, en el marco de la carrera presidencial, publicaron los “Lineamientos programáticos para el Gobierno de Unidad Nacional”.
Benítez considera que la MUD debe insistir en la tesis de “independizar” al país del petróleo, planteando iniciativas que “generen empleo, exportaciones, divisas y riqueza” para relanzar las finanzas públicas.

Mea culpa

“La caída de la popularidad del Gobierno del presidente Nicolás Maduro no ha ocurrido por una oposición activa y punzante, sino por la crisis económica y su incapacidad. Ahora nos toca interpretar el momento y generar una estrategia para cobrar en medio de esta situación”, declara Enrique Márquez, jefe de Un Nuevo Tiempo.

En tono autocrítico, Márquez admite que “hasta ahora no hemos estado a la altura” del compromiso y opina que para alcanzar el éxito en 2015 deben ejecutar “una oposición más frontal” contra Maduro y “garantizar el único elemento que resulta indispensable: la unidad de las fuerzas opositoras”.

El diputado por el estado Zulia cree que la MUD tiene que “romper el esquema de acción tradicional” y concentrarse en atraer al chavismo descontento. “Debemos convertir la unidad opositora, que es indispensable, en una unidad nacional”, apunta.
Márquez destaca que el derrumbe de la cotización del crudo solo ha venido a confirmar el fracaso del modelo socialista, “basado en el crecimiento del Estado en detrimento del sector privado y la producción nacional”.

“Ahora que el país comenzaba a ver cómo el modelo socialista hacía aguas, se registra la caída de los precios del petróleo, creando una ‘tormenta perfecta’ sobre el Gobierno. El momento no puede ser más dramático, no han podido frenar el crecimiento del dólar paralelo y aparentemente no tienen recursos suficientes para mantener funcionando el Estado”, enfatiza el líder de UNT.

Márquez está convencido de que Maduro “debe tomar algunas decisiones” referidas al mercado cambiario, la disminución del gasto público y “la recuperación de la factura petrolera, mediante la suspensión de convenios que atentan contra el interés nacional”.

Sin coraje

Para el presidente de Copei, Roberto Enríquez, lo peor no es el descalabro del crudo. “La verdadera tragedia es el poco coraje que tiene el Gobierno para cambiar este modelo económico”, asevera el vocero de los socialcristianos.

“Si el Gobierno diera señales de estar dispuesto a desmontar los controles, incluido el de cambio, respetar la propiedad privada y la autonomía del Banco Central de Venezuela, promover la competencia y proteger a la clase trabajadora, podría compensar la caída del petróleo con inversiones y el retorno del capital fugado”, apostilla.

Enríquez vaticina un 2015 con mayor inflación y escasez, como consecuencia de la falta de divisas, la reproducción de dinero inorgánico y la postración del aparato productivo. “85% de los venezolanos tienen un salario de hambre, razón por la cual la situación del país es explosiva”, alerta.

El representante de los verdes advierte que la soberanía nacional puede resultar lesionada por fallos desfavorables en el sistema de arbitraje internacional y la amenaza de que “fondos buitres” adquieran la deuda externa, repitiendo el caso de Argentina. “El Gobierno cree que hipotecarse con los chinos para pagarle a los gringos es un gran negocio”, ironiza.

Frente a este panorama, ¿qué debe hacer la oposición? “La estrategia es ir unidos a esas elecciones parlamentarias”, responde Enríquez, quien apuesta por “ofrecer una alternativa unida, coherente, que garantice que el Parlamento sí puede cogobernar, corregir los entuertos económicos, controlar la corrupción y forzar a Miraflores a desmontar el modelo socialista”.

“Tenemos que entender que la unidad es un dogma, no las primarias o el consenso. Espero que ningún factor político se considere el ombligo del mundo y pretenda utilizar el momento para sacar provecho individual, este es un momento de oro para crear una plataforma de lucha que incluya a mucha gente”, subraya.

Dura tarea

El secretario ejecutivo del Movimiento Progresista de Venezuela, Simón Calzadilla, comenta que de todos los miembros de la MUD ha escuchado que “comparten la preocupación y necesidad de tener una oferta creíble, capaz de ganarse la confianza de los venezolanos para obtener una victoria holgada, entendiendo que este puede ser el inicio para soluciones estructurales a los males del país”.

Sin embargo, indica que “falta la concreción” de ese pacto unitario. “Aquí participan más de 27 partidos, es un proceso de debate complejo. El reto es marchar no solo con candidatos sino con discurso y estrategia única”, expone.

Calzadilla es optimista sobre el futuro de la coalición. “Todo lo tenemos que hacer con prudencia y altura, evitando ventilar nuestros conflictos internos, pues ya contamos con instancias dentro de la Unidad para abordarlos y resolverlos”, resume.

El dirigente del MPV avizora un 2015 tempestuoso. Aunque ahora la discusión se centra en la caída del petróleo, no olvida que con un barril sobre los 90 dólares la administración de Maduro “no ha pagado más de 12 mil millones de dólares en importaciones que ha autorizado, causando escasez, y nuestras reservas internacionales están en el suelo”.

“Si los precios del crudo se mantienen en 60 dólares, dejan de ingresar más de 25 mil millones de dólares. ¿De dónde va a sacar el Gobierno las divisas que requiere? ¿Hasta cuándo se va a financiar el Gobierno y Petróleos de Venezuela con emisión de deuda?”, interpela Calzadilla, quien describe un cuadro económico marcado por la baja de la producción de alimentos, la ausencia de insumos para trabajar el campo, la ruina de la industria del cemento y el retroceso de Pdvsa.

A juicio del portavoz del MPV, todo este panorama adverso desemboca en dos posibles salidas: “o un cambio de Gobierno o que el Gobierno cambie radicalmente su política económica, que ha dejado a las empresas confiscadas y expropiadas en manos de la burocracia del Partido Socialista Unido de Venezuela”.

Abrir los ojos

El coordinador nacional de Primero Justicia, Julio Borges, señala que “el país sufre por la irresponsabilidad del Gobierno”, que habría incumplido su promesa de incrementar la producción petrolera. “Dijeron que en 2012 íbamos a producir 6 millones de barriles diarios y hoy estamos por debajo de los 3 millones”, acota.

Borges expresa que la lucha de 2015 “se trata de una realidad que debe llevar al país a darse cuenta de que el modelo del Gobierno nos ha hecho más dependientes del petróleo, al destruir la economía”. Bajo esa premisa, PJ resalta la relevancia de las elecciones parlamentarias para cambiar el rumbo de Venezuela.

“Cada venezolano podrá decidir entre una economía paralizada o la posibilidad de tener un país de producción, de trabajo con el sector privado, de seguridad y confianza, abandonando el modelo estatista cubano”, concluye Borges.

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