Internacionales

La ofensiva preventiva del ejército cubano contra el zika

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Motomochilas en mano, una brigada de militares toma al amanecer la cuadra de Coralia Tosar en el municipio «10 de Octubre», el más poblado de La Habana, para cumplir la orden del general Raúl Castro: librar una batalla sin cuartel para que Cuba siga siendo territorio libre de zika.

«Las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR) nos están dando el apoyo (…) para lograr esta actividad de la prevención del dengue, el chicunguña y el zika», declaró a la AFP el médico Abel Fernández, director de una policlínica en 10 de Octubre, mientras recorría la zona donde trabajaban los uniformados.

El ajetreo de esas brigadas era también visible este miércoles en otros de los 15 municipios de la capital cubana, como el céntrico Vedado, un día después de que el presidente cubano ordenara, en un llamamiento al pueblo, la movilización de 9.000 soldados de las FAR para apoyar la campaña contra el mosquito Aedes aegypti, y prevenir la entrada y propagación del virus del zika, que afecta a más de una veintena de países de América Latina.

La cruzada, que puede extenderse por unos dos meses, se suma a los rigurosos controles ya establecidos en puertos y aeropuertos del país, así como a las pesquisas de síntomas febriles en la población, principalmente en embarazadas, como la que realizaban este martes los médicos del centro de salud que dirige Fernández.

La tarea es ardua y el riesgo inmenso. El ministro cubano de Salud cubano, Roberto Morales, dijo recientemente que, aunque no se ha registrado ningún caso de zika en la isla, en 55 de sus 168 municipios existe «una alta infestación del género aedes, especialmente del aegypti y el albopictus», ambos transmisores del virus.

El brote de zika, que ha encendido las alarmas sobre todo por su potencial vinculación con malformaciones congénitas, podría causar entre tres y cuatro millones de enfermos en el continente americano, según la Organización Mundial de la Salud, que declaró una emergencia internacional.

  Nada escapa al visor 

Desde hace más de una década Cuba libra una cruzada contra el aedes, con fumigaciones periódicas en casas e instituciones, pero los cubanos se quejan de que esa labor no siempre se realiza de forma consciente e incluso de que algunos isleños la eluden.

De ahí que ahora muchos vean como una garantía la participación del ejército, que tendrá el apoyo de unos 200 agentes de la policía.

Los efectivos, que lucen uniforme de campaña verde olivo, inspeccionan casa por casa, buscando cualquier reservorio donde el mosquito pueda reproducirse, sea en jardines, patios, macetas y hasta en vasos espirituales, y solo después comienzan a fumigarla.

«Después entra el trabajo del adulticida (agentes químicos) para matar al mosquito que está volando, que es el que verdaderamente transmite cualquier tipo de enfermedad como el zika», explicó a la AFP un supervisor de la campaña, Norberto Soroa.

En la cruzada, que incluye una fuerte campaña de higienización y de poda de árboles en los barrios de la capital, también se involucraron los Comités de Defensa de la Revolución (CDR) -hay uno en cada cuadra-, que comenzaron a entregar el lunes un documento «que contiene las medidas a adoptar por las familias para combatir el mosquito y evitar la epidemia».

Los CDR, autoproclamados «ojos y oídos de la revolución», también organizarán reuniones vecinales para abordar el tema y trazar estrategias, según el noticiero de televisión.

«Todo lo que sea por el bien de la ciudadanía, tanto niños como personas mayores y enfermos», vale la pena, dijo Tosar, de 78 años, mientras que su vecino Amado Jain (52) agradece que «el gobierno se encargue y que haga gastos para la salud» del pueblo.

Aunque como afirma el país «está rodeado por todos los lados» del virus, Soroa es optimista en que la campaña «logre evitar que el zika entre a la isla».

«Se tiene que lograr (…) De hecho todo esto que estamos haciendo es para evitar que se propague el virus en Cuba», y «si en algún momento llegara, el impacto sería menor, porque nos estamos preparando desde ahora», concluyó el supervisor.

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