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La tragedia griega de la Vinotinto

Venezuela consigue su primer punto en las eliminatorias suramericanas al empatar 2-2 con Perú. La interpretación del resultado, inesperado por todas las circunstancias negativas que rodeaban al encuentro, dependerá según el viejo dilema de ver el vaso medio lleno o medio vacío.

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No es la primera vez que a Venezuela le roban el manjar de la boca. En el pasado hay demasiados ejemplos. Ahí está Chile, un verdugo histórico. O sin ir muy lejos, Paraguay se llevó los tres puntos de Puerto Ordaz cuando era impensable que pudiera marcar (minuto 85), siquiera, un gol. “Somos Don Regalón”, dijo el estratega Noel Sanvicente sobre la tendencia a permitir tantos al inicio o al final de cada tiempo. Brasil aún retumba en la memoria. No es la primera vez y tampoco será la última.

En una conversación que por motivos profesionales tuve antes de la Copa Confederaciones con el periodista Juan Pablo Varsky acerca de la Vinotinto, discutimos sobre esa tendencia de Venezuela de estar “casi” siempre en la puerta de algo histórico. El argentino argumentaba lo siguiente: “Venezuela ya compite, bien, ahora debe APRENDER a ganar”. Partidos como este son un ejemplo gráfico de ese análisis. “Chita” lo explicaba de otra manera: “Siempre nos falta un medio para completar un real”.

No es un tema de técnicos, tampoco de jugadores. Con Richard Páez y con César Farías, los grandes compromisos, esos que abren la frontera de la historia, se han perdido. Ayer, de hecho, se estuvo a un segundo de vencer a Perú. Hoy las conversaciones girarán en torno al error de Ángel Faría y de los centrales en el gol del empate. Sin embargo, basta ir a la hemeroteca para encontrar decenas de relatos parecidos.

Ahora bien, podemos centrarnos en esa tendencia de recibir goles en los últimos minutos bautizada como “la venezolanada”, o comentar las cosas positivas que se vieron ante Perú. Supongo que si usted está lleno de rabia, las siguientes líneas le sabrán a casabe. Pero, si por suerte encara este texto con el espíritu de monje budista, entonces encontrará muchas razones para alegrarse.

En primer lugar, este ha sido el único partido, luego del debut como local ante Paraguay, en el que Venezuela opuso real resistencia. Y, repito, no es cualquier cosa ante una Perú que necesitaba urgentemente sumar unidades. Luego, es el encuentro en el que menos le han ganado las espaldas a los defensas centrales. En general, la defensa fue mucho más sólida que en las presentaciones anteriores. Eso, para una línea de cuatro inédita, es un paso gigantesco.

Después, se le debe dar todo el crédito a Noel Sanvicente. Y no voy a esconderme. Soy de los que opinó que debió dar un paso al costado luego de la derrota contra Ecuador. Sin embargo, su apuesta por Josef Martínez dio resultados en el primer tiempo. Se entiende bien con Salomón Rondón y generó faltas que lamentablemente no pudieron ser capitalizadas. De esa combinación pudo llegar el primer gol.

No obstante, fue la ficha a Juanpi Añor la que dio pleno al olfato del DT. Y no solo por el penal, que abrió el marcador. La excelente ejecución de Rómulo Otero –otras de las figuras del plan renovación- quedará en la historia como la primera conquista de este Quijote español. El hijo de Bernardo representa muchas cosas. Es el galán que las chicas esperan en el baile de graduación, pero también el pana que se sacrifica por todos. Entiende el fútbol como David Beckham; un hombre que solicitaba a gritos que no lo vieran por su belleza sino por lo que podía aportar.

Y debemos darle unas líneas a Mikel Villanueva. Por su banda llegaron las opciones más claras del rival, que ni Pizarro ni Guerrero ni Farfán pudieron capitalizar. Nótese que, como en aquella canción del Santo Cachón, no fueron uno ni fueron dos… Sin embargo, cuando todo el equipo enderezó, este chamito se convirtió en figura del encuentro, al punto que antes de su gol, hizo un recorte a lo Roberto Carlos. Ahora sí, volvamos a su tanto: busquen en la historia del fútbol venezolano un lateral que le haya pegado de manera tan hermosa a un tiro de esquina. Me escriben cuando lo encuentren.

¿Por qué creció Villanueva? Porque Rincón y Arquímides Figuera se echaron el equipo al hombro. Cada vez que las líneas presionaron más lejos de Alain Baroja, allí estaban ambos. Sobre todo el volante del Deportivo La Guaira, a quien queríamos ver mucho más en esa posición. Si Perú fue perdiendo intención fue gracias al bullying de esta pareja. Se convirtieron en los malvados que le tumban el helado en las piñatas a los niños.

Sí, Wilker Ángel falló en el cierre, cuando quedaban segundos y de allí llegó el 2-2. No obstante, para quien escribe, hizo un partido correcto. Tal vez su pifia no sería recordada si Baroja hubiera mostrado solvencia en el descuento. El gol en el minuto 61 merecía una acción felina y sin embargo la repetición lo muestra como el protagonista de un blooper. Por más que queramos defenderlo, los errores del arquero no son esporádicos. He aquí una de las decisiones que deberá tomar el estratega venezolano para las próximas convocatorias. Tampoco es un tema nuevo para un técnico criollo. Renny Vega fue, en su momento, un portero cuestionado.

Y en esas tareas de confesar –ahora que andamos en Semana Santa – nos encontramos con el incómodo tema de explicar la desaparición de Salomón Rondón y su infantil tarjeta amarilla. Por esa cartulina no podrá estar ante Chile. No se le puede acusar de no sacrificarse, pero el delantero que hace vida en la Premier League actúa como si su pelea fuera otra. Lo fácil sería relacionar su actuación con las declaraciones dadas al diario As, en las que mostraba sus diferencias con la FVF. Pero – y esto es especulación – en el campo luce tan fuera de línea de lo que propone Sanvicente como le sucedía a Juan Arango a días de su retiro.

El tiempo y el resultado no da para que evaluemos los cambios de Carlos Cermeño, Alejandro Guerra y Adalberto Peñaranda. Pero sí para pensar que la Vinotinto no se destiñe por uso. Hay nueva sangre. Contra Chile, con el regreso de Roberto Rosales, Luis Manuel Seijas y Semma Velázquez se verá si este triste final contra Perú es parte de la histórica tragedia griega a la que está condenada Venezuela o si es el inicio de una nueva era.

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