Opinión

El Informe de la ONU (I): Los lugares de detención, el Sebin

En el edificio de Plaza Venezuela el Sebin mantiene una “extensa zona de detención” que ha sido conocida como “La Tumba”, que cuenta con 7 celdas. En La Tumba, los detenidos son sometidos a lo que se conoce como “aislamiento celular” y, a menudo, mantenidos en régimen de aislamiento prolongado

Sebin
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A mediados del pasado mes de septiembre se difundió lo que es, hasta ahora, es el más contundente informe especializado e independiente sobre los patrones de violaciones a derechos humanos en Venezuela.

El informe fue producido por la Misión de Verificación de los Hechos durante su primer año de actividades, sin contar con la colaboración del gobierno de Nicolás Maduro. En su presentación ante el Consejo de Derechos Humanos de la Organización de Naciones Unidas (ONU) se dejó claramente establecido que en Venezuela, desde que Maduro está en el poder, se han establecido patrones sistemáticos en casos de ejecuciones extrajudiciales, desapariciones forzadas, detenciones arbitrarias, tortura y otros tratos crueles, inhumanos o degradantes, incluida la violencia sexual o de género.

Con este artículo iniciamos en El Estímulo una serie de textos para difundir casos o aspectos relevantes documentados en este informe, que sin duda puede catalogarse de histórico. La misión que trabajó durante un año recibió del Consejo de Derechos Humanos un espaldarazo al ampliarse sus funciones por otros dos años.

El apartado referido a los lugares de detención en Venezuela comienza retratando lo que ocurre en las instalaciones del Servicio Bolivariano de Inteligencia (Sebin). Una historia contada en detalle en El Estímulo es la de Antonia Turbay, cuyo caso es colocado de ejemplo de cómo este cuerpo de seguridad del Estado no liberó a detenidos y detenidas en espera de juicio, a pesar de las órdenes judiciales que aprobaban su liberación.

De acuerdo con testimonios recabados por la misión, a los presos políticos se les mantenía en detención aun existiendo órdenes judiciales para que fuesen puestos en libertad, mientras que a los presos comunes el SEBIN les cobraba una tarifa para cumplir sus órdenes de liberación. A los presos políticos se les mantiene en dos sedes, el edificio del Sebin en Plaza Venezuela y El Helicoide, ambos en Caracas.

En el edificio de Plaza Venezuela el Sebin mantiene una “extensa zona de detención” que ha sido conocida como “La Tumba”, que cuenta con 7 celdas. En La Tumba, los detenidos son sometidos a lo que se conoce como “aislamiento celular” y, a menudo, mantenidos en régimen de aislamiento prolongado. Las celdas miden aproximadamente 6 metros cuadrados, están bajo tierra, no tienen ni luz ni ventilación natural. El aire acondicionado se mantiene a temperaturas elevadas y las 24 horas al día está encendida la iluminación.

“La falta de relojes hizo que los detenidos perdieran la noción del tiempo. Algunos marcaban la hora con el sonido del metro. Algunas celdas tenían vigilancia las 24 horas del día. Por la noche, los detenidos debían hacer sus necesidades dentro de la celda en un recipiente de plástico o en un periódico”, reza el documento de la ONU.

En el caso de El Helicoide, personas que estuvieron detenidas allí y que brindaron su testimonio a la misión, relataron que se carecía de agua y en el lugar de detención existían infestaciones (roedores y cucarachas). Las personas detenidas no tenían acceso a agua potable para beber, bañarse o limpiar la ropa u otros artículos.

Dentro de El Helicoide existen dos celdas grandes bautizadas como “Guantánamo” y su anexo, la celda “Guarimbero”. La mayoría de los detenidos por motivos no políticos estaban en la primera y los presos políticos o detenidos en protestas en la segunda. En ambos espacios, los detenidos estaban hacinados, sin acceso al agua o al baño, estableciendo turnos para poder dormir en el piso.

Otro espacio de detención se le conoce como “Las Escaleras”. Se trata en realidad de una celda improvisada que carece de agua corriente y baños. En sus testimonios ante la misión, varios ex detenidos la describieron como “infestada” de roedores e insectos. Además, efectivos del SEBIN utilizaron esta celda para golpear y cometer otras torturas contra los detenidos mientras estaban esposados a la barandilla de la escalera.

Una celda de castigo se le conoce como “El Tigrito”, un cuarto oscuro de aproximadamente 4 x 4 metros sin ventanas ni luz eléctrica. Otra celda de castigo era el “Bañito”, un cuarto caliente y húmedo cubierto de azulejos, que antes funcionaba como baño. En este espacio se aplica tortura o sencillamente se dejan aislados a los detenidos durante varios días.

El mandato de la misión de la ONU incluye de forma explícita determinar la violencia sexual y de género. En el caso de El Helicoide, las mujeres detenidas estaban igualmente hacinadas y sin acceso al agua, ni siquiera en los días de menstruación. A pesar de que en El Helicoide trabajan guardias mujeres, la custodia sobre las mujeres presas la ejercen principalmente hombres.

Varios testimonios recopilados por el equipo independiente de expertos designados por la ONU, daban cuenta de que los funcionarios del Sebin intercambiaban actos sexuales a cambio de algún bien o privilegio para las detenidas, también se incluyen casos en los cuales los efectivos de seguridad pagaban por sexo. Todo esto ocurre sin que haya medidas de prevención del embarazo o acceso a exámenes médicos o anticonceptivos. 

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