Un acuerdo democrático nacional para asumir la responsabilidad colectiva y avanzar en la edificación del porvenir, salvar vidas y evitar más sufrimiento y más víctimas es el llamado del Foro Cívico, iniciativa libre salida de la sociedad civil que es como un soplo de brisa fresca en la pesada atmósfera nacional.
Bienvenido este esfuerzo de entendimiento que promueven organizaciones sociales, empresariales, sindicales, académicos y ciudadanos motivados por la doble pasión de la venezolanidad y la fe en nuestras capacidades cívicas. En eso vienen trabajando desde hace tiempo, organizaciones muy respetadas del civismo patrio que no son partidistas ni pretenden serlo, pero que están libres del virus antipolítico que tanto daño nos hace, tanto en la opinión como en los liderazgos y no solo me refiero a quienes detentan el poder. Hay antipolítica desde adentro y desde afuera del poder, de derecha y de izquierda. Este Foro no es expresión de ese negativismo maniático, sino de un muy positivo espíritu de encuentro nacional.
Su labor no es de ayer para acá. Ya tuvo manifestaciones muy significativas en 2019 e inicios de 2020, buscando fortalecer el camino electoral a través de la creación de condiciones que hicieran de esa convocatoria constitucional una oportunidad digna de confianza para todos. No se pudo, pero no se rinden.
El de Foro Cívico es un nombre muy bien escogido, no solo por sus reminiscencias de la “revolución de terciopelo” checa y la figura simbólica de un patriota de la inteligencia y los valores del intelectual y líder Vaclav Havel, sino porque resume en sí la naturaleza de lo que anhelamos como sociedad, aunque no necesariamente lo conceptualicemos. Un espacio de encuentro plural, abierto a todos pero no neutral porque tiene valores y persigue objetivos de civilidad e institucionalidad democratizadora.
Sus promotores y promotoras quienes se han ganado mi admiración, han llamado sus encuentros Foros Cívicos Multiactores y en su documento Foro Cívico Nacional. De seguro estas denominaciones tienen sentido cuando se procura una convergencia tan amplia, pero con toda cordialidad y en el mejor ánimo solidario les sugiero no complicar las cosas. Foro Cívico es sencillo, elocuente y fácil de recordar. Los agregados al final son redundantes.
La dirigencia política, tanto la gubernamental como las que se plantean como alternativas y ante quienes se viene haciendo el reclamo de unidad en objetivos, estrategia y organización, deben prestar atención a esta iniciativa que de mueve desde abajo y que es una reacción de defensa ciudadana constructiva ante la polarización calcificada y el juego trancado.
El acuerdo democrático nacional que plantean y que es perentoria exigencia de la realidad, tiene siglas que expresan una feliz coincidencia. ADN, Acuerdo Democrático Nacional. Y es que la convivencia libre, la resolución de nuestras diferencias en paz mediante los mecanismos de la democracia están en el ADN venezolano. Ese es su gran valor.