Vivir con ilusión: un camino hacia una vida más significativa
El ejercicio de proyectar el futuro con ilusión tiene inmensos beneficios. Por lo tanto, imaginarnos un desenlace futuro bajo un escenario optimista y es un aliciente para enfilarnos en la búsqueda de un propósito y darle sentido a nuestra vida
“El que vive de ilusiones muere de desengaños”. ¿Te parece conocida esa frase? ¿Cuántas veces no la oímos decir a nuestros padres o amigos? Seguramente muchas, al expresar tus aspiraciones en tiempos de juventud y la respuesta anticipada o más bien predictiva de otros para asegurar que tus deseos son difíciles de lograr.
Si bien habrá muchos que comulguen con el dicho anterior, el ejercicio de proyectar el futuro con ilusión tiene inmensos beneficios. Por lo tanto, imaginarnos un desenlace futuro bajo un escenario optimista y, diría, posible, es un aliciente para enfilarnos en la búsqueda de un propósito y darle sentido a nuestra vida. Al fin y al cabo, la mente está capacitada para anticipar el futuro.
La búsqueda de un propósito en la vida es una aspiración universal que ha cautivado a filósofos, pensadores y personas de todas las culturas a lo largo de la historia. Tener una ilusión o propósito en la vida no solo es una fuente de satisfacción personal, sino que también conlleva una serie de beneficios que pueden enriquecer nuestra existencia de manera profunda y significativa.
En primer lugar, vivir con una ilusión proporciona un sentido de dirección en nuestras vidas. Saber hacia dónde nos dirigimos y por qué nos levantamos cada día, nos brinda una brújula interna que nos guía a través de los desafíos y las vicisitudes de la existencia. Esta claridad nos permite tomar decisiones más informadas y alinear nuestras acciones con nuestros objetivos a largo plazo.
Lo anterior, indiscutiblemente, tiene un impacto positivo en la motivación. Cuando tenemos un objetivo claro en mente, encontramos una fuente inagotable de inspiración y determinación. Nos sentimos impulsados a superar obstáculos, a perseverar en tiempos difíciles y a dar lo mejor de nosotros mismos en la búsqueda de nuestro propósito. Esta motivación intrínseca nos impulsa a alcanzar logros que de otra manera podrían parecer inalcanzables, lo cual fomenta la resiliencia.
En definitiva, ante los constantes desafíos que nos presenta la vida, tener un propósito sólido nos brinda la fuerza emocional para enfrentar las adversidades con valentía y con ello, renunciar a lo que queremos no se convierte en una opción. Nos permite ver los obstáculos como oportunidades de crecimiento y nos ayuda a mantener una mentalidad positiva incluso en los momentos más oscuros.
Hasta aquí parece claro que vivir con ilusión nos proporciona esa chispa que muchas veces es esquiva por los avatares propios que se nos presentan. Pero esto no es todo, puedo aportarte otros datos:
Incremento de emociones positivas
La satisfacción y el bienestar emocional aumentan cuando estamos comprometidos con una causa u objetivo significativo.
Experimentamos emociones positivas con más frecuencia y somos más capaces de lidiar con el estrés y la ansiedad. Un propósito en la vida nos proporciona un ancla emocional que nos ayuda a navegar por las aguas turbulentas de nuestras emociones.
Conexión social
Vivir con propósitos a menudo involucran interactuar con otras personas o contribuir a la comunidad de alguna manera. Esto puede fortalecer tus conexiones sociales y proporcionarte un sentido de pertenencia.
Longevidad
Algunas investigaciones sugieren que tener un propósito en la vida está relacionado con una mayor longevidad. Las personas con un propósito tienden a cuidarse mejor y a tomar decisiones más saludables.
Sentido de plenitud
Un propósito puede brindarte una sensación de plenitud y significado en la vida. Puedes sentirte más completo y satisfecho cuando sientes que estás contribuyendo a algo más grande que tú mismo.
Reducción del estrés y la depresión
Tener un propósito puede ayudar a reducir los niveles de estrés y la depresión, ya que te brinda un motivo para levantarte cada día y enfrentar los desafíos de la vida.
Como podemos ver, los beneficios de vivir ilusionados no van directamente relacionados con sufrir una decepción automática. Más bien, mejora tu estado de ánimo en general y te enruta hacia un espacio de control donde solo tú tienes la llave.
Claro está, una ecuación importante para que funcione todo lo que hemos documentado en este artículo es establecer objetivos o deseos que sean reales, con posibilidad cierta de poder alcanzarlos. De nada nos vale ilusionarnos con algo irreal. Recordemos que reducir la brecha entre expectativas y realidad vivencial es un factor inequívoco para sumar a tú bienestar.
En conclusión, vivir con una ilusión conlleva una serie de beneficios notables que mejoran nuestra calidad de vida en múltiples dimensiones. Nos da dirección, motivación, resiliencia y bienestar emocional, conexiones sociales más fuertes, una vida más larga y, lo más importante, un sentido profundo de significado y plenitud. La búsqueda constante de un propósito en la vida es un viaje que puede transformar nuestras vidas de manera extraordinaria.
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