Opinión

¿Por qué los buenos empleados pierden la motivación?

Es común ver cómo empleados brillantes van perdiendo rendimiento e interés. ¿Qué ocurre? Muchas veces las razones están en la propia política corporativa, que genera desmotivación

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Cortesía Pexels |Composición de imagen Cynthia País

La motivación es un factor clave para el desempeño y la satisfacción laboral de los empleados. Es muy común ver como empleados brillantes van perdiendo empuje y el interés de mirar a la empresa como una oportunidad a largo plazo, lo que se traduce en una disminución de su rendimiento, de su compromiso, creatividad e iniciativa; así como, en un aumento del estrés e insatisfacción laboral que comúnmente termina en absentismo y peor aún, en renuncia.

La complejidad para consolidar un ambiente laboral sin sobresaltos es enorme, en general, y diría particularmente en nuestro país por los desmanes propios de la economía y la reducción de oportunidades reales de crecimiento.

En la ecuación de desmotivación, como siempre hemos dicho, se suman factores de liderazgo, y de políticas que, si no son bien atendidos, origina la frustración de muchos. Ahora bien, ¿Qué causa esta situación y cómo se puede evitar?

Según los expertos, hay varias razones por las que los buenos empleados pierden la motivación, entre las cuales, podemos mencionar las siguientes:

Falta de reconocimiento y recompensa

Los buenos empleados necesitan sentir que su trabajo es valorado y apreciado por sus jefes y compañeros.

Creo que lo anterior es un elemento tácito; sin embargo, muchas veces el cuerpo directivo ignora su relevancia. Cuando estos no reciben el reconocimiento y la recompensa por el trabajo desplegado, o el feedback es inadecuado, se sienten frustrados y desilusionados.

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Foto Anna Shvets / Pexels

De allí que las organizaciones deben establecer sistemas de evaluación y retribución justos y transparentes, que reconozcan y recompensen el desempeño, el esfuerzo y los logros de los buenos empleados, tanto de forma individual como colectiva, y que se les brinde feedback constructivo y oportuno.

Falta de desafío y crecimiento

Los buenos empleados buscan constantemente mejorar sus habilidades y competencias, así como asumir nuevos retos y responsabilidades. Cuando su trabajo se vuelve monótono, rutinario y aburrido, o cuando no tienen oportunidades de aprender y desarrollarse, se sienten estancados y desaprovechados.

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Foto Kampus Production / Pexels

En este sentido, las empresas deben diseñar estrategias para rotar al personal en sus puestos de trabajo, con el objetivo que impliquen variedad, complejidad y novedad, que estimulen y aprovechen las capacidades y los intereses de los buenos empleados, y que les ofrezcan oportunidades de formación, desarrollo y carrera profesional.

Falta de autonomía y confianza

Los empleados en general desean tener cierto grado de libertad y flexibilidad para realizar su trabajo de la manera que consideren más conveniente y eficaz, lógicamente, siguiendo las pautas metodológicas impuestas por las empresas.

Cuando se enfrentan a una excesiva supervisión, control y burocracia, o cuando no se les consulta ni se les involucra en las decisiones que afectan a su trabajo, se sienten apartados y poco empoderados, lo que disminuye su confianza y los separa de ese sentimiento de continuidad.

Foto de Ono Kosuki / Pexels

Para contrarrestar la falta de autonomía, es necesario propiciar en el liderazgo. La importancia de delegar y dar la posibilidad a los buenos empleados de tomar decisiones relacionadas con el proyecto asignado, sin intervenir ni imponer, sino apoyando y facilitando, y demostrando confianza y respeto por su trabajo

Falta de propósito y alineación

Los buenos empleados necesitan sentir que su trabajo tiene un sentido y una contribución a la organización y a la sociedad. Cuando no conocen o no comparten la visión, la misión y los valores de la organización, o cuando no ven una conexión entre sus objetivos individuales y los colectivos, se sienten desorientados y desconectados.

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Foto Anna Shvets / Pexels

Este factor es más importante de lo que las gerencias actuales suponen, de allí que abrir un espacio para el debate y la evaluación de proyectos que incentiven nuevos aspectos de responsabilidad social es una acción impostergable.

La comunicación clara y coherente de la visión, misión y valores, y de las estrategias que los sustentan, es un imán para activar el interés de los buenos empleados, mostrándoles cómo su trabajo aporta valor y genera impacto.

Si bien los factores anteriores y las estrategias para doblegarlos dan luces de las acciones que deben iniciarse para compensar los indicios de desmotivación de los empleados. Lo que no debemos hacer es tratar a nuestros empleados como si fueran máquinas.

Al fin y al cabo, el espacio de trabajo no es solo el lugar destinado para la generación de beneficios económicos, sino un espacio de interacción social donde confluyen diversos elementos que, en definitiva, son el sustento para la construcción de climas laborales emocionalmente sustentables.

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