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Pekín advierte a manifestantes de Hong Kong del "inmenso poder" de China

Pekín lanzó el martes su advertencia más dura hasta ahora a los manifestantes de Hong Kong, que desafían desde hace dos meses al régimen comunista, y les dijo que no subestimen el "inmenso poder" del gobierno central chino.

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Fotografía: AFP

«Debe quedar muy claro para el pequeño grupo de criminales violentos y sin escrúpulos: el que juega con fuego, muere quemado«, afirmó en una rueda de prensa Yang Guang, el portavoz de la Oficina de Asuntos de Hong Kong y Macao.

Un día después de una jornada de caos en la megalópolis del sur de China, con una huelga general y perturbaciones en los medios de transporte y que acabó con 148 detenidos, el poder de Pekín levantó el tono con la esperanza de convencer a los manifestantes prodemocracia de terminar con la movilización.

«Nunca subestimen la firme determinación y el inmenso poder del gobierno central», lanzó Yang, que una vez más acusó a un puñado de militantes de ser los causantes de los disturbios. «Al final serán castigados», insistió.

La advertencia de Pekín es las más contundente desde el inicio de la protesta a principios de junio contra el proyecto de ley de autorizar las extradiciones a China.

Este proyecto fue suspendido pero los manifestantes continúan reclamando su retirada definitiva así como la dimisión de la dirigente del ejecutivo local, Carrie Lam.

Yang reafirmó el apoyo de Pekín a Lam y a la policía hongkonesa en la represión de las manifestaciones. El régimen chino, que no tolera las protestas en China continental, rechazó por ahora intervenir en Hong Kong.

Preguntado sobre la posibilidad de ver al Ejército Popular de Liberación (EPL) interponerse, Yang estimó que el gobierno y la policía locales estaban «plenamente en medida de castigar la violencia conforme a la ley, de restablecer el orden y la estabilidad social».

El EPL «es una fuerza poderosa pero también civilizada», dijo. «Actúa conforme a la ley».

La semana pasada, el ejército chino difundió sin embargo un video en el que mostraba a sus soldados reprimiendo disturbios en la metrópolis.

En virtud del acuerdo de retrocesión firmado con Reino Unido en 1984, la excolonia británica continúa gozando de libertades inexistentes en el continente.

Pero los manifestantes dicen que temen una erosión de estas libertades ante la creciente influencia del poder chino en la megalópolis de 7 millones de habitantes.

En teoría, el ejército chino, que cuenta con una guarnición de varios miles de hombres en Hong Kong, no debe entrometerse en los asuntos del territorio.

Pero el comandante de la guarnición recordó la semana pasada que la ley le autorizaba a intervenir para restablecer el orden, a petición de las autoridades locales.

Tal intervención reavivaría el fantasma de la represión de las manifestaciones de la «Primavera de Pekín» de 1989, que dejaron cientos, incluso miles, de muertos.

El martes, un grupo de manifestantes habló por primera vez ante la prensa en Hong Kong para «hacer contrapeso al monopolio del gobierno sobre el discurso político respecto a este tema».

Con mascarillas en el rostro y con una camiseta negra y un casco de obrero amarillo, indumentaria emblemática de las protestas, tres miembros del movimiento prodemocracia, que no cuenta con ningún líder por temor a represalias, dijeron dar esta rueda de prensa «por el pueblo, para el pueblo».

«Pedimos al gobierno que devuelva el poder al pueblo y responda a las peticiones de los ciudadanos de Hong Kong», dijeron leyendo declaraciones en inglés y en cantonés.

El martes por la noche se produjeron de nuevo enfrentamientos entre las fuerzas de seguridad y manifestantes que se habían concentrado delante de una comisaría de policía, donde está detenido un estudiante.

Según la policía, fue hallado en posesión de un arma, al parecer un puntero láser de 18 cm. Para los sindicatos de estudiantes, la policía «ha creado totalmente una acusación».

El lunes por la tarde, después de que se convocara una huelga general, tuvieron lugar siete manifestaciones simultáneas. Un desafío para las fuerzas de seguridad, tras dos meses de protestas, que usaron gas lacrimógeno en al menos cuatro lugares diferentes, especialmente cerca del parlamento local.

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