Opinión

Presidente Guaidó, cuente usted con mi apoyo

En su espacio de opinión, esta semana Carolina Jaimes Branger fija posición ante la nueva directiva del CNE: por más que confía en los representantes de la oposición, la vía que prefiere es la del Acuerdo de Salvación Nacional

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AFP / Archivo

Cuando se trata con delincuentes no se puede hablar de principios, porque cuando está en juego la vida –de cualquier persona y más doloroso aún si es de algún ser querido- uno hace lo que le pidan.

Los secuestros son un ejemplo magnífico para ilustrar esta aseveración. En 1972, George Wright, un estadounidense de raza negra, abordó un vuelo de Delta Airlines. Iba vestido de sacerdote y llevaba una Biblia en la mano. Dentro de esta no había sagradas escrituras, sino una pistola. Eran cinco cómplices. Pidieron por la vida de los pasajeros un millón de dólares y que los trasladaran a Argelia, donde habían pedido asilo.

Comenzaron las negociaciones. El dinero fue entregado por agentes del FBI que iban sólo vestidos con interiores, como habían exigido los captores. Los secuestradores –con el avión completo- fueron trasladados a Argelia, donde fueron protegidos por el escritor americano Eldridge Cleaver, quien gracias a la simpatía que había suscitado en el presidente argelino, había abierto una oficina del Movimiento de las Panteras Negras. El avión con los pasajeros y la tripulación lo devolvieron a los Estados Unidos.

Si no hubieran negociado, quién sabe cuántas personas habrían muerto.

Nosotros en Venezuela estamos secuestrados por un régimen terrorista, corrupto y narcotraficante. Nadie con solvencia moral podría pensar en “establecer relaciones” ni de negocios, mucho menos de amistad, con ningún miembro de la nomenklatura. Pero son secuestradores y para liberarnos, habrá que llegar a un acuerdo. Y un acuerdo significa ceder, hacer concesiones, también peticiones, por supuesto Es un toma y daca… Si a Hugo Chávez le hubieran permitido irse a La Habana como quería hacer el 11 de abril, tal vez la historia hubiera sido diferente.

El hecho es que esta gente que tiene dinero y poder dentro de Venezuela, está siendo arrinconada por las sanciones, aunque mucha gente no lo crea. Y aquí viven como presos en jaulas de oro. Sospechan de todo el mundo, pues muchos tienen precio por sus cabezas. Y la mayoría estaría dispuesta a negociar una salida.

El presidente Guaidó, junto a su equipo, ha estado trabajando con los Estados Unidos, nuestros vecinos Colombia y Brasil, y Francia, Alemania y el Reino Unido en llegar a un acuerdo para que entreguen el poder y se convoquen elecciones, donde se pueda votar de manera libre y que el resultado sea el expresado por la mayoría de los venezolanos.

El nuevo CNE, si bien ha sido el “mejor” de los últimos que hemos tenido, no tiene legitimidad de origen y por mejores que sean Roberto Picón Herrera, quien merece mi respeto y admiración por su trayectoria, y Enrique Márquez, quien ha sido un aguerrido luchador, mucho me temo que podrían toparse con una caja negra. Lo denunciarían, por supuesto. Pero el resultado podría ser una calle ciega.

La decisión del presidente Guaidó va encaminada a lograr un Acuerdo de Salvación Nacional que se realizaría entre la comunidad internacional, el régimen y el gobierno legítimo. No es un paño caliente, ni una maniobra que le permita al régimen seguir ganando tiempo. Es una salida consensuada que nos permita tratar la emergencia en la que estamos, que entren las vacunas y la ayuda humanitaria para enfrentar con contundencia la hambruna, un plan de recuperación económica urgente con apoyo de los organismos multilaterales, justicia transicional, levantamiento progresivo de las sanciones y otros aspectos que son medulares para la reconstrucción del país.

Para que esto ocurra, es imprescindible que haya unidad de fuerzas y de propósitos. No es el momento para recuperar un espacito aquí y otro allá, mientras el régimen sigue destrozando lo que nos queda de país. Es una probabilidad real de salir de esto. ¿Nos unimos y seguimos adelante, o vamos a seguir divididos por cuotas de poder cada vez menores? El futuro está en nuestras manos… no permitamos que nos lo sigan arrebatando.

Presidente Guaidó, cuente usted con mi apoyo.

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