El relanzamiento del 0800-SaludYA, estrategia que había sido criticada por el propio presidente Nicolás Maduro, fue recibido entre los médicos de la Alianza Venezolana por la Salud como una “mala sorpresa”.
“El ‘ya’ está muy lejos de suceder. En el pasado tuvimos la mala experiencia cuando, en medio de la epidemia de zika (en 2015), prometieron entregar inmunoglobulina (para el síndrome Guilland Barré, una complicación neurológica del virus) y nunca llegó. Esto es más de lo mismo”, denunció Moraima Hernández, presidenta de la sociedad médica de la Maternidad Concepción Palacios.
El pasado 9 de octubre, el ministro de Salud, Luis López, durante el programa dominical de Maduro, anunció que 300 operadores atenderían a los usuarios que llamaran al 0800-SaludYA. Tras suministrar el número de carnet de la patria, el paciente podría solicitar el medicamento que se entregaría luego de una consulta de comprobación del diagnóstico en Barrio Adentro.
“Pretender que un paciente tenga que sacarse un carnet, llame por teléfono para que lo anoten en una lista y espere por un medicamento es alargar su sufrimiento”, advirtió Hernández.
La Alianza convocó a una protesta para el próximo miércoles 18 de octubre a las puertas de las oficinas del 0800-SaludYA.
Sin solución al problema
Aunque el ministro López es farmacéutico de profesión, sus esfuerzos iniciales al frente del despacho de Salud no han sido dirigidos a la resolución de la crisis causada por la escasez de medicamentos. En vez de ello, optó por reparar infraestructuras –en algunos casos de forma deficiente, según han denunciado médicos- y a relanzar el 0800-SaludYA, programa que fracasó las dos veces anteriores que fue implementado.
Julio Vivas, profesor de la Facultad de Farmacia de la Universidad Central de Venezuela reprochó a López que “intente pretender que la gente crea que el problema actual se debe a mala distribución y no a la falta de abastecimiento de medicamentos. Se habla de guerra económica y bachaqueo, pero el problema es que no hay medicamentos”.
Además, aseguró que la línea telefónica activada por el gobierno atenta contra el derecho universal de acceso al medicamento y crea “medicamentos de primera y de segunda”.
Con respecto a la necesidad de que un médico de Barrio Adentro valide la receta otorgada por el médico especialista, la Alianza Venezolana por la Salud dijo que altera la relación entre el paciente y el médico, y pone en riesgo al enfermo pues supone la posibilidad de alterar el tratamiento sin conocer la historia médica.
Más promesas incumplidas
En septiembre, el jefe de Estado dijo que el “bloqueo económico” de Estados Unidos hacia Venezuela impide la compra de insulina. “El Citibank se niega a recibir los fondos que tiene Venezuela para la importación de 300.000 dosis de insulina, están congelados, no puede venir la insulina a Venezuela porque están congelando los recursos», dijo Maduro en una cadena de radio y televisión.
José Félix Oletta, ex ministro de Salud, refutó durante la rueda de prensa la excusa del mandatario para la escasez de medicamentos para los diabéticos.
“Como referencia, en 2014 se importaron 1.565.404 viales y cartuchos multidosis, para atender la demanda nacional; mientras que en 2017, el número de viales y cartuchos multidosis fue apenas de 117.957, una reducción de 90,28%», indicó el médico.
La Alianza recordó que en el país hay 1.500.000 millones de diabéticos y alrededor de ellos son 300 mil insulinodependientes. “Con lo que la insulina que estaba prometiendo Maduro solo habría alcanzado para 20 días en el mejor de los casos, porque algunos viales son multidosis”, explicó Vivas.
“Hay menos de 8% de la demanda de nuestros pacientes, lo que se garantiza es el sufrimiento físico, psicológico y el riesgo de morir”, aseveró Oletta.
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