Mientras la petrolera Pdvsa financia con 12 millones de dólares la próxima temporada de beisbol profesional y Nicolás Maduro dona 10 millones de dólares para los afectados del terremoto y tsunami en Indonesia, el servicio de quimioterapia de uno de los mayores hospitales infantiles de Caracas está inoperativo.
La suspensión del servicio fue denunciada el martes por la ONG Prepara Familia, que presta apoyo de las madres y niños del Hospital JM de los Rios.
“Hoy suspendieron las quimioterapias hasta nuevo aviso en el Hospital J. M de Los Ríos, la campana sigue dañada, las madres de oncología y hematología salieron a Miraflores a denunciar esta situación», dijo la organización en Twitter.
Las sesiones de quimioterapia fueron mudadas al hospital Domingo Luciani, en el este caraqueño, dijeron algunas madres de los pacientes citando la información dada por los responsables del hospital infantil.
Hoy suspendieron las quimioterapia hasta nuevo aviso en el Hospital J. M de Los Ríos, la campana sigue dañada, las madres de oncologia y hematologia salieron a Miraflores a denunciar esta situación. #EmergenciaHumanitaria
— Prepara Familia (@preparafamilia) 9 de octubre de 2018
Al parecer, la campana de flujo laminar, utilizada para cumplir con los tratamientos está dañada desde diciembre. Esto ha imposibilitado prestar servicio a los niños que asisten al otrora centro médico infantil más importante de Caracas.
La suspensión de las sesiones de quimioterapia en el JM de los Ríos se conoce en medio del clamor de activistas y organizaciones internacionales de activar la ayuda humanitaria en Venezuela, el rico país petrolero donde falta el 90% de las medicinas en Venezuela, según sectores de la salud.
A pesar del llamado, Maduro y su entorno niegan la existencia de la crisis humanitaria.
HUM Venezuela, una plataforma independiente de la sociedad civil venezolana enfocada en la Emergencia Humanitaria Compleja (EHC) que sufre el país, presenta su informe más actualizado con números y análisis escalofriantes sobre esta situación que de algún modo afecta todos los venezolanos, a los que se quedaron y a los que ya se fueron.
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En lo que va de 2023, MSF ha atendido a 397 sobrevivientes de violencia sexual en Panamá. Carpas instaladas en la mitad de la selva del Darién y secuestros con violaciones grupales se oyen entre los testimonios de migrantes
