sociedad

Cómo los adultos mayores desafían las dificultades de envejecer en Venezuela

Hoy 29 de mayo se celebra el Día del Adulto Mayor en Venezuela, con el reiterado reclamo de los ciudadanos de la llamada "tercera edad" para que las autoridades mejoren las políticas públicas de atención y además aumenten el valor de las pensiones para equilibrarlo al costo de la canasta básica.

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Adultos mayores

Bárbara Martínez, tiene 84 años, vive en la zona en la zona de Caricuao y trabaja vendiendo medias y pañuelitos en el centro de Caracas, en la esquina de San francisco. Su puestico está frente a la sede de la Asamblea Nacional, y cerca de los demás centros de poder políticos que deberían tener la tarea de mejorar la vida diaria de estos ciudadanos en condición más vulnerable en medio de la crisis humanitaria venezolana.

Trabajo por necesidad

“Yo trabajo pues necesito comprar mis medicamentos, mis vitaminas. La pensión no me alcanza para cubrir todos mis gastos, yo trabajo de lunes a sábado, respetando el día de parada los miércoles. En la zona todos me conocen, saben que trabajo por necesidad, a mi hija no le gusta que yo continúe con mis labores, pero no me queda de otra, yo me ayudo con mis ventas”, dijo Martínez a El Estímulo.

Bárbara solo es una voz entre la gran cantidad de adultos mayores que encontró el equipo de El Estímulo trabajando en las calles durante un recorrido por distintas zonas de la capital. Hay muchos vendiendo cigarrillos, helados, café, caramelos, lentes, entre otros artículos. Al ser consultados de su actividadtodos contestaron lo mismo: trabajan por necesidad.

Pide mejoras sociales

Abelina Yosef tiene 73 años de edad, vive en El Junquito (oeste), y se dedica a la venta de paños para cocina. “Yo trabajo primero porque me gusta, toda mi vida he estado activa, ya. Yo vengo a trabajar hasta los días domingos, pues también me entretengo viendo a los niños paseando con sus padres. Con la ganancia producto de las ventas ayudo en mi casa e invierto en más mercancía”.

Señala que apoya las autoridades del actual gobierno y que ha votado “rojo, rojito” desde que Hugo Chávez se postuló por primera vez . “Y ahora apoyo a Nicolás Maduro, tengo una pensión y el beneficio de los bonos por el carnet de la patria, son buenas ayudas, pero igual se deben mejorar los programas sociales para los abuelos”, dijo.

Abelina Yosef, subsiste vendiendo pañitos en el centro de Caracas, y sigue siendo «roja rojita». Foto: OMN/ El Estímulo

Aumento de la pensión

Edén Martínez, tiene 65 años de edad, vive en una pensión ubicada en el centro de Caracas y en las calles ofrece a los interesados lentes de lectura,a un costo de $1.

“Yo vivo en una habitación, donde tengoque pagar 45 dólares mensuales, diariamente tengo que salir a trabajar ya que la pensión que tengo solo me puede alcanzar para un almuerzo. Todos los días, con las primeras ventas ahorro para pagar el hospedaje y para invertir en mercancía, también estoy tratando de reunir para mi prótesis dental. No es nada fácil la situación de muchos adultos mayores, con una asignación mensual de 130 bolívares, es necesario que ajusten el monto de la pensión al costo de la canasta básica de alimentos”, señaló Martínez.

Edén Martínez, a los 65 años sueña con una prótesis dental. Foto: OMN/El Estímulo

Abrir puestos de trabajo para mayores

Carlos Morales, tiene 64 años de edad, vive en la zona de El Paraíso. En busca de mejorar su condición socioeconómica, ha intentado varios emprendimientos.

“Tenía un dinero ahorrado y lo invertíen una moto, con la cual ofrezco el servicio de mototaxis a mis vecinos. También hago labores de desinfección y más recientemente realicé un inventario de los artículos que tenía en casa guardados y no utilizaba y los vendo en el mercado de los corotos que todos los domingo se instala en la casa del Partido Acción Democrática, AD, en El Paraíso. Yo creo que además de aumentar el costo de las pensiones, la autoridades deben buscar abrir más puestos de trabajo para los adultos mayores que aún tenemos ganas de ser útiles”, señaló Morales.

Carlos Morales, emprendedor de tercera edad. Foto: OMN/El Estímulo

Envejecer en Venezuela

Varias son las organizaciones que se han dedicado a realizar estudios sobre la situación social de los adultos mayores en Venezuela, entre estas organizaciones se encuentran las ONG Convite, Provea y Kapé Kapé, que coinciden en destacar la necesidad de mejorar las políticas públicas destinadas a este segmento más vulnerable de la población, para que el proceso de envejecer no sea tan complicado en el país.

En los estudios se concluye que los adultos mayores enfrentan varios problemas fundamentales, que afectan su calidad de vida. Uno de los principales el bajo monto de la pensión de 130 bolívares, que al cambio son $5 por mes. Ese dinero no les alcanza ni de lejos para cubrir sus necesidades. Algunos pensionados y jubilados han llevado sus demandas a protestas callejeras en todo el país.

La falta de la calidad enservicios de salud, entrega de medicamentos de forma gratuita es otro de los reclamos constantes delos adultos mayores.

Pablo Zambrano, secretario ejecutivo de la Federación de Trabajadores de la Salud, Fetrasalud, señala que en los hospitales, ambulatorios y demás centros de salud pública no tienen los equipos e insumos necesarios para ofrecer la atención especial que requieren los adultos mayores.

“Cuando se llega a la época de la adultez, van apareciendo distintas enfermedades propias de la edad, entre ellas es muy común los accidentes celebro vasculares, ACV, que requieren estudios de tomografía, pero los equipos no funcionan en la mayoría de los hospitales públicos y tienen un alto costo en las clínicas privadas. Igualmente se requiere mejorar la entrega de tratamientos de forma gratuita, pues en la mayoría de los casos ni los pacientes ytampoco familiares cuentan con los recursos para adquirirlos”, señala Zambrano.

Por su parte el director de la asociación Convite, Francisco Cabezas, ha señalado que por lo menos unos 600 mil adultos viven solos en Venezuela, producto de la diáspora que se ha generado en los últimos años.

Señala que esta situación se presenta pues un importante grupo de la población venezolana entre los 18 y 45 años se fue del país en busca de mejores oportunidades, dejando solos a los adultos mayores. En muchos casos nunca regresan a buscarlos.

Por su parte desde Provea en su informe anual 2022, en su capítulo dedicado a la Seguridad Social señalan:

“En la actualidad no existe una política de protección social con enfoque en derechos humanos que garantice un nivel de vida digno a grupos priorizados, como los adultos mayores. Son los programas de protección social instrumentos vitales para impulsar a las personas más desfavorecidas, pues les permiten mantenerse saludables, atendidas y optar a oportunidades para superar la pobreza”.

Provea

La organización Kapé Kapé desarrolló el “Monitoreo sobre Detección de Riesgo de Desnutrición del adulto mayor en Hogares de Comunidades Indígenas de Venezuela”, en la que participaron 73 ciudadanos integrantes de 12 etnias indígenas.

En sus conclusiones señalan que “el estudio muestra las dificultades importantes que han tenido los pueblos indígenas en el acceso y disfrute de derechos humanos fundamentales: salud, empleo, educación y alimentación, por mencionar algunos. Resaltan el crítico escenario de vulneración de derechos ha impactado especialmente a niños y ancianos de comunidades indígenas con un deterioro constante y creciente de su estado nutricional”.

Concluyen los expertos que llegar a ser Adulto Mayor en Venezuela es muy complicado y que se requiere más apoyo no solo de las autoridades, sino también de los familiares y la sociedad para que poder mejorar su calidad de vida.

Lo dice la constitución

«Artículo 80. El Estado garantizará a los ancianos y ancianas el pleno ejercicio de sus derechos y garantías. El Estado, con la participación solidaria de las familias y la sociedad, está obligado a respetar su dignidad humana, su autonomía y les garantizará atención integral y los beneficios de la seguridad social que eleven y aseguren su calidad de vida. Las pensiones y jubilaciones otorgadas mediante el sistema de Seguridad Social no podrán ser inferiores al salario mínimo urbano. A los ancianos y ancianas se les garantizará el derecho a un trabajo acorde con aquellos y aquellas que manifiesten su deseo y estén en capacidad para ello».

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