Uno de los sospechosos de asesinar en Chile al exmilitar disidente venezolano Ronald Ojeda fue detenido en Costa Rica cuando intentaba cruzar a Panamá, informó el viernes 12 de julio el viceministro del Interior y Seguridad chileno, Manuel Monsalve.
El detenido, Maickel Villegas Rodríguez, de 27 años, es uno de los dos venezolanos sindicados por la justicia chilena como autores del crimen de Ojeda, un militar retirado del Ejército de Venezuela, de 32 años, que estaba en Chile en condición de refugiado político.
«La información preliminar que tenemos es que a partir de esta alerta roja de Interpol ha sido detenido por la policía de Costa Rica una persona que porta documentos de identidad de Maickel Villegas Rodríguez, una de las personas que está vinculada al secuestro y asesinato del teniente Ojeda», dijo Monsalve a periodistas en Santiago.
La Cancillería chilena informó, por su parte, que tras la detención del sospechoso en Costa Rica las autoridades están «en contacto estrecho con la Fiscalía, Interpol y Poder Judicial para iniciar petición de extradición«.
Por protocolos judiciales, no obstante, se informó que se corroborará la identidad del detenido a través de las huellas dactilares.
Ojeda fue secuestrado el 21 de febrero por personas que simularon ser policías chilenos y que lo sacaron de madrugada en ropa interior de su departamento. Nueve días después, fue hallado muerto dentro de una maleta que había sido enterrada en una barriada de la capital chilena.
La fiscalía chilena sostiene que el móvil político es la hipótesis más plausible en este caso, sin apuntar hasta ahora directamente al gobierno venezolano.
Ojeda no tenía relación aparente con el crimen organizado y desarrollaba actividades lícitas en Chile, que le concedió refugio político tras escapar de una cárcel venezolana después de ser acusado de conspiración. En sus redes sociales, se calificaba como «preso político».
El fiscal a cargo de la investigación, Héctor Barros, afirmó que se trata de «una víctima que ha participado de acciones en contra del gobierno venezolano«, y estableció que miembros de una banda criminal transnacional, posiblemente del «Tren de Aragua», fueron los autores materiales del secuestro.
Los dos venezolanos habían sido individualizados como autores del crimen y se pensaba que ambos estaban en Venezuela luego de que escaparan de Chile justo después del asesinato.