Viciosidades

92.9, la FM de Caracas

Las intempestivas medidas del Gobierno vuelven a dar un zarpazo a la libertad de expresión. Una de las emisoras más importantes de la Capital, de las pioneras en el dial FM, fue arrebatada de su concesión en una sorpresiva jugada del órgano comunicacional gubernamental CONATEL. Aquí va un repaso memorioso de lo que significó su presencia en la onda hertziana local desde 1989 hasta el fatídico viernes 25 de Agosto. 

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92.9FM nació y creció enmarcada en una Venezuela que disfrutaba ser libre. Fue derivando naturalmente del entretenimiento al humor… y de allí a los nacientes ritmos y modas urbanas de finales de la década de los 90, hasta bien entrado el siglo XXI. Poniendo trampas caza bobos en el ínterin, se ganó enemigos y fanáticos acérrimos. Entender o no entender no era la premisa, el asunto era reírse en conjunto de las propias tonterías humanas, sandeces y locuras de las que nadie escapaba, ni siquiera quienes trabajan en la radio como productores, gerentes o talento.
Para nadie es sorpresa que todo lo que signifique libertad le molesta a un proyecto político tiránico, inspirado para más señas en un modelo eficiente y perverso, que desde 1958 somete a la gente de una isla equis atrapada en sus contradicciones. Lo único que cuenta es la memoria viva de un lugar lleno de gente creativa que hizo vida larga o efímera en dos estudios y un estacionamiento. La historia de la cultura popular venezolana pasa por jingles, campañas, programas, personalidades, invitados internacionales, ritmos, bandas y artistas que le deben mucho de su éxito a la exposición que recibieron desde el dial emblemático de un estilo de enfrentar el mundo con rapidez mental, causticidad, desfachatez y lenguaje real. 92.9FM es el verdadero lenguajes de la calle, popular y divertido sin ningún interés por la vulgaridad gratuita.
Ronald Van Der Monty, Tom Monasterios, Mariela Celis, Fermín Cimadevilla, Roberto Echeto, Sergio Márquez, Eddy P –Jonathan Reinoso-, Manuel Fleitas, Alexander Prokos, Carlos Medina, Kike Vallés, Gonzalo Groscoors, Alejandro León, Vanessa Archila, Noliyú Rodríguez, Andrea Miartus, Marlene Rodríguez, Tony Escobar, Dalia Ferreira, Carlos Peláez, Michelle Nuñez, Alejandro Tato, Pericles Sanchez, Roberto Ortega, Marielena González, Nathaly Ordaz, Falco, Carlos Zerpa, Luis Hernández, Javier Maggiolo, Guillermo Zambrano, Ramón Velásquez, Maga Flores, Ángel Arias, Gonzalo Lazzari, Carías, José Santiago Nuñez, Erika de la Vega, Ana María Simon, Luis Chataing.
Celso Pineda, Alfredo Escalante, Ana Karina Jardim, Valeria Valle, Olga Velasco, Miguel Carrasco, Fernando Ces, Henrique Lazo, Elu Bermúdez, Allan Hrastoviak, John Henry, Jesús Hernández, Glinda Neva, Ivan Matta, Ricardo Armas, Guillermo Pereira, Reuben Morales, Richard Lara, Víctor Castejón, Jesús Alberto Lara, Víctor Mejías, Thamara Bryson, Rocco Pirillo. Luz Jaimes, Daniel Esparza, Leo Maita, David Perozo, Christian Castells, Amílcar Ortega, Fernando Carías, Miguel Sira, Ariadana Pérez, Merinés Figueroa, Andreína González, Armando Nori. Perdón si queda alguien por fuera, pero a ésta hora de la madrugada el recuerdo traiciona.
Cientos de promociones, ideas fuerza, conciertos y risas de 6 am a 1 de la mañana reforzaban una grilla con programas que fueron marcas en sí mismos e impusieron estilo y formato para el resto de la radiodifusión en Venezuela.
Las andanadas represivas vinieron en olas y en distintas formas: el espíritu mafioso de la ley resorte creada ex profeso para callar el estilo humorístico del bloque nocturno de 92.9FM….los expedientes de CONATEL…las amenazas físicas…las agresiones a la planta…los saboteos a la líneas telefónicas…las amenazas anónimas. Todo locutor tiene al menos dos o tres de esas formas de amedrentamiento en su curriculum vitae desde 1999.
Ser el primero no es difícil, lo difícil es mantenerse. La radio muta, la gente crece, las nuevas plataformas encuentran a sus nuevos usuarios. Si algo ha probado el estudio selectivo de las nuevas tecnologías es que la radio acompaña todavía al trabajador manual al aire libre y al que usa una parte de su cerebro, bajo techo. La radio vive porque la palabra existe y no hay nada que cualquier tiranía pretenda limitar. Romper el espejo solo crea nuevos trozos que brillarán regados por doquier. Como dirían en V de Vendetta, las ideas no pueden matarse, porque son a prueba de balas. Viva la radio libre, larga vida a la radio libre… y nos escuchamos al volver de comerciales.
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