Venezuela

¿Por qué a los venezolanos les fascina Chile?

La nación acoge a una gran cantidad de criollos, que tienen la posibilidad de legalizar su estadía para ejercer sus carreras, técnicas o universitarias.

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Los más de 700 kilómetros cuadrados que posee Chile ya tienen más de 1.400 venezolanos con residencia definitiva y más de 1.200 con residencia temporal, según censo oficial del 2013. Este país suramericano se ha vuelto la opción favorita de aquellos que buscaban una nación que también se comunicara en castellano, aunque con acento peculiar y que, a rasgos generales, presentara la estabilidad de vida y el estatus de legalización que desea cualquier emigrante.

Uno de esos venezolanos que llegó a Chile con la expectativa de residenciarse y lo consiguió es Jorge León, un maracucho de 32 años que se graduó de ingeniería en computación en la Universidad Rafael Urdaneta (URU). Desde hace un año y cuatro meses, vive en Santiago y llegó a este país no solo por la facilidad del idioma, sino por la rapidez que tiene el extranjero para obtener un estatus legal.

“Solamente por ser profesional, puedes tener acceso a una visa que te permite trabajar. Te dan permiso por un año o por dos y luego te puedes quedar definitivamente”, asegura.

Inclusive, antes de irse a vivir a Chile, Jorge ya sabía que el país, a pesar de no ser perfecto, ofrecía una buena economía, un índice de inseguridad bajo, una tasa de desempleo poco alarmante (abril del 2016 cerró con 6,4% de paro)  y una estabilidad muy alta comparada con la realidad venezolana. “Es una buena opción para una persona profesional y no profesional”, dice.

Además de tener la oportunidad de trabajar en una empresa de capacitación como Gerente de Marketing y Sistemas, este ingeniero en computación se dio a la tarea de crear una página web para informar a amigos y desconocidos sobre cómo emigrar a Chile: venezolanoenchile.com. El sitio nació como un diario para contar su experiencia en el país, pero por la cantidad de preguntas que le hacían sus conocidos sobre la vida en Chile, se dio cuenta que podía informar y ayudar en Internet para quien lo necesitara.

“Empecé a escribir y las interacciones fueron subiendo tanto que el blog ha ido evolucionando con el paso del tiempo. Luego abrí una casilla para que la gente me enviara correos directamente y poco a poco fue así, hasta que hoy en día tengo asesorías online”, cuenta orgulloso.

Estas asesorías son por sesiones de una hora, las cuales tiene un costo diferente dependiendo de la moneda con la que se pague: 15 mil bolívares, 15 dólares o 10 mil pesos chilenos por una videollamada vía Skype.

A pesar de ser un blog que recibió más de 11 mil comentarios y 2 mil correos desde que inició la página en mayo de 2015, venezolanoenchile.com solo factura la cantidad necesaria para su operación formal. Sin embargo, es un gran proyecto que genera miles de interacciones y que solo son manejadas por Jorge.

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– Chile prueba la viveza criolla – 

La experiencia que ha tenido Jorge en este país al sur de Suramérica, le permitió darle a El Estímulo una “fotografía” de cómo ven al inmigrante venezolano en Chile. Así fue como nos comentó, que el criollo, hasta los momentos, es bien recibido y visto como un gran profesional.

“El venezolano todavía tiene fama de ser profesional, que aporta al país, que trabaja, que se destaca. Esa es la concepción general”, asegura.

A pesar de esto, Jorge cuenta que la “viveza criolla”, característica del venezolano, ha intentado trastocar el sistema migratorio en Chile. Para explicarnos la situación nos dio este ejemplo:

Para sacar los papeles reglamentarios debes a ir a un lugar pertinente que depende de la región en donde se resida. En la región capital, donde vive más gente, “el permiso de trabajo lo dan en un mes y la visa en 4 meses”, explica el venezolano, mientras que “en otras regiones, mucho menos». «Si tramitas tu visa en otra región el permiso de trabajo puede salir en 2, 3 días y la visa en dos meses”. “La manera legal de hacer eso es que, si vives en la región metropolitana, tramites los papeles en la región metropolitana, si vives en otra región, lo haces por allí”, sentencia Jorge al mismo tiempo que cuenta “las mañas” que han adquirido sus compatriotas en su nuevo país:

“¿Qué hacen algunos venezolanos? Viajan unos días a otra región, se inventan una dirección, meten los papeles y les salen los papeles en días. Eso es algo que simplemente no se debe hacer”, exclama.

Así como los venezolanos no se acostumbran a sacar un papeleo por la vía legal, Jorge explica que al recién llegado le puede costar acostumbrarse a trabajar 45 horas a la semana en lugar de 40, y si eres trabajador público en Venezuela que trabaja ocho semanal, más aún. De igual manera, deben quitarse la idea de la inamovilidad laboral:

“Si trabajas mal, te botan. Si faltaste equis cantidad de veces, te botan. Si le caes mal a tu jefe y no le gusta tu trabajo, te botan. Sin tiempo de preparación, te dicen: ‘párate, ahí está la puerta’. ¡Ni siquiera está mal visto!”, cuenta.

Sin embargo, hay altas posibilidades de ejercer la profesión estudiada por el inmigrante en Chile. “Acá, no hay eso de profesiones protegidas como en Panamá”, dice, aunque hay algunos especialistas que deben hacer unos papeleos adicionales antes de empezar a trabajar en sus áreas. Algunos de esos son: los médicos, los abogados, los psicólogos y los ingenieros civiles.

Aunque es normal ver comunidades de venezolanos en España, en diferentes estados de Estados Unidos y en Panamá, por ejemplo, Chile aún no tiene una comunidad venezolana constituida. Jorge relaciona esto con que la migración para los venezolanos es nueva, en cambio, los judíos en Chile sí tienen ese tipo de apoyo con lo que llegan.

“El venezolano no tenía la necesidad de salir de su país, más bien nosotros recibíamos gente que huía de las guerras o problemas en Latinoamérica”, argumenta.

Jorge explica que en Chile, sobre todo en la región capital: “hay uno que otro evento, hay bazares, fiestas, sitios de comida venezolana en los que puedes conocer otros venezolanos, pero eventos masivos no. Últimamente están censando a venezolanos para presionar y que abran el registro electoral que lleva cuatro años cerrado para poder participar en el revocatorio”.

– El consejo del hermano venezolano –

“Venir con ahorros, leer sobre la vida en Chile y tener una buena planificación, de lo contrario vas a venir a pasar necesidad sin razón porque tuviste tiempo de hacer tu investigación”, concluye.

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