«Nuestra Fuerza Armada Nacional Bolivariana ha sido cobardemente atacada por grupos violentos, causando la lamentable muerte de tres efectivos de la Guardia Nacional», informó el funcionario en Twitter.
Padrino responsabilizó a grupos «paramilitares» por el suceso ocurrido al sur del país, aunque ONGs de derechos humanos denunciaron más temprano que el ataque habría sido perpetrado por guerrilleros del Ejército de Liberación Nacional (ELN), reconocida como la última guerrilla de Colombia tras la firma de un acuerdo de paz con las FARC en 2016.
De acuerdo con Padrino, la emboscada ocurrió «como represalia» por «la captura de nueve paramilitares colombianos». «El delito transfronterizo (…) es combatido y seguirá siendo combatido», expresó por su parte el jefe del Comando Operacional de la Fuerza Armada, almirante Remigio Ceballos. En contraste con la versión oficial, ONGs y reportes de prensa relacionan el ataque en la comunidad indígena de El Picatonal con la captura de uno de los jefes del ELN y otros tres miembros de esa agrupación.
Se trataría del jefe rebelde Luis Ortega -alias ‘Garganta’-, dijo Olnar Ortiz, asesor legal de Kape-Kape, organización que defiende los derechos de poblaciones indígenas. Ni Padrino ni Ceballos lo mencionaron.
Críticos del presidente Nicolás Maduro y su fallecido antecesor, Hugo Chávez (1999-2013), acusan al gobierno socialista de «proteger» a guerrillas izquierdistas.
La frontera binacional, de 2.200 km, es escenario de frecuentes incidentes con grupos que se disputan el control de actividades de narcotráfico y contrabando.
En agosto pasado, un militar venezolano murió y dos sufrieron heridas por la explosión de una mina antipersona cuando patrullaban en la región del Catatumbo, estado Zulia (noroeste). El martes pasado, según la prensa, un militar fue secuestrado en un ataque paramilitar a un puesto de la Guardia Nacional en el estado Táchira (oeste). Fue liberado unas horas después, tras el despliegue del Ejército en la zona.
Con información de AFP
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