Sin la presencia de China, Rusia, Cuba y Turquía, la Conferencia Internacional por la Democracia en Venezuela convocada por Perú para este martes 6 de agosto reunirá a 59 países, entre ellos del Grupo de Lima, la Unión Europea (UE) y Estados Unidos.
Fuentes oficiales peruanas informaron este lunes que a la cumbre de Lima, cuya organización le fue encargada a Perú en abril pasado en Santiago de Chile, sí asistirán representantes de naciones como México y Uruguay, que no reconocen al líder opositor Juan Guaidó como presidente interino de Venezuela.
Además de los miembros del Grupo de Lima y de la UE, entre ellos España y Finlandia, que actualmente preside el Consejo Europeo, la cita contará con una delegación de alto nivel de Estados Unidos encabezada por el asesor de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, John Bolton, y el secretario de Comercio, Wilbur Ross.
Una funcionaria del gobierno estadounidense explicó este lunes a EFE en Washington que la asistencia de Bolton y Ross es provisional y que existe la posibilidad de que también acuda el enviado de Estados Unidos para Venezuela, Elliott Abrams.
Bolton y Abrams son dos de los miembros del Gobierno de Donald Trump que han liderado la estrategia de Estados Unidos para intentar sacar del poder a Nicolás Maduro y conseguir que haya una transición liderada por Juan Guaidó, reconocido como jefe de Estado en Venezuela por medio centenar de países.
Además de países tan diversos como Alemania, Azerbaiyán, Corea del Sur, Eslovaquia, Francia, Grecia, Honduras, Hungría, Marruecos, Nueva Zelanda, Paraguay, Polonia, Reino Unido, República Checa, San Cristóbal y Nieves, Serbia, Sudáfrica y Ucrania, también asistirán representantes del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), el Banco de Desarrollo de América Latina-CAF y la Unión Europea.
Al referirse al nivel de representación, las fuentes peruanas agregaron que estarán diez cancilleres y cinco viceministros de Exteriores, así como alto funcionarios de los países visitantes.
En julio pasado, el canciller peruano, Néstor Popolizio, explicó que se había invitado a cien países, incluidos Cuba, China, Rusia y Turquía, con la intención de que la reunión fuera «bastante amplia».
Perú planteó esta cumbre para conversar sobre «la mejor manera de recuperar la democracia en Venezuela» y examinar el impacto generado por la migración masiva desde ese país hacia naciones vecinas, según precisó Popolizio en ese momento.
En ese sentido, se agregó este lunes, se busca elevar el nivel de consulta y coordinación entre los diferentes grupos interesados en la crisis venezolana, centrándose en la necesidad de la recuperación de la institucionalidad democrática en ese país, a partir de la celebración de nuevas elecciones.
También se plantea que la comunidad internacional se involucre en la necesidad de reconstruir a Venezuela, ya que se considera que la crisis interna ha pasado a convertirse en una crisis internacional.
Por ese motivo, y con la intención de establecer un diálogo amplio y un consenso sobre estos temas, no se redactará una declaración final, sino que los términos de la conferencia serán comunicados al término de la cita por el canciller Popolizio.
Para Perú, más que declaraciones, la cumbre debe concluir con un mensaje con un gran contenido político, en el que la comunidad internacional reafirme el apoyo a una salida pacífica a la crisis en Venezuela y también a «países de acogida» como Colombia, Perú y Ecuador, que han recibido a más de 2 millones de migrantes venezolanos, con el consiguiente impacto social y humanitario.
Aunque en un principio se había indicado que no se invitaría a representantes de Maduro ni de Guaidó, se informó que sí asistirá el embajador de Venezuela ante el Grupo de Lima, Julio Borges, pero este solo participará en una primera reunión del grupo que apoya al líder opositor venezolano y no en el encuentro principal entre todos los países.