Venezuela

"Agentes del SEBIN perpetraron actos de violencia sexual contra detenidos", dice informe de la Misión Independiente

El informe "Crímenes de lesa humanidad cometidos a través de los servicios de inteligencia del Estado: estructuras y personas involucradas en la implementación de un plan para reprimir la oposición al gobierno", presentado ante el Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas, contiene graves denuncias que involucran al SEBIN y a la DGCIM

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SEBIN helicoide directivos de citgo
AFP / Archivo

La Misión Internacional Independiente de determinación de los hechos sobre la República Bolivariana de Venezuela hizo público su informe ante el Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas. El informe se divide en tres documentos, uno de ellos se titula «Crímenes de lesa humanidad cometidos a través de los servicios de inteligencia del Estado: estructuras y personas involucradas en la implementación de un plan para reprimir la oposición al gobierno» y se enfoca en las denuncias y testimonios sobre violaciones a derechos humanos y crímenes de lesa humanidad presuntamente cometidos por miembros del Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional y de la Dirección General de Contrainteligencia Militar.

A continuación algunos extractos -textuales- de lo que dice acerca de las actuaciones del SEBIN:

«La Misión recibió información sobre dos oficinas adicionales que no se encuentran dentro de la estructura oficial del SEBIN, pero que realizan una importante labor para el organismo. La primera es la Dirección de Inteligencia Tecnológica, que se encarga de realizar escuchas telefónicas, así como del seguimiento, vigilancia y, en ocasiones, detención de personas consideradas como objetivos políticos. La segunda es la División de Coordinación y Protección del Orden Democrático que, según un antiguo empleado del SEBIN, lleva a cabo detenciones arbitrarias para el SEBIN. La División también se encarga de realizar el seguimiento y la vigilancia de los objetivos antes de su detención».

«Desde 2010 hasta febrero de 2014, Miguel Rodríguez Torres fue el Director General del SEBIN. Posteriormente, el presidente Maduro lo sustituyó por Gustavo González López. Según un alto funcionario de la FANB, el presidente Maduro veía a Rodríguez Torres como un adversario político y, en cambio, sabía que González López lo respetaría y le permitiría el control directo del SEBIN. En marzo de 2018, Miguel Rodríguez Torres fue detenido por el SEBIN y posteriormente recluido en Boleíta. Al momento de redactar este informe sigue detenido en las instalaciones de la DGCIM, acusado de instigación a la rebelión».

«El 26 de octubre de 2018, el presidente Maduro sustituyó a González López por el general Manuel Ricardo Cristopher Figuera. Cristopher Figuera explicó a la Misión que su nombramiento se produjo tras un incidente en el que el comando de seguridad del SEBIN de Diosdado Cabello detuvo el vehículo privado de Maduro, sin saber que estaba dentro. Al parecer, Maduro se bajó del coche y les dijo que entregaran sus armas, a lo que respondieron «usted no es nuestro jefe». Maduro habría llamado a la DGCIM para que detuviera a los hombres y posteriormente sustituyó a González López por Cristopher Figuera. Otras fuentes consultadas por la Misión sugieren, sin embargo, que González López fue destituido por la presión recibida tras la muerte de Fernando Albán mientras estaba detenido».

«El 29 de abril de 2019, el presidente Maduro restituyó a González López como director general del SEBIN. Esto se produjo tras la participación de Figuera y otros oficiales militares en los eventos que tuvieron lugar el 30 de abril de 2019 como parte de la Operación Libertad, liderada por el líder opositor Juan Guaidó contra el presidente Maduro y la posterior salida de Figuera de Venezuela. Sin embargo, la Misión observa que el Decreto Presidencial que designa a González López como Director General del SEBIN fue publicado en Gaceta Oficial el 29 de abril de 2019; es decir, un día antes de los hechos que supuestamente llevaron a la destitución de Figuera. González López ocupa el cargo desde entonces».

«El exdirector del SEBIN, Cristopher Figuera, declaró a la Misión que durante su mandato mantuvo una comunicación constante con la Vicepresidencia «prácticamente todos los días». Esta comunicación incluía informes sobre escuchas telefónicas y vigilancia de políticos, entre otros. Sin embargo, aclaró que el papel de Delcy Rodríguez, Vicepresidenta durante su gestión, era principalmente administrativo y que las órdenes al SEBIN venían directamente del propio Presidente Maduro. Las órdenes eran verbales, nunca por escrito. Otras personas entrevistadas por la Misión corroboraron que las órdenes provenían directamente del Presidente Maduro».

«Numerosas fuentes, incluidos exagentes del SEBIN, dijeron a la Misión que Diosdado Cabello daba órdenes directamente al Director General del SEBIN, González López, y que el Director le rendía cuentas extraoficialmente. Las órdenes incluyen a qué personas detener, liberar y/o torturar, pasando por encima de la Vicepresidencia. El ex Director General del SEBIN, Cristopher Figuera, le refirió a la Misión que Diosdado Cabello comenzó a pedirle información de inteligencia, lo que llevó a Figuera a preguntarle al Presidente Maduro «¿Quién es mi jefe? «; Maduro respondió que era él, pero le dijo a Figuera que «tratara de mantener buenas relaciones con Diosdado Cabello». Un exagente del SEBIN y al menos un exdetenido dijeron a la Misión que Cabello tiene «sus» presos políticos en El Helicoide».

«La Misión investigó varios incidentes que involucraron 93 víctimas en los que el SEBIN arrestó, detuvo y sometió a personas a torturas y otras violaciones graves de los derechos humanos y delitos entre 2014 y la actualidad. Los períodos de mayor detención en El Helicoide fueron 2016, 2017 y 2018».

«Como informó la Misión en 2020, y confirmaron las nuevas investigaciones, las órdenes de identificación de objetivos para la investigación provenían directamente del presidente Maduro y, en ocasiones, de Diosdado Cabello a través del Director General del SEBIN».

«Durante los períodos de mayor actividad, los principales objetivos del SEBIN fueron civiles, opositoras y opositores reales o percibidos del Gobierno, críticos con un alto perfil público o personas que alcanzaron prominencia y representaron una amenaza real o percibida para el Gobierno debido a sus opiniones o acciones. Entre ellos se encontraban políticos de la oposición, activistas sociales, líderes estudiantiles y políticos al frente de las protestas y periodistas. También se persiguió a personas que trabajaban para organizaciones no gubernamentales, incluidas organizaciones de derechos humanos, que se consideraba que recibían financiación extranjera o que denunciaban acciones del gobierno. En algunos casos, los usuarios de los medios de comunicación social fueron percibidos como una amenaza y atacados, a pesar de que algunos de ellos nunca habían expresado una opinión política».

«Como ya se ha dicho, la Dirección de Inteligencia Tecnológica, que no forma parte de la estructura oficial del SEBIN, era la unidad que realizaba el seguimiento y las escuchas telefónicas. Se seguía a los objetivos para determinar sus movimientos. Los agentes del SEBIN también se dedicaban a poner micrófonos en las habitaciones, ocultar cámaras y georreferenciar a las personas de interés para vigilarlas. Los agentes del SEBIN recibieron formación en materia de seguimiento electrónico, que fue proporcionada por los Gobiernos ruso y chino, y formación en materia de vigilancia sobre el terreno, que fue proporcionada por el Gobierno cubano».

«Un exempleado de alto nivel del SEBIN le manifestó a la Misión que en algunos casos el presidente Maduro quería saber lo que la persona estaba haciendo las 24 horas del día, por lo que el Director General le enviaba información cada dos horas, a veces directamente y otras veces a través de la Vicepresidenta Delcy Rodríguez, o la Primera Dama, Cilia Flores».

«Como describió la Misión en sus informes de 2020 y 2021, los agentes del SEBIN alegaban sistemáticamente que las personas eran detenidas en flagrancia como base para realizar detenciones sin orden judicial, a pesar de que no había ningún delito en curso o se acababa de cometer. En algunos casos investigados, los testigos alegaron que los agentes del SEBIN plantaron información, como armas o contrabando, para sustentar una detención en flagrancia«.

«Las operaciones del SEBIN que condujeron a la detención de objetivos se llevaron a cabo a menudo sin órdenes de registro o de detención. Además, en varios casos investigados, los agentes del SEBIN hicieron un uso excesivo de la fuerza o la violencia durante las detenciones. Los agentes del SEBIN entraron por la fuerza en las viviendas, rompiendo puertas o entrando por las ventanas. Tal como le dijo a la Misión un exagente del SEBIN, los agentes encargados de las detenciones llevaban la cara cubierta, a menudo con pasamontañas, y llegaban en coches sin marcar».

«Una práctica habitual del SEBIN era mantener al detenido incomunicado durante horas, días o semanas. En algunos casos, se trataba de desapariciones forzadas de corta duración. En 84 casos investigados, los funcionarios del SEBIN y otras autoridades negaron haber retenido a la persona o dijeron a los familiares y representantes legales que no tenían información sobre la persona detenida. El paradero de los detenidos permanecía desconocido durante períodos que oscilaban entre 1 día y 12 semanas. En un caso investigado por la Misión, los funcionarios del SEBIN dijeron a la madre del detenido que buscara a su hijo en la morgue. Posteriormente, la madre fue detenida e interrogada durante ocho horas».

«Un exagente del SEBIN le expresó a la Misión que el SEBIN también mantenía una serie de casas seguras o clandestinas en todos los estados del país, a menudo en zonas remotas, que se utilizaban como centros de detención clandestinos. La Misión recibió información de que las casas seguras son casas que habían sido confiscadas por la Oficina Nacional Antidrogas (ONA) o por el propio SEBIN, y que luego eran convertidas en escondites o lugares de tortura».

«Durante los interrogatorios de los agentes del SEBIN, los detenidos solían ser interrogados sobre sus conexiones con políticos de la oposición de alto nivel, su participación en protestas políticas, su recepción de financiación internacional o su participación en supuestas conspiraciones u otros delitos contra el gobierno. También se obligaba a las personas detenidas a firmar declaraciones bajo coacción o tortura. Además, se coaccionó a personas detenidas para que revelaran las contraseñas de sus redes sociales y cuentas de correo electrónico».

«En octubre de 2020, funcionarios de la PNB detuvieron al periodista Roland Carreño y lo llevaron a un estudio de sonido en El Helicoide, SEBIN, donde lo obligaron, sin la presencia de un abogado, a filmar declaraciones de confesión. Los videos fueron reproducidos durante una rueda de prensa del ex Ministro de Comunicaciones y entonces líder del partido PSUV, Jorge Rodríguez».

«Un detenido dijo que los agentes del SEBIN le exigieron que grabara varios mensajes de audio de WhatsApp en los que decía que había recibido financiación internacional y que tenía conexiones con el político opositor Henrique Capriles. Los agentes del SEBIN le dijeron al detenido la información que querían que grabara y lo obligaron a realizar la grabación varias veces. Una vez que el supervisor de los agentes estuvo de acuerdo con la declaración, esta fue enviada al programa de televisión “Con el Mazo Dando”de Diosdado Cabello, donde fue emitida».

«La Misión tiene motivos razonables para creer que el SEBIN plantaba, fabricaba o manipulaba regularmente pruebas para inculpar a opositores reales o percibidos del Gobierno. Un exagente del SEBIN entrevistado por la Misión confirmó que plantar pruebas era «una práctica común»; si no había pruebas suficientes contra la persona de interés, las plantaban. Tal y como declaró la Misión en 2021, un exfiscal dijo que en los casos relacionados con la detención de manifestantes en 2014, los fiscales trabajaron con el SEBIN y la policía para construir los expedientes de los casos, incluida la plantación de pruebas si no se había encontrado ninguna sobre los detenidos».

«En 16 casos investigados por la Misión, las víctimas o los testigos alegaron que los agentes del SEBIN habían encubierto o falsificado información, incluyendo la colocación de objetos, especialmente armas de fuego, para justificar la detención e incriminar a las víctimas. En algunos casos, el SEBIN utilizó el testimonio de «patriotas cooperantes» anónimos como prueba contra los acusados».

«La Misión investigó 51 casos en los que agentes del SEBIN torturaron o sometieron a los detenidos a otros tratos o castigos crueles, inhumanos o degradantes. Los casos ocurrieron principalmente entre 2014 y 2018, y la mayoría de las violaciones documentadas se produjeron durante 2017 y 2018. Algunas sesiones de tortura duraban días o semanas».

«Según Cristopher Figuera, el presidente Maduro decidía quiénes serían torturados, quiénes permanecerían detenidos y quiénes serían liberados. Otro exagente del SEBIN le indicó a la Misión que las torturas eran ordenadas en su mayoría por Gustavo González López y Carlos Calderón Chirinos. Si los agentes del SEBIN se negaban a participar en los actos de tortura, Calderón Chirinos los golpeaba para intimidarlos ‘y así hacerse respetar'».

«Los menores de 18 años también fueron torturados, según los testigos, incluido un niño de 14 años, a quien los agentes del SEBIN asfixiaron con una bolsa de plástico y golpearon, con el fin de extraer información sobre el asesinato de un dirigente del PSUV, en el que supuestamente estaba implicado».

«Dentro de El Helicoide, los testigos describieron haber visto actos de tortura de cerca o haber compartido celdas con detenidos visiblemente heridos. Además, los testigos localizados en algunas celdas de El Helicoide, en particular la celda de mujeres de 2014 a 2018 y la celda vecina Preventiva II, describieron sistemáticamente haber escuchado frecuentes actos de tortura, incluida la violencia sexual, tanto de hombres como de mujeres, durante los interrogatorios. Debido a un falso techo en la celda de mujeres, las detenidas podían escuchar gritos, golpes y descargas eléctricas. La zona situada encima de las celdas de detención albergaba las oficinas de la Dirección de Investigaciones Estratégicas, incluidas las de las Brigadas de Investigación. Una de estas oficinas se llamaba «Samán seis«. Un exdetenido le refirió a la Misión que las cinco brigadas ubicadas en el segundo piso de El Helicoide eran las encargadas de torturar dentro del recinto, bajo el mando de sus respectivos comisarios».

«Según una de las víctimas, un comisario del SEBIN tenía una técnica muy específica en la que cogía una tabla, similar a un bate de cricket, que tenía diferentes marcas de conteo. Dependiendo de la marca de conteo que tomara el bate, daba a la víctima ese número de golpes en la cabeza, el torso o las nalgas. Si la persona se resistía, la golpeaba en los ojos o en los genitales».

«Un exagente del SEBIN que habló con la Misión también confirmó estas tácticas de tortura , diciendo que se empleaban con el objetivo de obtener información «a cualquier precio». Contó a la Misión el tipo de actos de tortura que presenció, entre ellos: esposar a los detenidos y levantarles las manos por la espalda, causándoles graves dolores; darles descargas eléctricas con dispositivos de bolsillo; y asfixiarlos con bolsas de agua. Si los detenidos iban a comparecer ante el tribunal en los días siguientes, los agentes del SEBIN los golpeaban con las manos abiertas, con gomaespuma o con una almohada encima de un objeto, para no dejarles marcas».

«Los detenidos también fueron sometidos a tortura psicológica y a otras formas de violencia psicológica. Esto incluía, por ejemplo: amenazas de abusos físicos; anuncios de que serían liberados, que nunca se cumplían; la negación arbitraria de visitas de familiares o de un asesor legal; y vigilancia las 24 horas del día. Los detenidos también fueron sometidos a otras formas de trato cruel, inhumano o degradante, como ser atados y obligados a caminar de puntillas durante horas; denegación de acceso a los aseos; recibir una alimentación e hidratación limitadas; ser mantenidos bajo una iluminación constante o en una oscuridad constante; acceso restringido al sol y al ejercicio; y ser mantenidos en un calor o frío extremos».

«En siete casos revisados por la Misión, los agentes del SEBIN perpetraron actos de violencia sexual o de género contra los detenidos en un intento de obtener confesiones o información que implicara a otros, o para degradarlos, humillarlos o castigarlos. Durante los interrogatorios, los agentes del SEBIN amenazaron con violar a los detenidos, tanto hombres como mujeres, utilizando partes del cuerpo y objetos. También amenazaron con ejercer violencia sexual o de otro tipo contra los familiares femeninos de los detenidos».

«Entre los ejemplos concretos de violencia sexual y de género perpetrados por los agentes del SEBIN se encuentran los siguientes:

  • Una detenida dijo que dos agentes masculinos del SEBIN le dijeron «Vas a hablar. Mira, los dos te vamos a follar; te vamos a dar por el culo». También le dijeron que le darían una descarga eléctrica si no «colaboraba».
  • En al menos dos ocasiones, durante los registros, por agentes del SEBIN penetraron a las detenidas con sus dedos en busca de contrabando o teléfonos móviles. Las detenidas fueron sacadas al pasillo y obligadas a desnudarse delante de los guardias.
  • Los agentes del SEBIN patearon y abofetearon a un detenido varón con la mano abierta, dejándole marcas. Le llamaron «maricón» y amenazaron con violarlo, diciendo que «iban a traer a ‘El Negro’, que tenía un pene enorme, para violarlo, y que se preparara». También le pasaron una foto de su novia y le dijeron que era guapa y que también la violarían.
  • Un hombre detenido informó de que los agentes del SEBIN amenazaron con violarlo y le metieron una pistola en la boca. Cuando empezó a llorar, se rieron. Los agentes lo obligaron a pedirles su bendición.
  • Un detenido LGBTI dijo que, durante los registros, los funcionarios del SEBIN saquearon su celda y le dijeron que iban a enviarlo a una prisión común donde los presos lo violarían por ser gay».

«Como se señaló en el informe de la Misión de 2020, los funcionarios del SEBIN también entablaron relaciones sexuales con los detenidos y detenidas a cambio de bienes y privilegios esenciales. La Misión concluyó que tales actos constituyen violación u otras formas de violencia sexual, ya que, según el derecho internacional, se ha determinado que el entorno inherentemente coercitivo creado por la detención vicia la posibilidad de un consentimiento genuino a los actos sexuales entre los funcionarios o custodios y la persona detenida».

«Las condiciones dentro de El Helicoide fueron objeto de numerosas quejas recibidas por la Misión. Las celdas no tenían una iluminación constante; tenían pocas o ninguna ventana y, por tanto, un acceso limitado a la luz natural. Los exdetenidos y las exdetenidas también explicaron que no había acceso al baño en la mayoría de estas celdas y que a los presos solo se les permitía visitar el baño una vez al día, por lo que a menudo orinaban en botellas o contenedores de papel. Las condiciones de las mujeres detenidas en El Helicoide también eran terribles. Las celdas estaban superpobladas y carecían de cualquier tipo de higiene o acceso al agua, lo que afectaba desproporcionadamente a las detenidas durante la menstruación. Exdetenidos informaron que algunas celdas tenían mejores condiciones que otras, y algunas se consideraban «celdas privilegiadas» en las que los detenidos tenían que pagar para permanecer allí».

«Muchos detenidos y muchas detenidas dijeron que el SEBIN detenía y liberaba arbitrariamente a las personas, de modo que cuando finalmente eran liberadas, no se debía a una decisión judicial, sino a una decisión política».

«Varias fuentes dijeron a la Misión que la extorsión era una práctica habitual del SEBIN. Como dijo un exdetenido, «el SEBIN forma parte de una red de extorsión y mafia que sostiene al régimen». La Misión recibió información fidedigna sobre un individuo que fue extorsionado por el SEBIN por cientos de miles de dólares, después de que 30 agentes se presentaran en su negocio acusándolo de almacenar drogas allí. Los agentes del SEBIN, entre los que se encontraba Calderón Chirinos, le habrían dicho que el SEBIN tenía un expediente de investigación sobre él, pero que podría resolverse si les transfería el dinero».

«La Misión también recibió información sobre un empresario que fue detenido por el SEBIN y fue presionado para entregar el título de propiedad de una casa y sobre otro empresario que, estando detenido por el SEBIN, fue obligado a pagar por la remodelación del área que ocupa la Dirección de Investigaciones Estratégicas en El Helicoide».

«Los guardias registraban regularmente las celdas de los detenidos y robaban objetos. Cristopher Figuera dijo que los funcionarios del SEBIN eran recompensados «haciendo allanamientos y repartiendo los bienes». Numerosas víctimas dijeron a la Misión que los agentes del SEBIN les robaron bienes durante los allanamientos de sus casas. Como se informó en 2021, en el caso de Luis Carlos Díaz, durante el allanamiento de su domicilio, los funcionarios del SEBIN le robaron alrededor de 6.000 dólares que había ahorrado para pagar una operación quirúrgica a su esposa que padecía de cáncer. Ese dinero no apareció en el informe de investigación del SEBIN correspondiente ni en la cadena de custodia».

 

     

 

                  

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