Venezuela

La mentira como ejercicio del poder hace de Venezuela un teatro del absurdo (Análisis)

La doctora en Comunicación Gloria Cuenca, el actor y director Héctor Manrique y el politólogo Luis Toty Medina, explican como el cinismo y la falsedad son usados por el chavismo para manejar sus escándalos de corrupción.

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Mentiras en Venezuela

Venezuela se ha convertido en un gran teatro de lo absurdo. Aquellas obras con diálogos repetitivos, que parecía que no tenían sentido y que, en sus rutinas lentas y tediosas, criticaban o cuestionaban la existencia misma del ser humano o la propia sociedad. A veces, a través del humor, escondían sus incoherencias o disparates. Ahora, a través de la burla o el cinismo, en nuestro país algunos son protagonistas de estos guiones que ya por repetición, aburren, pero, no dejan de sorprender en cada presentación.

La desvergüenza de mentir, o la defensa de prácticas o doctrinas deshonrosas. La obscenidad descarada y el desprecio por las convenciones sociales y las normas o valores morales. Así define la Real Academia Española la palabra “cinismo”, muy utilizada por el poder para burlarse de quienes hoy sufren desde sus asientos en la última fila.

El director de teatro venezolano Héctor Manrique asegura que los actores de esta obra de la actualidad venezolana son muy malos. Para ilustrar lo que sucede en Venezuela, Manrique se fue hasta el año 1950 en plena época Franquista en España, para traer al presente la obra de Antonio Buero Vallejos llamada “En La Ardiente Oscuridad”, un montaje en la que todos sus personajes habían perdido el maravilloso sentido de la vista.

“Todos los personajes de esta obra, que están sobre el escenario, son ciegos. En esta obra parecía que no había denuncia política, no había nada, parecía una obra costumbrista, pero, en el hecho de que todos los personajes fueran ciegos era donde estaba implícita la denuncia. A veces yo siento que lo que nos está pasando a nosotros es mucho más jodido, porque los que están sobre el escenario están ciegos, y los que están en la platea mirando también están ciegos. Es la sensación que tengo de este país que amo”, comenta Manrique a El Estímulo.

Según el actor que encarnó a Simón Bolívar en la obra “Mi Último Delirio”, en el escenario estarían los miembros del gobierno, las instituciones, la oposición, y todos están ciegos.

“Este es un país que está en la más absoluta incapacidad de mirarse así mismo”.

Héctor Manrique

“Cualquier solicitud que estos bastardos (oposición) hagan, que cualquier solicitud de eventos electorales que sean organizados con el sistema electoral que diseñó Tibisay Lucena, el poder electoral en homenaje a la más grande presidenta que haya tenido el poder electoral en su historia, le solicite como primer documento a estos que denostan por las redes sociales, una carta de disculpas a Tibisay Lucena”.

Jorge Rodríguez presidente de la Asamblea Nacional.

“Es una especie de sátira, de comedia burlesca, mal actuada, con un pésimo guion, con unos actores a los que se le va la letra a cada momento, que el público los pita, que ni siquiera van al teatro, pero ojo, son los dueños del teatro y son los que diariamente hacen la función. Es espantoso lo que nos pasa a nosotros los venezolanos, porque entonces ya no voy al teatro, no voy a ver esa función que es el país. Nosotros dentro del país, no sé si para protegernos, le damos la espalda al país, a la función de quienes dirigen el país”, acota Manrique.

“Si tu revisas los discursos de Hugo Chávez la palabra que más utilizó fue “corrupción”, la denuncia contra la corrupción de la cuarta República, ofrecía freír la cabeza de los adecos en aceite. La corrupción durante estos 23 años ha sido muy obscena, pero de pronto, no se habló más de la corrupción, hasta ahora cuanto los responsables, por omisión o lo que fuera, denuncian esto que está pasando. Pero a mí del gobierno no me sorprende nada, me sorprende que en el discurso de la oposición la palabra corrupción no aparece”, expresó Manrique, rememorando los discursos del fallecido militar y político y la actuación de quienes adversan al régimen.

La política oficial venezolana y su entorno, incluso gobierno aliados, utilizan un tipo de discurso u oratoria persuasiva que busca desvirtuar la realidad. Ellos, el régimen, al igual que el resto de la ciudadanía saben que es lo que sucede, quiénes son los corruptos, quiénes controlan zonas de conflicto, tienen en sus manos todos los estamentos del Estado. Nada se mueve sin que ellos sepan. Ni hablar del dinero que ingresa o sale de Venezuela, o de los tanqueros que llegan y se marchan de las refinerías.

“No puede haber impunidad. Que sepa el corrupto, pero que también sepa el corruptor, que también lo sepa el testaferro, que lo sepa el que le guarda los reales, el que le guarda las propiedades al corrupto, que vamos tras ellos”.

Jorge Rodríguez, presidente de la Asamblea Nacional

Es un trastorno

Para la comunicadora docial y doctora en Ciencias Políticas Gloria Cuenca, el fondo del mensaje gubernamental es “esquizofrenizante” y además una negación de sí mismo.

“Todos ellos están inmersos en hechos de corrupción y toda Venezuela lo sabe, salvo, algunos sectores ciegos que no quieren ver lo que está pasando. Hay una ironía intrínseca en el mensaje producto de la incoherencia del propio mensaje”

Gloria Cuenca, profesora UCV, referencia nacional en Periodismo y Ética

Cuenca aseguró que es tan grave la actual circunstancia de corrupción, que desde el gobierno no saben qué hacer porque jamás imaginaron que los tentáculos iban a llegar hasta el propio presidente fallecido Hugo Chávez.

“Periodistas venezolanos y agencias internacionales como Reuter, EFE, AP, se dedicaron a la tarea de buscar y encontrar que Chávez fue el primero que mandó a guardar dinero en la isla de Madeira. Ellos pensaban que no iban a salir (a flote) sino personas que no les afectara a ellos. Y esto es un asunto tan complejo que ahora vemos todo el desastre”, dijo la comunicadora también a El Estímulo.

Concluye que se trata de una forma de ideologización que involucra la falta de ética y valores. Es un proceso que se inició en el mismo momento en el que Hugo Chávez tomó la Presidencia de la República.

“Se les volvió un búmeran, y ahora ellos están en la propia telaraña de la corrupción”.

Gloria Cuenca

“Cuando María Corina Machado le dijo a Chávez, »expropiar es robar, no nos comemos el cuento de que usted está expropiando, usted se está robando las haciendas, las fábricas la producción», eso no tiene sentido dentro de un sistema democrático. Eso permeó la mente de la gente que estaba de acuerdo con ellos en ese momento, y mucho no se dieron cuenta ni reflexionaron sobre la suerte de volverse un ladrón con esos actos, estoy traspasando los límites de lo que es la ética y la moral”, rememoró la doctora.

La profesora Gloria Cuenca, profesora de la UCV y Maestra de generaciones de periodistas

Para Cuenca todo el que se dice revolucionario, marxista, leninista, tiene un gran conflicto ético, porque estos dogmas no aceptan los principios, las normas o las reglas que existen en un país cuando ellos toman el poder, y buscan suprimirlas, y todo al final termina es en un caos.

“Desde 1917 en la Unión Soviética se utiliza este tipo de comunicación, con un mensaje cargado de mentiras, eliminando los valores tradicionales que ellos señalan como valores burgueses. Entonces, no se habla de robar, sino de expropiar. Cuando tú le quitas la hacienda a sus dueños, ‘por explotador’, tú le estás ‘devolviendo la hacienda al pueblo’. Por eso todos estos países han quedado desbastados, como está quedando Venezuela, sin importar la cantidad de riquezas que tenga el país, ningún país del mundo ha podido sobrevivir a eso”, manifesta Gloria Cuenca.

“Nosotros vamos a la vanguardia tecnológica de las cosas que van apareciendo en el mundo, dándole la vuelta siempre para ponerlas al servicio de la verdad, de la creación de conciencia, de la comunicación, qué les pareció Sira”, preguntó Nicolás Maduro a su séquito más cercano en el Palacio de Miraflores, luego de presentar al avatar de una mujer diseñada supuestamente con inteligencia artificial, mientras los ciudadanos esperaban un posible aumento de salario mínimo.

Modus Vivendi

Para el politólogo Luis Toty Medina, basta observar el modo en el que se visten, las casas donde viven y los vehículos en que se movilizan actualmente, y comparar con su pasado de hace 15 o 20 años atrás, cómo se vestían, dónde vivían y qué tipo de vehículos tenían.

“Y con esto simplemente salta a la vista que sus capacidades adquisitivas, por mucho que hayan ejercido cargos en la administración pública bien pagados durante dos décadas, es imposible que eso se pueda justificar con el nivel de vida que exhiben y que se dan”.

Luis Toty Medina, politólogo

Asimismo, indicó Toty Medina que ahora ellos mismos señalan a otros de estar inmersos en hechos de corrupción mediante la construcción de edificios como los de Las Mercedes, que en realidad nunca estuvieron ocultos.

Los que hoy apuntan con su dedo conocen desde hace tiempo la existencia de esas inversiones porque transitan por la ciudad a diario.

“Resulta que ahora no tienen responsabilidad con los negociantes, comerciantes y empresarios que tuvieron vínculos con el gobierno y que se hicieron de ingentes cantidades de dinero de la noche a la mañana, y señalan a funcionarios de las alcaldías como únicos responsables de corrupción por permitir las construcciones”, manifiesta el consultor Político, fundador de la Asociación Venezolana de Consultores Políticos (AVENCOPOL).

Afirmó que de lo que se trata desde el punto de vista del régimen chavista es de instalar una retórica, un relato de honestidad, una narrativa dentro de la sociedad venezolana sobre los buenos y los malos, de los honestos y los corruptos, manifestando siempre que los corruptos están del otro lado. Inclusive, se trata de señalar personajes que en algún momento formaron parte de la llamada revolución, pero que posteriormente han hecho críticas y se han distanciado.

“Estos pasan a ser enemigos de la revolución y son señalados de corruptos, como el caso de Rafael Ramírez. Mientras eran parte del latrocinio, eran revolucionarios, en el momento en el que se les descubre algún distanciamiento comienzan los señalamientos y automáticamente se convierten en anti revolucionarios”.

Luis Toty Medina

“Venezuela no va a firmar ningún acuerdo con ese sector de la oposición venezolana hasta que Venezuela esté 100% libre de sanciones”, dijo Jorge Rodríguez.

Esperando a Godot

Héctor Manrique siente que los venezolanos han vivido esperando que aparezca un salvador o un Mesías, pero, siempre el político que llega no resuelve los problemas y, por el contrario, los profundiza. Citando la famosa obra teatral, “Esperando a Godot”, del dramaturgo irlandés Samuel Becket, Manrique hizo la comparación:

“Yo siempre pienso que los venezolanos, coño, vivimos esperando, esperando que llegue Godot, esa especie de salvador, y el que siempre aparece termina jodiéndonos, un poco lo que aparece en la obra de Becket”.

Héctor Manrique

La obra “Esperando a Godot” se divide en dos actos, y en ambos aparecen dos vagabundos llamados Vladimir y Estragón, que esperan a un lado del camino la llegada de un tal Godot, con quien supuestamente tienen una cita. Quienes presencian la obra nunca llegan a saber quién es Godot o qué asunto van a tratar con Godot.

En cada acto, aparecen otros tres personajes, un hombre cruel llamado Pozzo y su esclavo al que llaman Lucky, quien siempre baila para deleite de los presentes. Además, un joven entra en escena con un mensaje para Vladimir y Estragón, que dice: “Godot no vendrá hoy, pero, seguro mañana sí”.

Algún día, los venezolanos tendremos la capacidad intelectual o la sabiduría de saber elegir a la persona que sea capaz de gerencia el país, y entre todos, alcanzar el desarrollo sostenible para nuestras vidas, o seguiremos esperando la llegada de Godot para que nos salve de la corrupción, el despilfarro, y como consecuencia, del mal vivir y la pobreza.

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