Una nueva protesta ocurrió en los portones de la planta ensambladora de la antigua Chrysler, en la zona Industrial de Valencia, Carabobo. Esta vez un grupo de trabajadores exigió a la empresa que cumpla con algunos beneficios contemplados en la convención colectiva.
Asdrúbal Martínez, vocero de los empleados de FCA de Venezuela, indicó que aspiran a un aumento salarial de acuerdo a los índices de inflación que hay en el país, la dotación de uniformes, que puedan utilizar el seguro de Hospitalización, Cirugía y Maternidad que, según expresó, no pueden emplear por falta de fondos.
Por su parte, Christopher Pastrán, trabajador de la misma ensambladora, señaló que además respaldan a los 76 empleados que fueron suspendidos de la empresa en diciembre de 2014, mediante un laudo arbitral.
“Estamos solicitando al presidente Nicolás Maduro y al ministro de Trabajo, Francisco Torrealba, que se dispongan a resolver esta situación que aqueja a 76 padres de familia que se encuentran en una situación precaria y difícil. La empresa, cada vez que ellos buscan la manera de que los restituyan en sus puestos de trabajo, consigue la manera de retrasar el procedimiento”, afirmó Pastrán.
Martínez aseguró que en este laudo fueron suspendidos trabajadores con niños especiales, con esposas embarazadas, con discapacidad, con permisos pre y post natal. “Esto quiere decir que aquí están jugando a la violación del contrato colectivo y los derechos laborales”.
– La crisis –
La industria automotriz en el país atraviesa desde hace varios años por una situación crítica que ha significado el descenso de la producción en el año 2016 de 87%, según informaron en diciembre representantes sindicales de las ensambladoras ubicadas en el estado Carabobo.
El panorama al transitar enfrente de las plantas de General Motor de Venezuela, FCA de Venezuela y Ford, las tres localizadas en la zona Industrial de Valencia, es desolador, según constató El Estímulo. En este período se encuentran en vacaciones colectivas, que podrían alargarse incluso hasta el segundo trimestre del año, por falta de materia prima e insumos para sacar unidades al mercado.
La vista incluye áreas verdes sin podar, estacionamientos completamente vacíos, sin vendedores de comida que normalmente deambulan por allí. Solo se observan a algunos vigilantes protegiéndose del sol. Incluso, el tráfico en las zonas aledañas a las plantas ha disminuido considerablemente.
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Ante la noticia, los comerciantes de Carabobo presumen que probablemente conllevará una inversión en sistemas y también señalaron que prefieren solo mantener medidas de autocontrol y bioseguridad junto al avance de la vacunación
