Conservas de coco para despelucar el alma

Los dulceros las pregonaban en su diario caminar por plaza y calles empedradas, y relucían en pulperías dentro de inmensos frascos de vidrio. Siempre alegrando los estómagos de niños y adultos, las conservas de coco son una de las granjerías más populares del país

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Una fórmula sencilla con básicamente dos ingredientes que reciben alegres otros añadidos, hacen de las conservas de coco el comodín de la dulcería criolla venezolana, aunque versiones de la misma fórmula se encuentran en varios países de la costa caribeña.

Es importante comenzar comentando que, en el vocabulario culinaria venezolano, la expresión conserva se refiere a porciones de mermelada que se ha cocinado por tanto tiempo que al enfriar se compacta, pueden presentarse azucaradas o también envueltas o servidas sobre en hojas.

La variedad de frutas que se utilizan para la elaboración de conservas es muy amplia, siendo muy conocidas las de guayaba, plátano, lechosa y coco.

Conservas de coco
Conservas de coco. Archivo de Bienmesabe

La última de ellas, las conservas de coco, son un claro producto de la mezcla culinaria que representó el encuentro de culturas y el arribo de ingredientes de otras partes del planeta, el coco (Cocos nucifera) pertenece a la familia de las palmáceas, y aunque no se sabe con exactitud, su origen se sitúa en las islas del Pacífico.

El otro elemento fundamental es obtenido de la caña de azúcar, llegada a suelos americanos vía las Islas Canarias, ya en tiempos de la colonia.

Especialmente populares en las zonas cercanas a las costas del mar Caribe, las conservas de coco se precian de recibir con los brazos abiertos a otros ingredientes para dar origen a una gran variedad.

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Foto @elfogoncreativo

Las conservas de coco la cojita, nombre políticamente incorrecto según los cánones actuales, era elaborada y comercializada en la Caracas de principios del siglo pasado por una morena que padecía ese defecto físico, el secreto de su éxito era la adición a la mezcla de apio rallado.

Otras versiones agregan leche, azúcar en lugar de papelón y frutas como la guayaba y la piña, el resultado será siempre sabroso, pero con diferencias importantes en las texturas.

La más sencilla, que combina solo papelón y coco rallado que van al fuego hasta que “tenga punto” -esto es que se vea el fondo de la olla- tradicionalmente se han servido sobre hojitas limpias de limonero, aportando un suave aroma cítrico que balancea el dulce de la preparación.

dulcería
Conservas de coco servidas en hojas de naranjo o limonero. Foto Archivo BMS

En la actualidad siguen encontrándose mujeres dedicadas a la elaboración de esta granjería criolla, tanto en las playas y carreteras paseándose con una bandeja elegantemente equilibrada sobre la cabeza.

Cultoras de la dulcería criolla más tradicional también elaboran variedades de conservas de coco en zonas como Barlovento, estado Miranda, o Palo Negro, en Aragua.

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