En 1997, con la Ley del Libro se declara en Venezuela de interés público “la salvaguarda, promoción y difusión del libro en todo el territorio nacional, así como el desarrollo y fomento de la industria editorial venezolana”. Entre los espacios adscritos existen institutos como El Centro Nacional del Libro (CENAL), la Fundación Editorial El Perro y la Rana y la Fundación de Librerías del Sur, que junto con las recomendaciones del presidente Nicolás Maduro por Twitter, dan a entrever algo de los que estaría leyendo la bancada oficialista en el presente, o en todo caso de lo que buscan que sus seguidores lean.
En las librería bolivarianas, la literatura y la industria del libro propiamente dichas tienen una limitada variedad de escritos que impulsan directamente las ideologías socialistas del mundo, junto con las revoluciones y contra-revoluciones. Historia de una rebelión popular de 1984, Razones de una revolución de Vargas Salojas, la biografía de José Félix Ribas y de Simón Rodríguez, libros sobre Teresa de la Parra, son solo algunas de las lecturas que llaman la atención. Y a pesar de que la historia siempre ha estado presente de manera decisiva en el discurso chavista, parece que lo que más se está leyendo por los lados del socialismo del siglo XXI es –inserte redoble de tambores- poesía.
En las Librerías del Sur, más de la mitad de los estantes están repletos de antologías poéticas. El libro más vendido, según su página web, es “Las Hojas de las palabras” de Luis Alberto Crespo. Mientras que poetas como Lotty Ipinza afirman que “la poesía estuvo en el pasado en manos de las clases elitescas”, la editorial El Perro y la Rana con el hashtag #PuebloQueLeeNoComeCuento promueve el “empoderamiento colectivo de la palabra”.
Luego están los cuentos y la literatura para niños, como los libros ilustrados: El amor y la revolución, o La vida de Chávez. Talleres de poesía con nombres como «y escribo con el índice y me corrijo con los codos del espíritu» , conversatorios y concursos de la disciplina están constantemente promocionándose y haciendo vida en los espacios para “la cultura popular del pueblo”. Reconocimientos a la obra del argentino Julio Cortázar se cuelan de vez en cuando, existen, pero son escasas.
Para el nuevo ministro de Cultura, Freddy Náñez, ‟las mejores editoriales de Latinoamérica las tiene el Gobierno Bolivariano” y aclara que estas instancias tienen un papel “de consulta no burocrática”. En sus redes sociales recomienda libros como Viejo, de Adriano González León: “la historia no de un hombre que espera la muerte sino que vive narrando su espera”.
El pasado febrero, a través de Twitter, el Jefe de Estado Nicolás Maduro invitó a leer el libro del poeta venezolano Gustavo Pereira titulado Historias del Paraíso, una “síntesis colosal para reivindicar la verdadera historia de los pueblos de Nuestra América”. Este es uno de los poemas de Pereira: Fin de la historia
El capitalismo es el fin de la historia
Tal vez sobrevivan los metales relucientes pero no las mariposas
Los plásticos y los escombros pero no los pétalos bajo el rocío
Los gremios de rufianes pero no los solitarios
Los banquetes y los festines pero no la alegría
Los ruidos y los estrépitos pero no la música del amanecer
Las mesas servidas como nunca pero no los aromas
Las estrecheces de espíritu pero no la compasión
Los bandos del poder pero no los secretos del habla
Las máquinas traganíqueles pero no el Incrédulo azar
Las meretrices y las zorras pero no las diosas de la noche
Las acritudes y las ferocidades pero no las revelaciones
Los circuitos integrados pero no el despertar de la hierba
Los malos olores pero no la transpiración de los amantes
La estupidez y la vulgaridad pero no la evidencia de lo sensible
Lo redondo y lo cuadrado pero no lo indescifrable
Los trajes y las joyas pero no la transparencia de las aguas
Las metáforas pero no la poesía.
«También te recomiendo este trabajo muy actual para entender el sentido sin sentido de la derecha de aquí… Léelo», escribió Maduro para referirse a la obra El Señorito Psicópata de Vladimir Lazo. Luego recomendó la lectura del ejemplar Biblioteca del Pensamiento Crítico Venezolano.
Si es la producción literaria seleccionada para ocupar estos institutos y editoriales promocionados por el gobierno lo que está consumiendo el pueblo y la élite chavista, pues son entonces los poemas de Luis Mendoza Silva y María Jesús Escobar entre algunos, las páginas consultadas y absorbidas. Conformistas, ultra izquierda y selectos Apartando un poco las librerías de consumo público, el filósofo y profesor de la Universidad Central de Venezuela, Erik Del Búfalo expone una teoría en cuanto al comportamiento de lectura de quienes siguen al gobierno, partiendo de la idea de que hay tres clases de lectores chavistas:
En primer lugar, están aquellos que se conforman con la lectura de las redes sociales y los medios, pero citan grandes obras de la literatura universal que Chávez pudo haber nombrado; “es el caso por ejemplo de la Fiscal, quien recientemente citó a Víctor Hugo”, dice Del Búfalo.
Hay, en segundo lugar, una clase de chavista formada en la ultraizquierda de los setenta que debe haber leído a Lenin, a Marta Harnecker, a Dietrich, pero muy poco a Marx. “Es la izquierda tipo Eduardo Galeano”.
“En tercer lugar, hay un grupo chavista ‘más selecto’, que ha leído mucha filosofía y teoría crítica contemporánea. Me consta porque he tenido como a estudiantes a tres recientes ministros de Maduro, cuyos nombres, por ética docente, no puedo decir. Aquéllos han leído y estudiado a autores como Foucault, Deleuze, Zizek, etc.”
Desde el otro lado de la mesa el famoso Libro Azul de Chávez es consulta permanente entre los chavistas. Según el Comunicador Social e investigador Alberto Aranguibel, el pensamiento bolivariano y los postulados de Martí y Fidel continúan actuando como fuentes de referencia para el movimiento socialista. Aunque el mismo Aranguibel reconoce que entre los chavistas hay “una orientación pero no una sistematización. Desde el punto de vista doctrinario no hay nada establecido”. “Como es de esperarse en cuanto a la lectura propiamente dicha y cuáles son las vertientes e influencias literarias que se están revisando no hay nada sistematizado ni establecido, en la orientación ideológica del chavismo todo lo que tiene que ver con el pensamiento de Bolívar es materia de primer orden. Esa es la fuente inspiradora fundamental, y todo lo que tiene que ver con la revisión del pensamiento chavista, que, como es obvio, también es algo que es insipiente ya que no está desarrollado a profundidad” explica el comunicador
Dietrich , Lenin y Victor Hugo son una de las cosas que poco se encuentran en las Librerías del Sur. José Martí y Fidel siguen ocupando espacios en la biblioteca del Cenal. Pero es un puñado de lomos blancos con antologías poéticas de venezolanos en su interior lo que abunda hoy en día en estas instituciones adscrita al Ministerio del Poder Popular para la Cultura.