La bandera de Venezuela representa a todo el país y al Estado. Por lo tanto, debe llevarse siempre derecha: amarillo arriba, azul en el centro y rojo debajo como símbolo sagrado.
Si se voltea, energéticamente se voltea al país hacia las fuerzas oscuras del mal y advierten: «¡Cuidado, el maligno propicia esta acción en ciudadanos de buena voluntad como símbolo de protesta y realmente es un gravísimo error espiritual!».
Luz María Falcony Delfino, perteneciente al grupo de meditación Oneness Valls comparte: «Cuando se ora y se le pide a Cristo Nuestro Señor, jamás se pone el crucifijo al revés, pues se invoca la fuerza contraria. Por eso, si se invierte la bandera y ponemos arriba el color rojo, quiere decir que es la sangre derramada por la libertad e invocas sangre. Con el color amarillo en la última franja, que simboliza el oro y la riqueza nacional, invocas carestía y pobreza».
Muchos grupos religiosos y espirituales de Venezuela invitan a enderezar el rumbo del país hacia la luz, con la bandera de forma correcta sobre ella, sus afirmaciones y peticiones positivas como libertad, amor, fraternidad, prosperidad, justicia, salud, perdón, etc.