Curiosidades

La cafetería más bizarra del mundo está un basurero

Unos jóvenes japoneses, sentados a la mesa de un café, se divierten haciéndose selfis. Una escena bastante común, salvo que, detrás de ellos, se aprecia un montón de basura en el que se hunde una garra mecánica.

coffee shop japón
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Las tendencias gastronómicas en ocasiones pueden llegar a extremos para innovar, el caso de Gomi Pit no es la excepción a esta regla.

Mucho han evolucionado los tradicionales cafés parisinos que fueron replicados con éxito en todas partes del mundo. El Gomi Pit, un café en donde el atractivo principal no es el servicio, ni la calidad de los productos, sino por todo lo opuesto a lo que es agradable para los sentidos: disfrutar de la comida mientras se observa como grandes cantidades de basura son trituradas por una garra mecánica. Es decir, es una cafetería en un basurero.

cafe basurero

El Gomi Pit, del japonés «gomi» (basura) y del inglés «pit» (fosa) es la quintaesencia de qué tan creativo se puede llegar a ser cuando se trata dejar una huella en los clientes.  No obstante, este particular café en un basurero tiene un propósito más allá de impresionar a los comensales y es el de hacer eco en la conciencia de las personas de la cantidad de basura consumimos.

El contraste es sobrecogedor: la impecable sala ubicada en lo alto de este edificio de Musashino, en el oeste de la capital, donde decenas de personas pican un aperitivo y beben cócteles está separada por un simple cristal de un pozo en el que toneladas de basura esperan a ser quemadas.

El barrio Musashino exige a sus habitantes que separen cuidadosamente su basura en varias categorías, una práctica muy extendida en Japón. También hay que pagar por las bolsas de basura recogidas, una manera de animar a reducir la cantidad. Pero las autoridades locales esperan que mostrar la acumulación de residuos sea todavía más eficaz a la hora de concienciar a los ciudadanos.

cafe basurero
cafe basurero

«Muchos visitantes expresaron su sorpresa, afirmando que no tenían ni idea de cómo se trataba la basura que producen», apunta Ayana Seki, una responsable del departamento local de Medio Ambiente. «Muchas personas también nos dijeron que se quedaron estupefactas cuando constataron esas cantidades en el basurero, mientras que cada hogar solo tira una bolsa o dos».

La construcción del basurero costó 10.000 millones de yenes (80 millones de euros según el curso actual), y su funcionamiento costará la misma suma durante 20 años.

«Imponemos esta carga a otra ciudad. Deberíamos intentar reducir la cantidad de detritos que producimos», añade.

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