Al Horno Caracas, comida casera para llevar
La aventura de formar su propio negocio y la necesidad de reafirmar su compromiso con el país le dieron el impulso a Mercedes Malavé para poner manos a la obra y al horno
La aventura de formar su propio negocio y la necesidad de reafirmar su compromiso con el país le dieron el impulso a Mercedes Malavé para poner manos a la obra y al horno
Ella es profesora de la Universidad Monteávila, imparte la cátedra de «Cultura Iberoamericana, literatura y pensamiento» y buscó la manera de relacionar su vocación por la docencia y sus conocimientos, con su proyecto de emprendimiento.
Malavé, quien posee título de Doctorado comenta, en base a lo que ha estudiado, que las culturas se distinguen por sus cereales. Por ejemplo, si se habla del arroz automáticamente se piensa en los asiáticos, mientras que América por ser una cultura mestiza combina el maíz y el trigo como fundamento de su gastronomía. Por eso, estos son los ingredientes protagonistas en cada una de las opciones culinarias de Al Horno.
El objetivo de su emprendimiento es facilitarle a los clientes el momento de comer, sobre todo los fines de semana con la modalidad de comida para llevar. Como bien lo dice el nombre de la marca, todos sus productos son al horno porque además de brindarle una experiencia al paladar, quiere que sea de manera saludable.
El cliente puede comprar su producto congelado y prepararlo en casa o, si el consumidor lo requiere, se cocina en el establecimiento para que pueda retirarlo caliente y luego lo puedan comer en otros espacios en compañía de familiares y amigos.
Al Horno también tiene la meta de ser un centro de formación profesional. Los cocineros encargados tienen a un aprendiz con conocimientos básicos en cocina y en la práctica puede pulir sus técnicas mientras aprende trabajando. Se quiere que puedan formarse mediante la labor del día a día porque el éxito en la cocina, no solo se debe al conocimiento sino también al entrenamiento.
«Los productos que se venden en Al Horno tienen la garantía de que ha servido para ayudar en la formación de alguien. Se trata de motivar a la gente a que enseñe y comparta su conocimiento. Es tan difícil emprender en cualquier rubro en esta época, que si no se hace por un fin más trascendente casi que no vale la pena. Para mi, un modo de recuperar la inversión ha sido a través de la parte social. Además, hay mucho interés en el mundo gastronómico, hay talento nacional e interés en la cocina y el día de mañana esto puede convertirse en un potencial turístico, económico, laboral. Porque lo que siempre vamos a hacer es comer», comenta Malavé.
El producto final, además de cumplir con unos estándares de calidad, incluya una historia detrás de cada propuesta y en su caso es el valor de formar. Malavé habla de un principio de la vida social que la motiva y que lo aprendió en la Universidad Monteávila: la subsidiariedad que promueve en quienes tienen la posibilidad de invertir para que lo hagan pensando en ayudar a los más pequeños. Con su negocio tiene el deber de ayudar a otros a surgir.
El proyecto empezó en noviembre del año 2016 y abrió sus puertas en abril de 2017. Los clientes agradecen y valoran el esfuerzo de emprender en esta época, de querer hacer las cosas con cariño y de atender de forma personalizada a los amantes de la comida al horno. Principalmente se han dado a conocer por la recomendación de los clientes. Hay algo a su favor y es que, actualmente, la gente busca alternativas. Quizás ir a un restaurante todos los fines de semana es muy costoso y por eso han tratado de atender esa necesidad de comer rico pero con el mínimo gasto posible.
«Lo que más piden es la polvorosa de pollo y los panes Deli que son aromatizados con orégano y ajonjolí. Pero también ofrecemos polenta, polvorosa vegetariana con ricotta y espinaca, pizzas, masa de cachapa, salsas, pastas al gratén, pastichos, bizcocho de maíz (apto para intolerantes al gluten), tortas de zanahoria y chocolate, tres leches, pie de limón, marquesa de chocolate, golfeados, roles de canela, panes dulces y salados», comenta Mercedes, emprendedora y creadora del negocio.
Este proyecto está conformado por tres aprendices: una pastelera, un panadero y una cocinera. Mercedes ha estudiado mucho a lo largo de su vida, pero nada con relación en la cocina. Ella se encarga de la gerencia y motivación del equipo y finaliza la entrevista con esta frase: «Este reto me ha ayudado a renovar la virtud de la esperanza, tanto para mi negocio como para el país».
Coordenadas para comer Al Horno: