Un restaurante italiano en Altamira rompe cánones con su nuevo menú
Este restaurante de Altamira no se parece en nada a las tratorías de Caracas. La Dolce Vita se define como "eclécticopop" y quiere ofrecer una propuesta similar a la de un buen restaurante en Italia.
El menú de La Dolce Vita de Altamira rompe con lo común de cualquier restaurante italiano de Caracas. En las mesas no dominan los pastichos ni las pastas a la boloñesa. Sus comensales buscan otras cosas, platos de cocina italiana de vanguardia, similares a los que se podrían comer en un restaurante moderno de ese país.
Claro que hay pastas y risottos, pero presentados de maneras distintas a las acostumbradas. A ello se suman propuestas en las que pueden intervenir sabores de otras latitudes, especialmente asiáticos; o combinaciones arriesgadas de texturas y temperaturas en un mismo plato. Así es, por ejemplo, la ensalada capresa vitel toné, que juega con un choque de frío y tibio.
Esta diferencia en la propuesta gastronómica del restaurante quizás tenga que ver con que su propietario, René Sabino, lleva desde hace varios años el restaurante Salpoente, en Aveiro, Portugal, que se afinca en un producto tradicional de la culinaria lusa como es el bacalao, pero rompiendo con todos los cánones conocidos en su preparación y presentación. Ha sido tan exitoso que Salpoente ya acumula 3 tenedores de la Guía Michelin, el último otorgado este 2019 y que suelen ser preludio de las afamadas estrellas.
Desde que compró el local en Altamira donde funcionaba hace muchos años la primera La Dolce Vita, Sabino busca replicar la propuesta diferenciadora también en su restaurante caraqueño, como hace en el portugués. La nueva La Dolce Vita abrió hace un año, e impacta desde el primer momento con una decoración ecléctica, llena de elementos que por sí solos llaman la atención, pero que logran un conjunto armonioso dentro de su estilo. La película de Marcello Mastroianni, que tiene el mismo nombre del restaurante, es el leiv motiv de la decoración donde sin embargo también hace presencia Frida Kahlo o piezas de arte de creadores venezolanos.
«Somos un restaurante que puede ser calificado como de estilo eclécticopop, rompemos con la tratoría tradicional, buscamos hacer cosas más atrevidas», describe Sabino.
Con ocasión de su aniversario estrenan menú, manteniendo platos que ya se han hecho tradicionales como los tortelloni Sofía Loren que llevan panceta, tomate y cebolla, y sumando platos que invitan al comensal a arriesgarse. Entre ellos están los tortellonni rosa -coloreados con agua de remolacha-, con relleno de mascarpone y tomate seco y una salsa hecha a base de vino blanco, mantequilla, parmesano y rúgula, trabajados en textura cremosa que «creemos que van a ser la competencia de los Sofía Loren», dice el chef Ronmel Méndez, quien está en los fogones del restaurante desde su inauguración.
Las pastas se hacen cada día para consumir el mismo día. «Es lo primero que se hace al llegar al restaurante, así garantizamos que siempre sean frescas», asegura Sabino.
Las entradas juegan un papel protagonista en la carta de La Dolce Vita. En sopas, ensaladas y entradas se observa un gran uso de vegetales en combinaciones inéditas en la mesa pública de Caracas. Se ve, por ejemplo, el tartar de pomodoro, que se sirve sobre pan de focaccia y lleva una capa de yogurt griego decorado con un huevo cocido a baja temperatura, aromatizado con trufa. Está también la sopa de nabo y col, con un toque levemente picante natural de la col; las alcachofas con curry y camarones; o la crépe (presentada como wantón) rellena de ajoporro y prosciutto.
La bruschetta panasiática es parte del nuevo menú y se salta el convencionalismo de la rodaja de pan con tomate, queso, albahaca, aceite de oliva. Esta tiene varios sabores, pero se imponen el aguacate y los trocitos de mero crujiente.
Dos postres se han hecho favoritos entre los comensales durante este año: el tiramisú de Limoncello y la panacota, elaborados por la chef repostera Marjo Franco. La panacota se destaca porque Franco logra la textura perfecta en este postre del Piamonte, que debe ser más ligera que el flan pero, a la vez, untuosa.
Sin embargo, con el nuevo menú irrumpe un postre totalmente fuera de lo común. Se trata de una torta rusa, un bizcocho de miel con dulce de leche y ricotta espolvoreado con almendras. En el menú se llama simplemente «torta rusa» pero su verdadero nombre es Medovik Pushkin.
Este postre tiene su historia. La abuela de Victoria de Sabino, esposa de René, era bielorrusia y siempre se la preparaba. Como homenaje a ella, Victoria compartió la receta con Marjo y, así, también compartió ese sabor de su infancia con todos los comensales.
La innovación es constante de los restaurantes europeos modernos. Como en las pasarelas de alta costura, las propuestas se renuevan con las estaciones. Se elaboran menús primavera-verano y otoño-invierno. La intención de La Dolce Vita es renovar cada cuatro meses.
Al igual que lo que ocurre con cualquier restaurante en Italia, el menú de La Dolce Vita se apoya en muchos insumos europeos. Sabino utiliza la misma red de proveedores con los que cuenta en los restaurantes de Portugal para hacer llegar, hasta el miso restaurante, lo que necesita.
«La materia prima va de puerta a puerta y con unos costos mucho más bajos que si los adquiriera aquí. Por ejemplo, el aceite de oliva puede costar 4 veces menos. Por eso podemos traer cosas como mascarpone y parmesano originales. Eso nos permite mantener alta calidad y precios accesibles», argumenta Sabino.
Al sintetizar qué es La Dolce Vita, Sabino lo resume como un restaurante de cocina moderna que busca tener personalidad y que es atrevida, porque así es la vanguardia, dispuesta a salir de lo común.
Coordenadas
Dirección. Avenida San Juan Bosco de Altamira, a una cuadra al norte de la plaza Francia. Cuenta con valet parking.
Durante 16 años, Diana Garrido ha desarrollado una propuesta antiinflamatoria que, sin embargo, logra sabores extraordinarios y platos de alta calidad. El sábado 19 de octubre cocinará para los caraqueños
En la nueva carta de Menta & Romero se pueden encontrar platos novedosos, así como también algunos emblemáticos, que han acompañado al chef en otros fogones. Este sábado 21 de septiembre harán una cena especial para presentar parte de las novedades
La familia Díaz comenzó vendiendo jugos en Los Valles del Tuy y acaba de abrir su primer restaurante en Caracas, con platos hogareños como pabellón, pasticho, pasta boloñesa y tequeños