Gente del oficio

Comida mexicana: sin muchas complicaciones

Foto: Diana Baldera
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Isabel Morales tiene 30 años ofreciendo un menú saludable y económico a las afueras del supermercado El Patio de Los Palos Grandes. Aunque la mayoría no lo sospecha, Pedro Estrada tiene su parte en esta historia
Isabel Morales en realidad es Isabel Navas de Morales y, aunque su marido falleció hace ya 30 años dentro del metro de Manhattan, asegura que no se acostumbra a utilizar el apellido de soltera, el de su familia y sus orígenes en Sonora, al norte de México.
La señora Isabel (porque así le dicen los que no llevan demasiados años visitándola) se crió junto a ocho hermanos en esa región donde el machismo está especialmente instalado en la sociedad. Sin embargo, reconoce que nunca tocó una cocina. Ahí llegó a cautivar a dos productores de cine que la convocaron a un casting para una película protagonizada por María Félix, pero la cintura breve de la joven Isabel los dejó embarcados. Desde entonces le huye a cualquier resquicio de fama: “No soy pantallera, no me gusta llamar la atención”.
Luis Guillermo Morales estudiaba en la Academia Militar cuando su padre, Guillermo Donna, fue capturado por la Seguridad Nacional que comandaba Pedro Estrada. En ese momento, las cosas se complicaron para Morales, quien por culpa del régimen perezjimenista tuvo que exiliarse de Venezuela hasta llegar, por casualidades de la vida, a Sonora. En medio de ese desierto conoció y enamoró a Isabel, cuyos hermanos mexicanos no estaban felices de que tuviera un novio venezolano, por lo que la pareja decidió casarse rápidamente y volar hacia Los Angeles, California.
La señora Isabel guarda una foto en blanco y negro a las orillas de alguna playa en San Diego, por lo que no es de extrañar que, cuando su esposo le dijo que tocaba regresar a Venezuela, la idea le pareciera todo menos interesante. Era el año 60, calcula, conservando siempre una ambigüedad hecha a la medida para que su edad sea un misterio.
El señor Morales, un periodista que fue parte de la revista Momento junto Carlos Rangel, murió de forma inesperada y la señora Isabel, que nunca había cocinado, se las tuvo que ingeniar para mantener a flote un hogar con tres hijos. Llamó a su familia en México para pedir la receta de tacos, tamales, tostadas y burritos con la excusa de que iba a recibir invitados. Larga visita, pensarían sus hermanos, que al día de hoy no saben que la señora Isabel lleva 30 años con un carrito de comida mexicana parado en el estacionamiento del supermercado El Patio, en Los Palos Grandes.
Luego de tres décadas ese lugar es un clásico sin comparación en la ciudad por el que han pasado sus hijos y nietos a echar una mano en distintos momentos, eso sí, siempre con ella al frente, la misma que prepara tres kilos de carne y cuatro pollos cada mañana, las tortillas de harina de trigo para los burritos todas las noches y las tortillas de maíz para los tacos y tostadas dos veces por semana. Abre de lunes a viernes a eso de las 12 del mediodía y si a las 2 de la tarde todavía hay comida es que la cosa estuvo floja. “Hace tiempo que no ocurre”, confiesa cansada y sorprendida por la velocidad con la que se ha corrido la voz últimamente.
De todos modos, el futuro del carrito parece seguro: “Mientras estoy aquí no me duele nada, pero cuando llego a la casa me comienzo a sentir incómoda. No creas que es porque esto me encanta, pero estoy acostumbrada y me gusta chismear con la gente”. Sonríe y continúa: “No sé, creo que lo importante es eso, tomárselo con calma y no enrollarse mucho. Yo nunca sé cuántas tortillas traigo, hago las que me provoca y punto, por eso no me interesa tener ningún socio”.
Una mujer se baja del carro y pregunta si queda algo. Son las cinco de la tarde. La señora Isabel la mira, incrédula: “No mija, vente mañana”, pero alguien que pasa por ahí, quizás empleado del supermercado, completa el consejo: “Comienza a hacer cola a eso de las 11:30”. Podría parecer una exageración, pero es necesario tener paciencia para comer donde la señora Isabel Morales. Al final, eso sí, todo tiene su recompensa.
* Actualmente sus nietos son quienes se encargan del negocio llamado Mi Cuate manteniendo la misma calidad dela Sra. Isabel.]]>

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