La maestra parrillera Rayme Camacho considera que las mujeres deben atreverse a preparar carnes y embutidos porque tienen el talento de elevar las preparaciones
Cerca del mediodía, algunas brasas aguardaban ya encendidas en el restaurante Fogón Food & Drink de la ciudad de Valencia. La maestra parrillera Rayme Camacho, conocida como la «Generala de las brasas» inició un taller para animar y sumar mujeres parrilleras al mundo del grill.
Entre trucos y buen ánimo, la Generala inició explicando la importancia que tienen las mujeres en el mundo de la parrilla, resaltó la relevancia de mantener un espacio totalmente limpio y con utensilios como un cuchillo afilado para realizar los cortes óptimos, pinzas y tablas que, aunque refirió que hay quienes las usan de plástico, ella las prefiere de madera.
La ropa es muy importante, y explica que debe ser holgada y resistente al calor, además de usar un delantal completo que proteja el área del pecho hasta el vientre en el caso de las mujeres pues la tarea primordial de todos los parrilleros es de cuidar y proteger sus órganos del calor.
La Generala enfatizó en que las brasas no se encienden con querosén ni gasolina ni tiner. Se encienden con una mecha de papel o el cartón de huevos impregnado en aceite vegetal, preferiblemente si anteriormente se ha utilizado en la cocina en alguna otra cocción, colocando aceite en el centro del carbón y dejando caer la mecha encendida.
El taller que dictó la Generala de las brasas formó parte de las actividades de la Academia La Montserratina, que busca difundir la cultura parrillera y compartir las mejores técnicas a todo el público. Esta actividad fue dedicada especialmente a las mujeres que son mamás, para que también se luzcan en el grill.
Rayme Camacho explica que son indispensables tres elementos: fuego, oxígeno y comburante (leña, gas o carbón) para una buena parrilla. Otra recomendación indispensable es tratar de usar piezas completas de carbón.
Lo que explicó la maestra parrillera es que la mujer puede aportarle un plus a los productos al grill y sirvió ejemplos: la morcilla en una canastilla de plátano maduro, la salchicha blanca en choripán con chorizo Vela madurado y chimichurri, Pork Belly al estilo de porchettas aliñadas y rellenas de chorizo parrillero, el chorizo ahumado con salsa de perejil, vinagre, aceite y ajo; el chorizo jalapeño con salsa de pimentón rostizado y un toque de azúcar para balancear la acidez del pimentón, vinagre, ajo, aceite y sal y, para cerrar el día de las mamás parrilleras, la Paella parrillera.
La Paella parrillera la elaboró con un sofrito de cebolla, ajo, pimentón y tomate, chorizos, salchichas blancas crudas, arroz, condimentos y más del doble del caldo de pollo y muchacho redondo, adornada con vegetales como zanahoria, berenjena y calabacín.
“Tenemos una organización sin fines de lucro que se llama Parrilleras Internacionales, que son mujeres parrilleras de 7 países diferentes. En este momento, Venezuela es pionera en ese en ese grupo y sí estamos tratando de llevar a las mujeres a la parrilla porque no se atreven. Les da miedo pero, después que lo conocen, les encanta. Y sí hay mujeres parrilleras lo que pasa es que no salen como salgo yo, pero sí hay muchas mujeres parrilleras y buenísimas. Mujeres que saben de parrillas, hay mujeres despostadoras, mujeres carniceras y me encanta porque estamos inscribiendo a la mujer en todo trabajo del hombre”, explicó.
Sobre el maquillaje, algo muy presente en la mujer venezolana, la Generala dice que hay que estar cuidándose siempre para no «parecer un pastelito grasoso». Recomienda no exponerse tanto, y tratar de buscar la manera de cocinar sin tanto calor.
Es importante hidratarse muchísimo y bañarse antes de empezar el evento de la parrilla, y también recomienda que, al estar expuestos al calor, no meter las manos en agua fría ni en el hielo, para protegerse del cambio brusco de temperatura.
«Puede pasar que, si estás en plena parrilla, en pleno calor, y metes la mano en la cava para agarrar un hielo, la mano se puede engarrotar», dice.
«La mujer debe atreverse a hacer parrilla porque tiene el don de poner las cosas bonitas. Algo sencillo puede convertirse en una flor», dijo, haciendo un símil.
El nombre de la «Generala de las Brasas» surgió porque su esposo es militar y, cuando empezó en el mundo de las parrillas, ella usó los uniformes de su esposo para sustituir las filipinas.
«Y una vez alguien me dijo: ‘tú mandas más que un sargento’ y le dije: ‘mi esposo es coronel y yo mando más que él, así que yo soy la Generala«. Y de ahí quedó el apodo con el que ahora la conoce todo el mundo del grill.
Aunque comparten similitudes en su origen y su proceso de curación, se diferencian en algo más que el grosor
