Congelar verduras, frutas, huevos y leche ayuda a tener estos alimentos siempre en buen estado y disponibles, sobre todo si compraste de más. Compartimos técnicas para hacer del freezer un gran aliado
Congelar los alimentos, incluidas verduras y frutas, es una práctica de conservación que existe desde la prehistoria. Sin embargo, se hizo popular a finales del siglo XIX con la aparición de la refrigeración mecánica.
La conservación de los alimentos a través de la congelación se basa en el efecto que ejerce sobre los microorganismos, anulándolos e impidiendo que se deterioren los alimentos. Es lo mismo con vegetales y frutas.
Lo importante es respetar la cadena de frío al descongelar. Lo ideal es hacerlo pasando el alimento 24 horas antes a la nevera. Si las verduras o frutas se van a usar en guisos, sopas o compotas, se pueden cocinar directo del congelador.
«Congelar vegetales y frutas alarga el período de vida y aprovecha sus nutrientes. En el caso de las frutas, se detiene la maduración», explica Nixa Martinez, del Colegio de Nutricionistas de Venezuela. Es una excelente manera de rendir la comida, de guardar lo que se compra de más y de garantizar los nutrientes en caso de no poder salir de casa por alguna razón.
A continuación, compartimos técnicas para congelar verduras, frutas y otros alimentos como huevos y leche.
Te sorprenderán algunas verduras y frutas que pueden mantenerse bajo cero.
Hay que tener en cuenta que tanto la leche cruda como la pasteurizada pueden congelarse, ya que no se altera el perfil nutricional ni se destruyen las enzimas o los probióticos.
Lo difícil de los alimentos lácteos, es saber en qué tipo de recipientes guardarlos. Lo recomendable, en el caso de la leche, es un recipiente de vidrio. Para evitar que se rompa el frasco, no debes llenar el envase y es bueno dejar la tapa semi abierta para liberar la presión. Cuando termine de congelar, puedes cerrarla.
Cuando se desee guardar la leche cruda, debe de agitarse bien, para que de esta manera se distribuya la crema. Igual al descongelarla. Hay que esperar que se deshiele muy bien y agitarla antes de consumir.
No es una práctica muy habitual en la cocina, pero es una solución práctica si has comprado muchos huevos. Si están bien envasados pueden mantenerse por meses.
Se congelan sin cáscara. Si no se hace, se va a romper por la expansión del huevo al expandirse con el frío. Se le quita la cáscara y se guardan los huevos en un recipiente hermético dejando un espacio libre para que puedan crecer.
Los huevos pueden ser congelados con la yema y la clara separadas o juntas.
Las claras, cuando se descongelan, suelen ser iguales como cuando estaban frescas. No obstante, las yemas cuando se congelan, se ponen un poco más duras. Funcionan muy bien para pericos o tortillas.
El aguacate es una fruta que tiene características particulares, como su alto contenido de grasas buenas.
Puede congelarse pero, al perder frío, la textura cambia. Lo ideal es usarlo para platos que lo requieran triturados, como la guasacaca o el guacamole.
Para congelar: Lava el aguacate completo, córtalo por la mitad, retira la pulpa e introdúcela en un recipiente.
Otra opción es triturar previamente el aguacate e introducirlo en una bolsa con cierre hermético. Así, cuando se necesite, solo debes de descongelarlo para usarlo. El puré de aguacate queda perfecto al descongelar en la nevera.
Muchos se preguntan si el jengibre se puede congelar y la respuesta es sí. Pero no es recomendable congelar la pieza completa. Lo ideal es cortarla en rodajas, según lo que se suele usar al cocinar.
Las rodajas deben de guardarse en una bolsa con cierre hermético antes de guardarse en el freezer. Dura varios meses.
Con el jengibre también se puede hacer infusión, que ayuda a fortalecer el sistema inmunológico.
Las espinacas se pueden mezclar con una pequeña cantidad de agua y congelar en recipientes. Cuando las necesites, están listas para agregar a guisos, pero limita el agua que uses en la preparación, porque ellas van a soltar bastante líquido.
Para las hortalizas de mayor tamaño como coles o acelgas, hierve las hojas y después refréscalas, guárdalas en un recipiente acompañado de agua fría e ingresa al freezer. Las hojas pequeñas se pueden congelar enteras, mientras que las más grandes se pueden cortar.
Un dato curioso es que se pueden congelar las hierbas con aceite de oliva. Así tendrás siempre aliños a mano.
La berenjena es una hortaliza que se puede encontrar todo el año. Pocos saben que se puede congelar y tener a la mano ante cualquier eventualidad.
Antes de congelarlase debe cocinar brevemente la berenjena. Lo recomendable es escaldarlas, es decir pasarlas rápidamente por agua hirviendo y cortar según la receta que se necesita preparar. El procedimiento es así:
Prepara una olla con agua para calentar, sin sal, pero con un toque de jugo de limón. Cuando el agua hierva añadir la berenjena en trozos y dejar por unos minutos. El tiempo siempre va a depender del tamaño. Las rodajas gruesas pueden durar cuatro minutos, mientras que los trozos más pequeños pueden hervir apenas dos minutos.
Cuando acabe el escaldado se debe de cortar las porciones rápidamente, por lo que es importante tener un bol de agua con hielo preparado para sumergirlas allí y cortar la cocción. Después se deben de escurrir bien y secar con papel de cocina.
Antes de congelar, se debe saber si se quieren en rodajas o sueltas. En el primer caso, se debe de colocar las berenjenas en una bandeja, sin que las rodajas se toquen entre sí. Cuando estén congelados puedes pasarlos a una bolsa con cierre hermético para proteger al vegetal del frío y de los olores que pueda agarrar de otros alimentos, y para ocupar menor espacio.
Por otra parte, también puedes preparar las berenjenas a la plancha o al sartén, para después guardarlas en el congelador ya cocinadas.
El tiempo de congelación recomendado para esta hortaliza está entre los 9 y los 12 meses.
El calabacín también es una hortaliza que podemos encontrar todo el año, pero la mejor cosecha se da en julio, agosto y septiembre. También se pueden congelar.
No se puede helar entera, es mejor cortarla en rodajas o bastones que se deben bañar en agua hirviendo.
Después de sacarse el calabacín del agua hirviendo, debe de sumergirse en agua fría con hielo un rato.
El procedimiento para congelar es igual que con la berenjena (leer más arriba). El calabacín puede mantenerse bajo cero por dos meses.
Si el pimentón se hiela bien, mantiene todas sus propiedades. Se recomienda congelarlos cuando estén frescos.
Hay que lavarlos primero con agua fría o tibia. Es importante que se elimine todo el resto de tierra y suciedad que pueda tener. Por último, sécalos con papel de cocina.
Cuando los vayas a congelar retira los tallos y las semillas. Hay quienes prefieren congelarlos en mitades. No está mal pero es mejor cortarlo en trozos.
Las frutas como moras, fresas, arándanos, cerezas o ciruelas, tienen alto contenido en vitaminas, minerales y fitoquímicos, cuya función es ser antioxidantes.
Este tipo de fruta no necesitan cocinarse antes de congelar.
Para que mantengan la forma, hay que limpiar las frutas antes y colocarlas separadas en una bandeja, que no se junten unas con otras.
Al estar congeladas se sacan de la bandeja, se guardan en una bolsa con cierre hermético y volverlas a introducir al congelador.
La cebolla es uno de los ingredientes más usados en la cocina ya que está presente en cualquier tipo de sofrito sean para el arroz, guisos, salsas, sopas, caldos… Y también se pueden congelar siempre y cuando estén frescas y se vayan a cocinar al descongelarlas porque pierden su textura crujiente.
Córtalas como prefieres, guárdalas en un recipiente o bolsa con cierre hermético y al freezer.
Necesario es pelarlas, lavarlas y guardarlas en trozos o bastones. Si se va a hacer hervida, se puede poner en agua directamente del freezer. Y si los bastones se sancochan antes, también se pueden freír sin necesidad de descongelar.
El maíz es el cereal más usado a nivel mundial, llegando a superar al trigo y el arroz.
Antes de congelar el maíz se deben quitar todas las hojas y las hebras que recubren los granos. En una olla hierve agua y coloca las mazorcas.
Al retirarlas se deben sumergir en agua fría para enfriarlas y luego, con un cuchillo desgranar.
Lo que se congela son los granos de maíz, guardados en envases o bolsas herméticas.
Y si quieres saber otras técnicas para rendir más los alimentos, sobre todo aprovechando las sobras y pedacitos de cosas que quedan después de cocinar, lee en este link los consejos de Aixela Valentín, panadera, cocinera y mamá de dos.
El congelamiento paraliza la acción de los microorganismos, impidiendo que los alimentos se deterioren. Esto no significa que todos los microbios mueran. Los que sobreviven pueden recobrar su actividad después de descongelarse y multiplicarse con mayor rapidez.
Por eso es importante mantener la cadena de frío al descongelar, haciéndolo en la nevera 24 horas antes de utilizar el alimento.
Los alimentos congelados suelen ser más saludables porque no tienen contacto directo con el medio ambiente. Muchas veces, las bacterias se filtran en la piel de la fruta, afectando la calidad del alimento.
«Los vegetales se caracterizan por tener menos protección porque no hay piel de por medio. De no consumirse de inmediato se deben conservar en el refrigerador o nevera, tratando de que frutas y hortalizas queden separadas y bien protegidas, evitando el contacto con el agua, de manera que la cadena de frío nunca se vea interrumpida», continúa.
Los congeladores pausan los alimentos, incluso anulan la fecha de caducidad. También permiten almacenar alimentos durante años, no obstante la calidad comienza a deteriorarse a los tres meses.
Lo recomendable es que los alimentos se mantengan helados por un plazo máximo de seis meses.
Muchos desconocen que los huevos, las hierbas frescas y los quesos pueden congelarse. Este aspecto ayuda a rendir más los alimentos, a ahorrar y a producir menos basura.
En Reino Unido, se creó la campaña Food Love Hate Waste (Ama la comida, odia la basura en español), para dar a conocer al público cómo congelar vegetales y frutas, además de otros alimentos, y ayudar al medio ambiente.
Elena White, vocera de la campaña, explica que “todos los alimentos se pueden congelar, excepto unos pocos, como los quesos blandos, pero porque pierden la textura”.
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