Venezuela

¿Qué puede hacer el Gobierno para impedir que una nueva directiva de la AN asuma?

Mientras se mantenga el “desacato”, ninguna opción puede descartarse. El Tribunal Supremo de Justicia puede intervenir directamente en la designación de las autoridades de la Cámara. Maduro parece reconocer el ascenso de Borges, pero ya Cabello indicó que la designación del futuro jefe de la AN no tendrá ninguna validez. Estos son algunos posibles escenarios

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Todo es posible en la dimensión desconocida. Y en Venezuela. Un mero trámite administrativo se convierte en un proceso intrincado, enigmático, impredecible. En una democracia es cosa sencilla. Pero esto es la revolución chavista y por eso nadie puede afirmar a esta hora que la Asamblea Nacional mantendrá sus puertas abiertas y que su nuevo presidente será Julio Andrés Borges.

Respetando el sistema de rotación que acordó a principios de año, la bancada de la Unidad resolvió encumbrar a Borges (PJ) al frente de la junta directiva de la Cámara en sustitución de Henry Ramos Allup (AD). Sin embargo, en este caso no basta con tener el respaldo de la mayoría parlamentaria. Apoyándose en sus magistrados del Tribunal Supremo de Justicia, el Gobierno del presidente Nicolás Maduro amenaza con intervenir en la designación de las autoridades del Poder Legislativo venezolano.

El TSJ declaró en desacato a la AN y determinó que todos sus actos son “manifiestamente inconstitucionales y, por ende, absolutamente nulos y carentes de toda vigencia y eficacia jurídica”. Esto incluye la escogencia de su propia cúpula. La “transición” formal en el Parlamento depende de que el nombramiento de Borges aparezca publicado en Gaceta Oficial.

El boicot del Poder Judicial, siguiendo las directrices del chavismo, abre una serie de posibilidades, según analiza un abogado constitucionalista cercano a la Unidad. Un primer escenario es que, apelando al principio de “continuidad administrativa”, Ramos Allup conserve la jefatura de la institución. “Al no poder asumir la nueva, quedaría la junta directiva actual”, también integrada por el primer vicepresidente, Enrique Márquez (UNT), y el segundo vicepresidente, Simón Calzadilla (MPV).

No obstante, el experto advierte que nada impide que los magistrados den rienda suelta a su “creatividad” para incordiar aún más a la oposición. Empleando la figura de la “omisión legislativa” –la misma que utilizaron para ratificar a los rectores del Consejo Nacional Electoral- los togados pueden elegir directamente al jefe de la AN. “Bajo la excusa de que el Parlamento no cumplió con su función, el TSJ asumiría esta competencia para designar a un Héctor Rodríguez (PSUV) o un Diosdado Cabello (PSUV) como reemplazante de Ramos Allup”, alerta la fuente consultada.

El juego político

No bastó con la desincorporación “voluntaria” de los diputados de Amazonas –impugnados por el chavismo. El TSJ exige a la Cámara que vote públicamente la separación de estos legisladores para levantar el desacato. Hasta la fecha, la Unidad se ha negado a ceder ante la presión del Poder Judicial, que igualmente demanda a los diputados que reformen el Reglamento Interior y de Debates para que cuenten con su bendición.

Aunque ya está en receso, la AN podría convocar a una sesión antes de que finalice el año para complacer al oficialismo y eliminar la medida que la ata de pies y manos. De lo contrario, los magistrados seguirán desconociendo al Poder Judicial. “Si el nombramiento de Borges no sale publicado en Gaceta Oficial, tampoco procederían las designaciones que firme ni podría administrar recursos públicos. En definitiva, no ejercería la presidencia del Parlamento”, subraya el abogado constitucionalista.

Maduro parece reconocer ya al coordinador nacional de Primero Justicia como líder del Poder Legislativo, pese a que también destacó que su eventual ascenso «es írrito y nulo porque están en desacato». “Julio Borges, ojalá cumplas esta vez, de que él sí se iba a entender entre los poderes públicos y él iba a hacer un presidente institucional de la AN (…) le deseo suerte al nuevo presidente de la Asamblea Nacional”, saludó el mandatario el martes 20 de diciembre.

En cambio, el primer vicepresidente del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), Diosdado Cabello, expresó una opinión distinta el miércoles 21: “Si la AN, los diputados de la oposición van el 5 de enero y eligen presidente de la Asamblea a alguien de la oposición, eso no tiene ninguna validez, porque la AN está en desacato”.

El jefe de la Comisión de Política Exterior y candidato a ocupar la primera vicepresidencia de la Cámara, Luis Florido (VP), llamó a la comunidad internacional a estar vigilante “ante cualquier posibilidad de que el Gobierno de Nicolás Maduro quiera desconocer a la AN e incluso impida la juramentación de la nueva directiva para el periodo legislativo 2017”. En esa misma línea, el secretario ejecutivo de la Mesa de la Unidad Democrática, Jesús Torrealba, comentó al diario Clarín de Argentina que dentro del chavismo “hay sectores dispuestos a intentar un golpe palaciego al estilo del ‘fujimorazo’ peruano, cerrar el Parlamento y reprimir a la oposición cada vez más activa”.

Cabello lo adelantó. “Señores escuálidos, no vayan a dormir el 24 y 31 porque les va a tocar San Nicolás la puerta con su sorpresita”, dijo el portavoz del PSUV. Frente a un panorama tan complejo, la opción de que el TSJ entregue a un diputado chavista la dirección de un Parlamento de mayoría opositora no es un chiste del Día de los Inocentes.

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