La caída de la producción nacional y la regulación de los precios ha convertido a Venezuela en un importador de café, luego de haber sido uno de los principales exportadores. De acuerdo con la nota publicada por la agencia, el Departamento de Agricultura de Estados Unidos espera que la demanda en Venezuela alcance 1,3 millones de sacos de 60 kilos en la temporada de cosecha -que termine en septiembre- mientras la producción local de 660.000 sacos es la tercera menor de 1960-1961.
Para compensar la diferencia, Venezuela tendrá que importar un récord de 685.000 sacos, según previsiones de USDA. Para suplir estas necesidades, el país tuvo que aceptar pagar altos precios por el grano.
«Para asegurar el volumen que necesitan, tuvieron que pagar un mejor precio que el que se ofrece en el mercado local», dijo José Ángel Buitrago, presidente de la Asociación de Exportadores de Café de Nicaragua.
Datos de Cetrex, citados por Reuters, mostraron que Venezuela pagó en promedio $2,21 por libra por el café de Nicaragua a finales de 2014, un 50% más que los precios pagados por los compradores estadounidenses.
Pero los altos costos no implican mayor calidad. De hecho, ésta es menor a la de los granos que se envían a Estados Unidos, dijo Vicente Pérez, director ejecutivo de Fedeagro, a la agencia. Los importadores de ese país, incluso, han rechazado en ocasiones el producto.
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