Caída de las importaciones paraliza transporte de carga en los puertos
El movimiento de mercancía en Puerto Cabello apenas representa 10% de lo registrado en años anteriores, lo que ha reducido drásticamente las fuentes de trabajo en la región.
El movimiento de mercancía en Puerto Cabello apenas representa 10% de lo registrado en años anteriores, lo que ha reducido drásticamente las fuentes de trabajo en la región.
Para los transportistas de carga del centro del país, los problemas no dejan de suscitarse. A la queja constante por el mal estado de las vías, la galopante inseguridad y la imposibilidad de reponer unidades por falta de oferta, se suma una severa crisis por la falta de repuestos y la drástica caída del arribo de mercancía al puerto de Puerto Cabello –su principal fuente de empleo-, razones que han llevado a la paralización de más de 60% de la flota.
“La situación va empeorando día a día. A todos los problemas que vivíamos se nos suma la disminución de fuentes de trabajo debido a los que estamos viviendo a nivel nacional: la parálisis del sector industrial y caída de las importaciones, lo que genera que en los puertos el transporte esté trabajando a 10% de su capacidad”, afirma Jonathan Durvelle, presidente de la Cámara de Transporte del Centro (Catracentro).
La afirmación del vocero de los transportistas no carece de argumentos. De acuerdo con las estadísticas del sector, la capacidad utilizada actual en la industria manufacturero apenas supera 20% (con bajas menores a 10% en algunos casos, como el automotriz), mientras que el ritmo de las importaciones ha disminuido más de 80% respecto a los número de tres años atrás, de acuerdo con datos de los gremios del área.
En el caso específico de Puerto Cabello, Durvelle asegura que la actividad del transporte ha bajado hasta 90%, toda vez que la poca mercancía que llega en su mayoría está destinada a empresas del Estado, cuya propia flota deja poco espacio a los gandoleros privados. “Somos muchos transportes con poco trabajo», señala.
Esta situación ha llevado a la desaparición de la especialización, y así también los camiones que se dedicaban al granel trabajado con contenedores, o contenedores trabajando carga suelta, líquidos dedicados a carga especial y un largo etcétera. “Eso del transporte específico está paralizado porque hay que trabajar en lo que salga. El trabajo se ha convertido en un batalla y muchas veces desleal”, afirma el vocero.
A eso hay que sumarle la falta de repuestos, que se ha agudizado, y refacciones que podrían hacerse en pocas horas se prologuen hasta por varios meses, teniendo que hacerse con piezas que superan en 10 veces su valor original bien por el alza de la divisa y por especulación.
Aunque aplaude la iniciativa gubernamental de distribuir algunos repuestos, Durvelle afirma que las proveedurías apenas satisfacen 20% de la demanda, y ejemplifica esta situación señalando que mientras un vehículo pesado requiere de 20 neumáticos, el programa público solo puede suministrar 4. “El precio de estos cauchos es bajo pero los otros los tenemos que comprar a precios muy altos, lo que incrementa mucho los costos”, dice.
Con ello el presidente de Catracentro trae a colación el tema tarifario, pues mientras sus costos operativos han subido de manera exponencial no pueden trasladarlos a los fletes pues las tarifas de los rubros estratégicos están reguladas, y aunque la vigencia de la regulación venció el pasado 18 de marzo, el gremio no ha sido convocado a reuniones para ajustar los montos.
En el caso de las tarifas no reguladas, el vocero asegura que deben ser revisadas mes a mes pero sin poder trasladar todo el peso de los costos pues los montos serían impagables.
No menos preocupante es el tema de la inseguridad, que se ha incrementado recientemente por los saqueos de las unidades, lo que ha obligado que las cargas de alimentos estén saliendo de Puerto Cabello escoltadas por cuerpos de seguridad del Estado para evitar este tipo de incidentes.