La tasa fue 2,4 puntos porcentuales mayor a la registrada en el mismo trimestre de 2014, cuando el desempleo fue de 6,6%, y 0,4 porcentuales superior a la del trimestre comprendido entre mayo-julio (+8,6%) de 2015, según los datos divulgados por el estatal Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE).
Entre agosto y octubre del pasado año, 9,1 millones de personas estaban sin empleo en todo el país, lo que supone un aumento de 5,3% frente al periodo comprendido entre mayo-julio y 38,3% frente a los mismos meses del año anterior.
La población ocupada, por su parte, permaneció estable, con 92,3 millones de personas, de acuerdo con el instituto estatal.
El dato corresponde al Estudio Nacional por Muestra de Domicilios Continuo (PNAD Continuo, por su sigla en portugués), un indicador que el IBGE adoptó a fines de 2012 de acuerdo a recomendaciones de la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
El PNAD Continuo sustituirá la anterior medición, que toma como referencia tan sólo a seis regiones metropolitanas (Sao Paulo, Río de Janeiro, Belo Horizonte, Salvador, Recife y Porto Alegre).
Los números divulgados por el Ibge reflejan el deterioro que ha sufrido el mercado laboral brasileño en el último año debido a la delicada situación económica que atraviesa la economía brasileña.
De acuerdo con la previsión de los analistas financieros, la economía se contrajo alrededor de 3,70% el pasado año, el peor resultado desde 1990, y caerá alrededor de 3% en 2016.
Si se cumplen las proyecciones, será la primera vez que Brasil registra dos años consecutivos en números rojos desde 1948, cuando comenzó la serie histórica oficial del IBGE.
Vender otra vez electricidad a Brasil, como ofrece Nicolás Maduro en su reciente visita a Brasilia, es posible a pesar de los problemas en Venezuela. Lo que no puede hacer su régimen es enviar esa carga eléctrica al centro y occidente de Venezuela donde los apagones son constantes. Incluso, ni siquiera a Caracas, ciudad intocable, que día a día siente más el descalabro del sistema eléctrico.
Los inversores creen que la confianza en los activos brasileños se debilitarán, una confianza que se ha visto afectada por el temor a que Lula aumente el gasto público y deshaga las reformas más favorables para el mercado
Al comenzar 2022, se estima que en total hay unas 28 millones de personas que buscan ocupación sin encontrarla. En América latina y el Caribe la informalidad es la norma. Los jóvenes y las mujeres son los más afectados por esta crisis crónica.
