Ha pasado una década desde los mejores números de la industria automotriz venezolana. Desde entonces el deterioro ha sido gradual hasta mostrar hoy una sector ensamblador casi inexistente, que opera a 0,4% de su capacidad.
Como resultado, los fabricantes de autopartes han resultado afectados. Las empresas cuya producción está dedicada exclusivamente a las ensambladoras, tienen un nivel de operación de 5%, señala Omar Bautista, presidente ejecutivo de la Cámara de Fabricantes Venezolanos de Productos Automotores (Favenpa), en entrevista con El Estímulo.
De las seis empresas asentadas en el país, en julio FCA (antigua Chrysler), produjo 30 unidades; Ford (76) y Toyota (100), de acuerdo con la Cámara Automotriz de Venezuela (Cavenez). Iveco, Mack y MMC Automotriz siguen sin poder reanudar actividades por falta de material de ensamblaje.
El gobierno, a través de empresas conjuntas con China e Irán, ha ensamblado en el país desde 2011 aproximadamente 80.000 unidades, pero todos sus componentes fueron importados, detalla Bautista.
Un sector que tiene como base la compra de acero para su producción, solo ha contado con 5% del acero requerido para sus operaciones, tras los distintos problemas que confronta Sidor. Así, han recibido 2.500 toneladas de las 50.000 toneladas necesarias.
La suspensión de las subastas del Tipo de Cambio Complementario Flotante de Mercado (Dicom) supone una nueva traba para el reducido mercado de autopartes.
En las primeras 14 pujas (de las 15 realizadas) el sector fue adjudicado con 7,8 millones de dólares en tres meses, en tanto apenas recibieron 3 millones de dólares entre enero y mayo en el Sistema Marginal de Divisas (Divisas).
Si bien con el Dicom el sector había obtenido un poco de oxígeno para sobrevivir, la decisión del presidente Nicolás Maduro de cancelar las subastas de dólares y reemplazarlas por la de otras divisas como rupias, rublos y yuanes (aún sin funcionar), dificultará la importación de materias primas, reconoce Bautista.
Los insumos se adquieren en diferentes mercados como Brasil, EEUU, Europa, Corea del Sur, Japón, China, tanto en dólares como en euros. Cambiar de moneda supone que el proceso demore más tiempo para poder encontrar otros proveedores, aclara el representante empresarial.
Sin embargo, advierte que con China no han tenido experiencias satisfactorias. «Es otro mundo. Identificar nuevos proveedores en China es un proceso, por lo extenso, lo gigante de las empresas, el idioma y la cultura».
Esta situación puede tener una mayor repercusión en los inventarios. La ventas de autopartes nacionales en el mercado de reposición cayeron 27% hasta el mes de julio en comparación con los primeros siete meses de 2016.
Bautista indica que en la baja de las ventas, 50% responde a la caída del poder adquisitivo y el otro 50% a la falta de materia prima.
Dado el entorno económico actual no hay expectativas de una mejora. De hecho, estiman que en este segundo semestre se mantendrán los mermados niveles de venta y de operación de la primera mitad del año.
Favenpa, con sus 66 afiliados, trabaja en conjunto a 18% de capacidad. Los fabricantes de cauchos, por ejemplo, que recibían dólares del Dicom, estaban trabajando a 30% al cierre de julio.
El sector de autopartes que se vio beneficiado de la Comunidad Andina de Naciones, unión aduanera de la que Venezuela se retiró en 2006, en los primeros siete meses de este año solo exportó un millón de dólares.
En 2006 la cifra se ubicó en 260 millones de dólares para cerrar 10 años después (2016) en apenas 2 millones de dólares.
]]>