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Ely Méndez, el último ídolo de la Billo’s Caracas Boys

Con motivo del fallecimiento por covid-19 del vocalista larense, se impone hacer un recuento de los cantantes más populares surgidos de la orquesta de Billo Frómeta, que también lanzó al estrellato a Felipe Pirela, Cheo García, Memo Morales y José Luis Rodríguez

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Ely Méndez
Cortesía

Cuando se conoció la muerte del cantante Ely Méndez, fallecido la madrugada del viernes 5 de febrero, en la policlínica Santiago de León de Caracas, como consecuencia de la covid-19, los medios se enfocaron especialmente en los casi 50 años de permanencia del larense como vocalista de la Billo’s Caracas Boys, la orquesta a la cual ingresó el 15 de julio de 1971, convirtiéndose en el de más larga data en el seno de la agrupación fundada por el músico dominicano Billo Frómeta.

“No hay vocalista en ninguna orquesta en el mundo que se haya presentado tanto tiempo en una agrupación musical como Ely Méndez”, destacaba en 2019 Telmo Pérez, director de la Billo’s Caracas Boys -o, para decirlo más exactamente, de una de las tres formaciones que hoy existen con esa denominación, regentadas por descendientes del fallecido maestro dominicano-, al informar sobre los dos conciertos que se realizarían en el Centro Cultural BOD, con motivo de las ocho décadas de la banda, espectáculos que servirían también de tributo a este cantante, que entonces celebraba 48 años como uno de sus integrantes estelares.

En aquel momento Ely Méndez manifestó que se sentía “el hombre más feliz del mundo”, pues ese tributo musical representaba “todo el cariño de mis compañeros y del público, como el ejemplo de constancia y fidelidad que he sido”.

Una orquesta, tres etapas

Durante sus 80 años de existencia, la Billo’s Caracas Boys ha tenido tres etapas: la primera comenzó el 31 de diciembre de 1937, cuando debuta, procedente de la República Dominicana, con el nombre de Billo’s Happy Boys, en la celebración de la llegada de año nuevo en el Roof Garden, sala de fiestas aledaña a la Plaza Bolívar de Caracas, en donde permaneció hasta 1939, cuando la banda se disuelve debido a que Billo Frómeta enfermó de tifus y resolvió disolver su orquesta por recomendación médica, pues no le daban muy buen pronóstico en torno a su recuperación.

Pero el músico hizo quedar mal a los médicos y meses después vuelve a tomar la batuta e irrumpe con otra agrupación musical para proseguir trabajando en el Roof Garden, su escenario habitual. Allí debutaría el 31 de agosto de 1940, ya con el nombre de Billo’s Caracas Boys. Como cantantes estaban el guarachero dominicano Kuroky Sánchez y el bolerista César Espín, el mismo que años después integró con Ángel Guanipa el famoso dueto Espín-Guanipa,

Al terminar su contrato con el Roof Garden, la Billo’s se muda al Sans Soucy, un exclusivo club de baile y restaurante, ubicado entre las esquinas de Cují y Salvador de León. El debut en su nueva sede artística fue el sábado 10 de junio de 1944, teniendo como cantantes a Rafa Galindo en los boleros y Víctor Pérez como guarachero.

La nueva Billo’s

Para los años 50, la Billo’s Caracas Boys estaba más que consolidada. Competía de igual a igual con las grandes orquestas bailables de entonces, como las de Luis Alfonso Larrain, Pedro J. Belisario, Aldemaro Romero y Chucho Sanoja. Es en esta etapa cuando le toca a Billo Frómeta afrontar una serie de enojosas situaciones a nivel legal, que lo llevarían primero a la cárcel acusado de bígamo, de lo cual fue absuelto a fines de 1957, luego de un sonado caso que los medios reseñaron profusamente.

Pero con lo que no contaba era con el veto que en 1958 le impondría la Asociación Musical, debido a la contratación inconsulta del saxofonista dominicano Sócrates De León. La sanción -que muchos atribuyen a envidias de otros músicos hacia Billo, que no le perdonaban su éxito- le prohibía realizar cualquier actividad musical dentro de las fronteras venezolanas. Así las cosas, Billo se radica en La Habana. Para 1960 la tormenta sindical había amainado y Frómeta pudo regresar al país debutando con la nueva Billo’s Caracas Boys el 14 de julio de ese año.

Semillero de nuevos ídolos

Era la tercera orquesta que el dominicano estructuraba, calificada jocosamente por él mismo como “La Tercera República”, que no sólo sería la última, sino también la más exitosa. Y ha sido precisamente en esta etapa de donde han surgido varias de las figuras del canto que a partir de su éxitos con Billo se transformarían en ídolos. Y para muestra vayan varios botones.

Carátula con Billo Frómeta, Felipe Pirela y José Luis Rodríguez

En la parte vocal de la nueva Billo’s Caracas Boys se estrenaban dos artistas emergentes, ambos marabinos: Felipe Pirela como bolerista y José “Cheo” García como guarachero. Pirela, de 17 años, venía de actuar con Los Peniques, orquesta de planta en el famoso Show de las 12 de Víctor Saume en Radio Caracas Televisión, mientras que García, de 34 años, tenía un recorrido artístico bastante más prolongado, pues se inició como vocalista infantil y posteriormente como intérprete de diferentes bandas zulianas, para luego venirse a Caracas y formar parte de las orquestas de Juanito Arteta, Pablo Armitano y Los Peniques, de donde pasa a la Billo’s. Ambos, cada uno en su estilo, marcaría época.

Felipe Pirela

 Felipe Pirela triunfó de la mano de Billo Frómeta
Felipe Pirela triunfó de la mano de Billo Frómeta

Uno de los primeros éxitos de Felipe Pirela con la Billo’s fue el bolero de Italo Pizzolante Puerto Cabello -incluido en Paula, el primer elepé de esta etapa de la orquesta-, al que seguirían Para qué recordar, Por la vuelta, Quisqueya, Pobre del pobre, El malquerido y Sombras, con los cuales inició una serie interminable de sucesos discográficos, nacional e internacionalmente, que lo afianzarían en el continente como uno de los intérpretes más celebrados de este género romántico, que en su posterior internacionalización, que tuvo lugar en México, de la mano del sello Velvet, propiedad del empresario cubano José Pagé, lo llevaría a ser calificado como “El bolerista de América”.

Cheo García

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La orquesta con Joe Urdaneta, Cheo García y Felipe Pirela

Este otro cantante zuliano no se quedó atrás y bajo la égida de Billo Frómeta se erigió como uno de los guaracheros más populares del país y el área del Caribe, gracias a su sabroso y muy contagioso estilo interpretativo, con el cual catapultó títulos bailables emblemáticos de la orquesta, como La vaca vieja, Canto a Caracas, Toy contento, Jardinero, Ariel, Caballo Alazán, Al Paso, Si yo tuviera una novia, Bacosó, Pájaro Picón y un largo etcétera.

Ambos vocalistas, tanto Felipe Pirela como Cheo García, acrecentaron también su fama como intérpretes de los mosaicos, que era la denominación que Frómeta le daba a los popurrís de viejas canciones que estableció como señales de identidad en esta “tercera república” de la banda. Aunque esta fórmula ya la había empleado en las primeras etapas de la orquesta, entre los años 40 y 50, cuando la responsabilidad vocal recaía en el guarachero Manolo Monterrey y el bolerista Rafa Galindo.

Formalmente los mosaicos se comenzaron a grabar a partir de 1960, uno por cada elepé, los primeros once en las voces de los zulianos, con Pirela recreando los boleros y la voz de García en las guarachas y los temas afrocubanos, que era generalmente la estructura musical de esta celebrada fórmula. De hecho, el que se considera el mosaico más famoso de la orquesta, el número 7, forma parte de los que los dos cantantes hicieron juntos.

José Luis Rodríguez

José Luis Rodríguez, bolerista y galán
José Luis Rodríguez, bolerista y galán

Antes de irse Felipe Pirela de la orquesta en 1963 para emprender su internacionalización, dándole el paso en su lugar al futuro “Puma” José Luis Rodríguez, quien venía del quinteto vocal Los Zeppy, ya el maestro había reforzado su pareja de cantantes con otro zuliano, Joe Urdaneta, y compuso la canción Tres regalos, dedicada a Maracaibo, que éste interpretó con Cheo y Felipe, colocándolo como uno de los sucesos históricos de la Billo’s. Pero el paso de Urdaneta por la orquesta, aunque relevante, fue fugaz.

Despedida de Felipe Pírela de la Billo’s y recibimiento de José Luis Rodríguez, su sustituto, en el programa “Esta noche Billo”, conducido por Paula Bellini y Henry Altuve

José Luis Rodríguez permaneció tres años con la Billo’s, hasta 1966. Allí sus grandes éxitos fueron Vida consentida, Quiero verte una vez más, Charlemos, Tarde gris, Nada, Un cigarrillo, la lluvia y tú, Y qué quieres, Desconocidos, El mundo, Nuestro balance y muchas otras.

A su salida de la orquesta inició una fructífera actividad como cantante y actor de telenovelas, hasta que en 1977 el éxito internacional no se hizo esperar y se situó como uno de los artistas venezolanos de mayor arraigo fuera de nuestras fronteras, un sitial que aún hoy conserva.

Memo Morales

Memo Morales Billo's
Memo Morales, el gitano maracucho

A la salida de Joe Urdaneta, Billo contrata a otro marabino, Memo Morales, quien tuvo una actuación prolongada y exitosa con la banda que duró 12 años, con voz y talento especial para cantar los aires españoles, razón por la cual lo bautizaron artísticamente como “El gitano maracucho”.

De su repertorio más difundido bajo la dirección del dominicano figuran los pasodobles Ni se compra ni se vende, Que viva España, Cuna cañí, Cántame un pasodoble español, Fea, Si vas a Calatayud y los boleros morunos Niña Isabel, Te lo juro yo y Mambo moruno, entre otros.

Ely Méndez

Ely Méndez, medio siglo con la orquesta
Ely Méndez, medio siglo con la orquesta

En los años 70 continúan los triunfos de la orquesta. Siguen actuando Cheo García y Memo Morales, hasta que el 15 de julio de 1971 se les une el bolerista Ely Méndez, quien al momento de su muerte estaba a punto de cumplir 50 años consecutivos con la Billo’s, muchos más que los 21 años que tuvo Cheo García.

El cantante grabó más de 120 temas con la agrupación y entre los boleros que interpretó destacan Por qué, de Román Martínez y Nocturnal, pieza que da inicio al Mosaico 29. No tuvo, hay que decirlo, muchos éxitos individuales, sino que su voz fue característica en los boleros de los Mosaicos, que cuando legó a la orquesta eran 29 y ya son 58. Sin embargo, la carrera de Méndez estuvo indisolublemente ligada a la orquesta que le dio fama y prestigio, un lugar reconocido, sin ninguna discusión, tanto por el público como en el ámbito de las agrupaciones bailables de nuestro país.

Después de Ely Méndez, la Billo’s Caracas Boys reclutó a otros cantantes para su staff, pero nunca alcanzaron la idolatría que como individualidades tuvieron los que ya hemos mencionado, sin que ello signifique restarles méritos en lo artístico. Al fallecer el maestro Billo en 1988, Ely se había convertido en la figura representativa de la orquesta y se le consideraba el último gran bolerista que había pasado por sus filas, una distinción nada desdeñable.

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