Grupos de motorizados atacaron a transeúntes y comercios en avenidas principales de Maracay (estado Aragua) que conectan al este con el oeste y la ciudad se mantiene en una especie de toque de queda, denuncian habitantes de la región.
El gobernador del estado Miranda, Henrique Capriles, desde la manifestación de este primero de septiembre convocada por la Mesa de la Unidad Democrática (MUD), expresó que la actividad organizada para el mismo día por el chavismo “es muy escuálida”. Por el contrario, aseveró que la Toma de Caracas ya comienza a ser “la movilización más grande” que se ha dado en la historia del país.
La marcha opositora que comenzó en distintos puntos de Caracas desde muy temprano igualmente se hace sentir afuera de la capital. En los estados orientales Monagas, Nueva Esparta, Bolívar y Anzóategui reportan concentraciones con un creciente volumen de manifestantes.
A partir de las 7:00 de la mañana los vecinos de la urbanización Santa Fe se congregaron en este punto de concentración designado para la Toma de Caracas
La señora Aura Marina Fernández se movilizó desde el estado Vargas para participar en la movilización porque quiere un cambio para el país: "Ya está bueno de tantas cosas malas que nos han pasado".
“Gloria al bravo pueblo que el yugo lanzó” fue la primera frase del Himno Nacional entonada por los merideños, quienes tras un “padre nuestro que estás en el cielo” y con el amparo de la virgen de Coromoto, emprendieron una marcha que a su paso animó a quienes desde sus casas y balcones la vieron pasar por un largo rato.
Catia, considerado uno de los bastiones populares del chavismo, vive este jueves un ambiente de día feriado con pocos comercios cerrados así como mucha presencia policial y militar.
Muchas personas se bajaron de los autobuses que los trasladaban desde los Altos Mirandinos hasta Caracas y empezaron a caminar por la carretera Panamericana. Un piquete de la Guardia Nacional impedía el paso a la altura del Instituto Venezolano de Investigaciones Científicas (Ivic). Algunos testigos reportaron agresiones con bombas lacrimógenas, lanzadas por los agentes de seguridad del Estado
Dos reporteros de El Estímulo fueron despojados de sus carnets de identificación y retenidos esta mañana en la avenida Sucre de Catia por efectivos de la Policía Nacional Bolivariana, mientras recorrían la zona por la Toma de Caracas.
Un punto de control de la Guardia Nacional Bolivariana retuvo por dos horas a 10 autobuses repletos de manifestantes en la autopista Caracas-La Guaira que participarán en la llamada Toma de Caracas.
Desde muy temprano, este jueves 1 de septiembre la oposición venezolana se concentra en los distintos puntos convocados por la Mesa de la Unidad Democrática con el objetivo de exigir el referendo revocatorio contra el presidente Nicolás Maduro. El Gobierno respondió organizando otra marcha.
Algunos usuarios denunciaron que funcionarios policiales y de la Guardia Nacional intentaron detener a quienes se trasladaban desde el interior del país.
Los ánimos rojos se caldean con el pasar de las horas de cara a la Toma de Caracas. El Gobierno ha reaccionado amenazante ante la movilización opositora. Mientras el miedo se cuela de a poquito en los discursos gubernamentales y en quienes optan por no asistir al llamado de la MUD, cae en oídos sordos de quienes marcharán sin reservas el 1º de septiembre
Mientras poco más del 60% ve al referendo revocatorio como una solución a los problemas del país, más del 90% está seguro que el diálogo verdadero, es el que puede realmente solucionar la crisis del país.
No importa que se trate de una aglomeración de ciudadanos al frente de una institución privada o pública, de una protesta que temporalmente mantenga bloqueada una autopista, o de una marcha que atraviesa la ciudad, los eventos de calle son un hecho latente y ante estos debemos procurar protegernos. Sin que se trate de una receta que deba seguirse al pie de la letra, los siguientes pasos ofrecen un panorama práctico que le ayudará a prepararse para minimizar los riesgos y disminuir el impacto del daño que supone verse involucrado de manera involuntaria en un “caos de calle”.