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Guyana y Venezuela se radicalizan y se aleja una negociación sobre Esequibo

Nicolás Maduro usa la cuestión del Esequibo para intentar conseguir respaldo a un chavismo cada vez más impopular y pide la unidad nacional contra Guyana, mientras ambos gobiernos radicalizan sus posiciones.

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Guyana, Maduro y el Esequibo

En las últimas horas han subido las tensiones y los discurso nacionalistas entre las élites gobernantes de Guyana y Venezuela en torno a la controversia sobre el territorio del Esequibo, esa herencia histórica colonial que de cuando en cuando termina orbitando sobre la actualidad política y que ahora parece llegar a una situación extrema.

Al menos en el lenguaje retórico, los gobiernos de ambos países se niegan a negociar en los términos que pide el otro.

Esto parece desmejora las posibilidades de Venezuela, pues mientras el gobierno de Nicolás Maduro insiste en buscar una solución negociada de manera bilateral, y niega cualquier competencia que pueda tener la Corte Internacional de Justicia (CIJ), Guyana ratifica que no reconoce la existencia de ningún conflicto territorial o limítrofe con Venezuela y que en todo caso la controversia sobre la validez del Laudo Arbitral de 1899 debe ser resuelta por esa dependencia de la ONU.

La Corte por su parte sentenció el 18 de diciembre de 2020 que sí tiene competencia para dirimir el caso.

Por «Controversia», Guyana entiende un reclamo de Venezuela sobre la validez o no del Laudo Arbitral de París que en 1899 estableció las fronteras terrestres entre Venezuela y la entonces colonia de Guyana Británica, de acuerdo a su demanda presentada ante la CIJ cuando pidió recientemente medidas cautelares contra el referendo convocado por Maduro para el 3 de diciembre.

Para Venezuela en cambio la Controversia es un diferendo fronterizo y su reclamo máximo (al que se aferra el régimen de Maduro) es que le sea devuelto completo un territorio de 159.000 kilómetros cuadrados que hoy supone dos tercios del área territorial total de Guyana.

Además falta por delimitar las fronteras marinas y la Zona Económica Exclusiva en las proyecciones de esas tierras sobre el océano Atlántico.

El gobierno de Venezuela defiende la tesis de que el territorio de la República debe ser el mismo que tenía cuando la Capitanía General de Venezuela, parte del Virreinato de Santa Fe, salvo por los acuerdos y tratados aceptados.

A este respecto, el régimen de Maduro exhibe por cierto un mapa que incluye solo la parte norte del Esequibo, desde la margen del famoso río.

Este martes 7 de noviembre en un evento nocturno en la sede del teatro Teresa Carreño, en Caracas, rodeado del alto mando militar y de los jerarcas civiles del régimen chavista, Maduro ratificó que su gobierno «no reconoce jurisdicción de la Corte Internacional de Justicia (CIJ) como árbitro imparcial en la controversia por el territorio Esequibo».

«Sea cual sea la rutadiplomática que se escoja en el marco del artículo 33 de la Carta de las Naciones Unidas, debe estar previamente consensuada, escrita, firmada y aceptada por las partes. Venezuela jamás aceptó la Corte Internacional de Justicia, porque jamás la Corte Internacional de Justicia va a emanar una sentencia que sea satisfactoria para las partes (…) Guyana procedió de manera unilateral a patear el acuerdo de Ginebra».

Nicolás Maduro

Maduro también afirmó que el secretario general de la Organización de las Naciones Unidas, Antonio Gutérrez violó de manera flagrante el Acuerdo de Ginebra.

«Como se lo dije personalmente en múltiples ocasiones, y consta por escrito. En la secretaría general de la ONU público, en privado, por escrito. Porque cualquier opción tenía que ser firmada por nosotros, por el Gobierno venezolano».

Venezuela, dijo Maduro, se sustenta en tres razones históricas para mantener intacta su decisión en defensa del territorio Esequibo:

  • La posición histórica por parte de todos los gobiernos anteriores de no reconocimiento a la Corte Internacional de Justicia, «solo reconocemos el Acuerdo de Ginebra».
  • «El Acuerdo de Ginebra obliga a que si se tomara la opción de la Corte, tiene que ser firmado y aprobado por el Estado venezolano”.
  • «Los estatutos de la corte obligan a que los Estados reconozcan la jurisdicción de la corte para dirimir cualquier controversia, cualquier diferencia».

Por su parte, el presidente de la Asamblea Nacional, Jorge Rodríguez, acusó a Guyana de haber incurrido repetidas veces en la ilegalidad:

«Intentan licitar bloques petroleros y de gas en territorio que es incontrovertiblemente parte del mar territorial de Venezuela».

Jorge Rodríguez

Se trata de un momento para unir esfuerzos, dijo.

«Independientemente de cómo pensemos (…) levantar una sola voz, para pasar a otra etapa en la defensa de nuestra Guayana Esequiba, para pasar a una etapa donde el pueblo todo acompañe y el pueblo todo decida, cuál debe ser el destino, el futuro de lo que es y será por los siglos de los siglos territorio de la República Bolivariana de Venezuela».

Jorge Rodríguez

Al respecto Maduro afirmó que el referéndum consultivo del 3 de diciembre «aclararáel camino en los tópicos que tengan que ver con la controversia por el Esequibo».

«Todos los gobiernos que tengan que venir, en el 2030, 50, 60, 80, que tengan el dictamen y el mandato del pueblo, que el referéndum decidió los temas vitales de la reclamación y la controversia históricade la Guayana Esequiba».

El 18 de junio de 2018, en una reunión celebrada por el presidente de la Corte para conocer las opiniones de las Partes con respecto a cuestiones de procedimiento, la vicepresidente de Venezuela, Delcy Rodríguez, «manifestó que su Gobierno consideró que la Corte manifiestamente carecía de competencia para conocer del caso y que Venezuela había decidido no participar en el proceso», recuerda la sentencia de la Corte.

Pero ese máximo tribunal internacional contradijo la posición de Venezuela:

«De acuerdo con lo anterior, la Corte concluye que es competente para conocer de las pretensiones de Guyana relativas a la validez de la sentencia de 1899 sobre la frontera entre la Guayana Británica y Venezuela, así como de la cuestión conexa de la solución definitiva del diferendo concerniente a la frontera terrestre entre los territorios respectivos de las Partes», dice esa sentencia.

¿Qué dice Guyana ahora?

«La posición de Guyana en la controversia limítrofe no es negociable», recalcó recientemente el primer ministro guyanés, Mark Phillips, durante una sesión especial del legislativo.

«Se acabó el tiempo de la negociación. No habrá necesidad de diálogo con Nicolás Maduro. No habrá reunión… entre Maduro y el presidente Irfaan Ali. Esequibo no es una isla de pájaros, no hay concesiones a través de bilaterales. No a la invasión, anexión y otros actos de agresión», declaró el primer ministro, citado por los servicios oficiales de información.

«Dejemos que la CIJ dictamine. Dejemos que la CIJ sea el juez y dicte sentencia definitiva sobre esta controversia. Esequibo pertenece a Guyana y sólo a los guyaneses. Juntos, aseguraremos el triunfo de la justicia y preservaremos la soberanía de nuestra nación», añadió en unas palabras que de inmediato levantaron el rechazo contundente del gobierno de Maduro.

En las últimas horas los medios de comunicación de Guyana dan cuenta de una posición firme en rechazo a los justos reclamos históricos de Venezuela. El gobierno de Mohamed Irfaan Ali, y la oposición encabezada por Aubrey Norton cerraron filas en contra de las demandas del gobierno de Maduro de sentarse a negociar de manera bilateral.

Una reciente moción aprobada en el parlamento de Guyana de manera unánime por las bancadas del gobierno y la de la oposición:

«Reafirma su reconocimiento y aceptación del Laudo Arbitral de 1899 como solución «plena, perfecta y definitiva» de la frontera entre Guyana y Venezuela y del Artículo IV (2) del Acuerdo de Ginebra de 1966 como mandato al Secretario General de las Naciones Unidas para seleccionar los medios de resolver la controversia».

«Denuncia como provocador, ilegal, nulo y sin efecto legal internacional, el pretendido referéndum en Venezuela que está programado para el 3 de diciembre de 2023; Apoya al Gobierno en su empeño por garantizar una resolución pacífica y legal de la controversia ante la Corte Internacional de Justicia y rechaza la propuesta de retomar cualquier forma de diálogo con Venezuela sobre la controversia al margen del proceso ante la Corte».

«No podemos ceder ni una pulgada a Venezuela», dijo el líder de la oposición a sus colegas, en esa comparecencia ante la Asamblea (Congreso).

«Debemos ver a Venezuela como un adversario que quiere nuestro territorio. Debemos recordar que a Venezuela siempre se le ocurre alguna estratagema para hacerse con nuestro territorio. Tenemos que estar siempre vigilantes», agregó, citado por Guyana Chronicle.

Norton dijo que «las amenazas de Venezuela no deben tomarse a la ligera porque el país tiene su propia agenda personal detrás de sus reclamaciones».

«Esta es una amenaza como ninguna otra. Venezuela busca toda nuestra región de Esequibo, nuestro condado más rico», dijo en su discurso.

«…Nuestro vecino occidental se equivoca al creer que Guyana sucumbirá a su matonismo y a su intento de apoderarse de nuestra tierra y sus riquezas», afirmó Norton elevanado el tono de esta confrontación.


El Gobierno de Guyana ha solicitado la intervención de la Corte Internacional, que la próxima semana (el 14 de noviembre) celebrará una vista sobre este asunto, mientras que el caso sobre la controversia fronteriza sigue su curso en el Tribunal, destacó.

Aparte de los exuberantes recursos de Esequibo como mineral de hierro, oro, diamantes e incluso yacimientos de manganeso; el reciente descubrimiento de petróleo ha aumentado la codicia de Venezuela, según él. Describiendo a Venezuela como un «matón regional».

Esta semana la Asamblea Nacional (Congreso) aprobó «una moción de apoyo al gobierno y al pueblo de la República Cooperativa de Guyana y de reafirmación del reconocimiento del Laudo Arbitral de 1899 y del Acuerdo de Ginebra de 1966».

«El Laudo Arbitral de un Tribunal Arbitral constituido en virtud del Tratado de Arbitraje firmado en Washington el 2 de febrero de 1897, determinó la línea fronteriza entre la Colonia de Guayana Británica y los Estados Unidos de Venezuela en 1899», señala la moción.

«En el Tratado de 1897, el Reino Unido y Venezuela acordaron que los resultados del Arbitraje constituirían una solución completa, perfecta y definitiva de las cuestiones sometidas a los Árbitros, y que en 1905 firmaron el Acuerdo relativo al Mapa de Límites que trazó la frontera y aceptaron las coordenadas del mismo».

Afirma que durante más de seis décadas, la frontera «fue internacionalmente reconocida, aceptada y respetada por Venezuela, Guyana y la comunidad internacional como el límite terrestre entre ambos Estados» y Venezuela «arbitraria y unilateralmente intentó, a partir de 1962, impugnar e impugnar el Laudo Arbitral de 1899, dando lugar así a una controversia sobre la validez del Laudo».

El gobierno de Maduro por su parte afirma que el gobierno de Guyana es un simple títere de la petrolera ExxonMobil y del Comando Sur, de Estados Unidos.

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