Opinión

Desinformación en Venezuela (VI): Internet lento y bloqueado

Existe un hilo que claramente une al Internet de calidad y rápido con una ciudadanía en condiciones de poder informarse, de forma amplia y libre. Venezuela sencillamente va en reversa como la guagua de la canción de Juan Luis Guerra

Bloqueos de internet en Venezuela
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Venezuela tiene un ecosistema mediático controlado o cooptado, en materia de radio y televisión. La prensa escrita está casi extinta tras el control oficial sobre la importación del papel periódico. Con lo cual cobra mayor relevancia la red de redes: Internet. Sin embargo, también allí se vive la última frontera de la censura, dado que se combina una conexión muy lenta con una política de bloqueos de contenidos.

El resultado de la conjugación de todas estas variables, en la vida cotidiana de Venezuela, es que constituye realmente una ardua tarea buscar información. Estar informado para un venezolano de a pie no es un asunto sencillo. La desinformación se suma a una situación caótica de los servicios públicos y una hiperinflación que no cesa y que trastoca cualquier economía familiar.

Internet a paso lento

Fran Monroy, periodista especializado en telecomunicaciones, usa las mediciones de la firma OOKLA para dejar en evidencia que la conexión a Internet en Venezuela, en promedio, camina a paso de morrocoy.

En los países desarrollados el promedio de velocidad de Internet es de 22 megabits por segundo. En América Latina y el Caribe, Venezuela está en la cola con 3 megabits por segundo. Incluso Haití, el país que tradicionalmente se identificó con la pobreza extrema en la región, goza de Internet con mayor velocidad (3,5 megabits por segundo). Uruguay, en la región, tiene la conexión más rápida con 12 megabits por segundo.

Con esta precaria velocidad se descarta que un usuario promedio pueda navegar con libertad por diversos contenidos o descargar información o documentos de interés. El acceso a la información en Venezuela, teniendo tal nivel de velocidad, es sencillamente una ficción.

Existe un hilo que claramente une al Internet de calidad y rápido con una ciudadanía en condiciones de poder informarse, de forma amplia y libre. Venezuela sencillamente va en reversa como la guagua de la canción de Juan Luis Guerra.

Un población a oscuras

La combinación de servicios públicos precarios termina incidiendo en la desinformación. Una población a oscuras, en materia eléctrica y de telecomunicaciones, difícilmente podrá estar informada. El observatorio de Netblocks, que revisa situaciones de bloqueo de Internet a nivel global por parte de regímenes autoritarios, dio cuenta en marzo pasado de lo que se consideró la peor caída en las telecomunicaciones, tras el apagón nacional de marzo de 2019.

Durante algunas horas, el 35 por ciento de las telecomunicaciones sencillamente estuvieron off el 1 de marzo de este año. La destrucción del sistema eléctrico nacional tiene un correlato en la conectividad y por tanto en la circulación de información en Venezuela.

¿Y qué pasa en Venezuela cuando si hay internet y no se ha ido la luz? El país también padece una política de bloqueos de los contenidos informativos en la web.

Desde la irrupción de Juan Guaidó como presidente de la Asamblea Nacional en enero de 2019 se estableció, como lo han señalado diversos informes de Venezuela Sin Filtro, una política sostenida para invisibilizar al joven dirigente opositor. En líneas generales se exacerbó la política de bloquear Internet con el objetivo de que la población no accediera, no conociera lo que estaba ocurriendo.

Desde los bloqueos totales de plataformas, tales como los que se han aplicado a Youtube o a Periscope (el streaming para transmisiones en vivo de Twitter) para impedir que se difundieran actos o presentaciones de Guaidó; pasando por “tumbar” por completo a medios informativos como ha ocurrido de forma recurrente con El Pitazo; hasta censurar contenidos específicos de diversos sitios noticiosos. Estamos en el terreno en el que todo se vale.

El Estado maneja las telecomunicaciones

La preeminencia de Cantv como proveedor de Internet en Venezuela le facilita la política de bloqueos al Estado. Desde 2019, como lo han señalado estudios de IPYS Venezuela, se sumaron las telefónicas privadas y sus servicios de datos, Movistar y Digitel, ambas presionadas por las directrices de la Comisión Nacional de Telecomunicaciones (Conatel).

Tras consultas que hice al periodista digital Rodolfo Rico, puedo imaginarme a Internet en Venezuela como una autopista. Esta vía está bajo control de Cantv que decide cuándo cortar por completo el tránsito, cuándo establecer alcabalas para ralentizar la circulación y cuándo obligar a los conductores a tomar desvíos obligatorios bajo engaño.

Esto último fue lo que ocurrió con la primera propuesta de registrar a los médicos venezolanos para recibir el apoyo económico ofrecido por Guaidó a través de la Asamblea Nacional. Cantv no sólo hackeo la página original, sino que montó otra idéntica para captar los datos de los médicos y el personal de salud que se quería registrar para recibir el apoyo económico.

Ya no se trata solamente de un bloqueo, de impedir el acceso a una información, documento o plataforma, se trata de una política de control global sobre los ciudadanos, incluso apelando a la artimaña. Una población desinformada es, sin duda, más susceptible de ser engañada o confundida.

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