Opinión

Pautas para construir empresas emocionalmente sustentables

Las empresas deben entender la monumental importancia del manejo de las emociones en los espacios de trabajo para crear empresas emocionalmente sustentables

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En un país como Venezuela, llevarle el ritmo a la pérdida del poder adquisitivo originada por los efectos criminales de la inflación es tarea imposible. Y más aún, considerarlo como factor disuasivo para mantener empleados felices. De allí lo indispensable de plantear políticas o beneficios no monetarios tangibles que complementen los esfuerzos que hacen las empresas en un país desgastado como el nuestro.

Es indudable que el entorno empresarial venezolano de los últimos años se ha caracterizado por empresas resilientes que se han adaptado no solo a todos los indicadores económicos negativos, sino a una gestión gubernamental nefasta que lejos de construir ha dejado regado un sinfín de leyes restrictivas y confiscatorias.

Aun así, para construir empresas sustentables en el tiempo, necesitamos algo más.

Toda la actividad que se desarrolla a nivel internacional en las denominadas empresas “felices” nos da una base documental importante que no debemos ignorar ya que estas nos garantizan una base sólida de acciones y políticas para avanzar en la construcción de empresas no solamente resilientes –como son las empresas venezolanas– sino que se destaquen por su capacidad de entender la monumental importancia que tiene el manejo de las emociones en los espacios de trabajo y, de allí, crear empresas emocionalmente sustentables.

Estas acciones no solo deben considerar esas tendencias, también deben alinear sus estructuras considerando elementos científicos y teorías de bienestar, que promuevan la comprensión por parte del liderazgo de los dominios de influencia definidos por modelos de neuroliderazgo –el más conocido, el método SCARF del Dr. Rock–, y bajo ese marco teórico que se apoya en lo científico, dar respuestas certeras para promover ambientes corporativos positivos.

Seguramente habrá mucho que avanzar en este aspecto y nuevos enfoques de conexión serán puestos en marcha, ajustados al trabajo remoto y otras iniciativa.

Sin embargo, en este glosario de acciones vemos que el componente “empatía” se destaca como un indicador difícil de sustituir, de allí que nuestras recomendaciones y conclusiones están alimentadas por el carácter unánime que tiene el ejercicio de la empatía en nuestras relaciones como fundamento para influir, acompañar, comprender y facilitar la regulación emocional en las empresas y la consolidación de ambientes laborales colaborativos.

Entonces, con la convicción de que: a) El principal obstáculo que aleja a nuestros jóvenes de posiciones de liderazgo está centrado principalmente en lo emocional, b) Apostar por incrementar el capital emocional de nuestros colaboradores, es clave para su desarrollo y potenciar sus fortalezas y c) un enfoque “hacia la gente”, influye positivamente en el reconocimiento de las potencialidades de los jóvenes profesionales, en un mejor rendimiento personal y profesional; y consecuentemente, en el logro del objetivo de la organización, nuestras principales recomendaciones y conclusiones, las podríamos resumir en las siguientes:

Compromiso de liderazgo. Las empresas deben concientizar el manejo y regulación de las emociones en el entorno laboral. El liderazgo debe ser el principal promotor de esta cultura de felicidad organizacional. “La palabra convence, pero el ejemplo arrastra”.

Ambiente positivo y colaborativo. Centrado en las fortalezas y apoyado en la práctica consecuente del respeto por las opiniones de otro y reconocimiento frecuente al esfuerzo. Un entorno que promueva las relaciones auténticas entre los colaboradores.

Planes de formación continua. No hay organización sustentable sin el desarrollo de colaboradores. A esto debe sumarse una política de empoderamiento a empleados.

La flexibilidad como estrategia. Retar continuamente a nuestros empleados a innovar y ser parte de iniciativas de responsabilidad social corporativa los estimula a otras actividades y evitas el aburrimiento.

La empatía como verbo en todos los rincones de la empresa.

Foto Anna Schvets / Pexels

Liderazgo comprometido. Centrado en el acompañamiento, la escucha y un interés real en los problemas de sus colaboradores.

Un programa de tutorías. Bien estructurado como pieza importante en el crecimiento sostenido y planificado del personal profesional hacia la consecución de objetivos individuales y, por ende, corporativos.

Fomentar el trabajo en equipo. Es un elemento potenciador de las relaciones interpersonales.

Sentido de realización. Con un enfoque estratégico, los colaboradores experimentarán el sentido de realización, significado y progreso en el trabajo.

Comunicación honesta y continua. Debe comunicarse siempre sobre la misión, logros, avances, la razón de ser del negocio en todos los rincones de la organización, para inyectarles sentido de pertenencia y vocación, y garantizar empleados productivos y felices que, consecuentemente, impacte en el colectivo.

Las pautas aquí resumidas son solo una guía de acciones que, en su conjunto, inciden particularmente, en la regulación de las emociones.

El factor operativo, como es lógico pensar, no debe olvidarse. Un adecuado adiestramiento de las habilidades técnicas de todo el staff profesional es absolutamente necesario, más en un entorno tan particular como el nuestro.

Sin embargo, ¿de que vale todo ese esfuerzo operativo si los recursos emocionales están a un nivel muy bajo?

De allí lo imprescindible de no olvidarnos del componente principal de las empresas: ¡su recurso humano!

En definitiva, la responsabilidad de construir y mantener espacios de trabajo felices es compartida, equipo directivo y colaboradores juntos empujando para consolidar climas laborales eficientes emocionalmente.

Más y más empresas han entendido esto último. Tú, líder, ¿qué esperas para iniciar esta cruzada?

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