Política

Tibisay Lucena, la "ministra de las elecciones" que tiñó de rojo al CNE

Tibisay Lucena, la civil que coadyuvó a consolidar por el voto el camino del llamado socialismo del siglo XXI en Venezuela. Socióloga, nacida en el estado Lara, tocaba violonchelo, formada en el Sistema de Orquestas. Por su desempeño político estaba sancionada por 31 países del mundo. Saltó de las aulas de la UCV al Poder Electoral, que edificó y derrumbó en 20 años bajo el modelo chavista.

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Tibisay Lucena QEPD

En la mañana de este 12 de abril el régimen de Nicolás Maduro anunció que Tibisay Lucena, había «cambiado de paisaje», en un rizo retórico para informar sobre la muerte de esta fiel militante del chavismo. Lucena estuvo al frente del Consejo Nacional Electoral (CNE) durante 14 años, comandó sucesivos procesos electorales sobre los que pesaría una nube de dudas, especialmente entre algunos sectores de la oposición, tras resultados que atornillarían el autoritarismo en Venezuela.

Tibisay Lucena: buenos compañeros

La palabra “irreversible” jamás fue tan utilizada como fustigada por los venezolanos, en cada madrugada donde se conocieron los resultados de cualquier votación durante este período. En esos anuncios lo primero que se escuchaba era el nombre del club político de Hugo Chávez, el Partido Socialista Unido de Venezuela (Psuv). La voz entusiasmada de Tibisay Lucena retumbaba, para el desencanto y el silencio de una parte abrumadora de la población electoral.

Los aplausos, las carcajadas, la espada de Bolívar entregada en sus manos, las constantes palmaditas en la espalda que le brindaba quien también duró 14 años en el poder, Hugo Chávez, hicieron que con Lucena se nublara de dudas todo el sistema electoral.

Un sistema que supuestamente era «el más rápido y confiable del mundo», según la propaganda oficial, pero que cada madrugada post elecciones llenaba de desesperanza a una parte de este país donde hoy el 76% de la población está pasando hambre, según la encuesta Encovi.

A la rectora Lucena también le gustaba la reelección, pues fue reelecta tres veces en el CNE, a donde llegó y fue propuesta por sus compañeros del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV). No en balde algunos opositores llamaban con sarcasmo a su despacho «el ministerio del Poder Popular para las Elecciones».

Lucena, el resto de la cúpula chavista, y sus aliados internacionales solían remachar que el exceso de procesos electorales en Venezuela eran la mejor muestra de una democracia sólida y vigorosa, donde «el pueblo» escoge su propio destino.

Pero el propio CNE siempre si hizo la vista gorda ante los evidentes abusos del chavismo para ganar elecciones. En la era del chavismo siempre ha sido una constante el uso descarado de los recursos del Estado a favor de las campañas electorales del PSUV y sus candidatos.

La red nacional de radio y televisión pública y privada es puesta al servicio de las campañas oficiales para divulgar mensajes de candidatos e instituciones; se usa dinero, vehículos, instalaciones y personal de alcaldías y gobernaciones en las campañas de candidatos del PSUV; se compran votos a cambio de cajas de comida y electrodomésticos entre los sectores de menos recursos, se persigue a candidatos y partidos opositores; se ponen trabas a la actualización del registro electoral y al voto en el exterior. Pero desde los tiempos de Lucena hasta hoy este ventajismo siempre quedó impune.

Y es que votar no es sinónimo de elegir, mucho menos de democracia, advierten los críticos.

«Fueron catorce años como presidenta del Poder Electoral. Por lo que siempre estuve vinculada a los procesos electorales, ha sido y es mi pasión, de manera de estar vinculada a los procesos políticos en nuestro país”, dijo Lucena en octubre de 2021 durante una entrevista de TV con el ministro de Cultura, Ernesto Villegas.

“El pueblo te da lecciones de valentía y las instituciones se deben colocar a tono con ese pueblo que te enseña esas muestras de dignidad”, afirmó la entonces ya rectora de la UNEARTE, Universidad de las Artes.

Estuvo al frente del llamado Poder Electoral (CNE) hasta el 12 de junio de 2020. Durante ese tiempo dirigió 18 procesos electorales, incluyendo dos elecciones parlamentarias, cuatro presidenciales, cuatro de gobernadores, cuatro municipales, dos referendos constitucionales y la elección de una supuesta Asamblea Constituyente.

En total pasó 20 años en el CNE, si se incluyen los primeros seis años que estuvo como directora de implementación del Poder Electoral, explicó en aquella entrevista con Villegas.

Una mujer comprometida

Algunos de sus compañeros de la Universidad Central de Venezuela (UCV), donde obtuvo el título de Socióloga, la recuerdan como una mujer amable e inteligente. Estudiosa. Pero uno de ellos aseguró que algo cambió a partir de 2012. Comentó que, no escuchaba consejos de sus amigos profesionales cercanos. “Seguía órdenes”, aseguró una fuente que dijo “quererla mucho y estar triste por su muerte”, por lo que no quiso que su nombre se reflejara en el texto.

Lucena estudió un doctorado en la Escuela de Investigaciones Sociales de Nueva York, Estados Unidos, pero, a este país no pudo regresar más en los últimos años por estar sancionada, señalada por presuntamente contribuir a quebrantar la democracia y los derechos humanos en Venezuela.

Eso fue a partir de los resultados que dieron nacimiento a la cuestionada Asamblea Nacional Constituyente de 2017, que nunca redactó ni un artículo de ninguna nueva Constitución Nacional, única función de esta instancia legislativa.

Sí redactó la Constituyente una la Ley Contra el Odio, por ejemplo, con la cual muchos ciudadanos opuestos al gobierno socialista fueron a parar a la cárcel y hoy miles están bajo amenaza constante.

Esa misma Asamblea Constituyente, y no el CNE, fue la que convocó las elecciones presidenciales de mayo de 2018, en las que Maduro fue reelegido corriendo prácticamente solo: los principales partidos opositores y sus dirigentes históricos fueron proscritos por las instituciones chavistas.

De ese hecho (unas elecciones ilegítimas convocadas fuera de los lapsos constitucionales por una instancia diferente al Poder Electoral) deriva el desconocimiento internacional que en su momento tuvo el gobierno de Maduro, principalmente por parte de las democracias de corte occidental de América y Europa.

Luis Lander, sociólogo y uno de los Directores del Observatorio Electoral Venezolano, la recuerda desde la universidad y manifiesta que llegaron a ser buenos amigos, antes de que Lucena tomara las riendas del CNE. Indicó que la exministra fue una mujer muy activa. Dijo que en su momento mientras asesoró a la Asamblea Nacional del año 2000, se aplicaron cambios a la Ley Electoral que fueron positivos, pero, que quedaron como letra muerta en el papel. Lo comparó con lo que sucede en la actualidad con la constitución. Nadie la respeta.

El sociólogo indicó que en principio el papel de Tibisay Lucena en el órgano electoral fue muy conciliador.

“Aunque tenían clara mayoría para tomar las decisiones cuatro a uno, terminó teniendo una dinámica interesante, siempre se reunían y conversaban con Vicente Díaz para que las decisiones fueran anunciadas de manera unánime, y que esto le diera legitimidad”.

Luis Lander

Pero Lander también habla del cambio de Lucena al frente del CNE.

“Con el paso del tiempo, la tensión política, el país entró en la polarización y dentro del CNE también se vivió este contraste. Esta posición más institucional que había tenido Tibisay en un principio, se fue desafortunadamente deteriorando y comenzó el problema con la legitimidad de las elecciones”.

Según el director del observatorio, el sistema electoral venezolano “es robusto, suma bien, transmite bien los datos, pero, son las irregularidades alrededor del sistema que hacen que las elecciones pierdan legitimidad”. Estos hechos serían los que Tibisay Lucena no pudo frenar y terminaron de empañar su paso por el CNE, agrega.

“Cuando el árbitro no se hace invisible en torno a las decisiones del juego que se esté realizando, habla mal de él, entonces hemos terminado en los últimos años con un Consejo Nacional Electoral que no cuidaba su imparcialidad”, afirmó el sociólogo Luis Lander.

Unas de las declaraciones que terminó de salpicar de rojo al CNE, fue la que ofreció el Presidente Ejecutivo de Smartmatic en 2017, Antonio Mugica, quien expresó que los resultados anunciados por Tibisay Lucena habían sido manipulados, y de esta manera se instauró esa Asamblea Nacional Constituyente, hecho que terminó por diluir las protestas en las calles de Caracas y otras ciudades importantes de Venezuela.

El magistrado emérito y expresidente de la Sala Electoral Fernando Vegas, señala su admiración por Lucena.

«La contraparte de la gran mayoría de quienes recurren a la Sala Electoral la constituye el CNE, de manera que la relación con el Poder Electoral derivada de los procesos que cursaron en ella, fue abundante y fluida» señala.

«Al menos por 10 años de los que estuve en el TSJ, Tibisay Lucena fue su presidenta y -mas allá de los criterios, opiniones y sobre todo pasiones políticas- fue una eficiente y buena funcionara electoral. Con ella al frente del CNE, la oposición en elecciones nacionales, ganó y perdió referendos (2007 y 2009), así cómo fue derrotada en una elección presidencial por poco margen (Capriles, 2013) y arrasó en unos comicios de la AN (2015). Para nosotros, eso es un verdad incontrastable. ¡Paz a sus restos!», dijo el magistrado emérito Fernando Vegas.

(Editado por Omar Lugo)

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