Viciosidades

El coitus interruptus de la oposición venezolana

Si a usted le pegan en la cara lo normal es que usted reaccione inmediata e impulsivamente. Usted no dice: “Ok. Me dolió mucho, veo que me sangra la boca y perdí un diente. Mañana en la tarde voy a devolver el golpe con todas mis fuerzas… pacífica y democráticamente"

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Nuevamente el aletargamiento opositor vuelve a jugar en contra del pueblo venezolano. Resulta casi incomprensible que luego de conocerse la abominable sentencia del TSJ sobre la extirpación definitiva de la -soberana y elegida por el pueblo- Asamblea Nacional de la República quienes deberían ser nuestros líderes sigan en la errática estrategia de hacer proclamaciones por twitter desde la tranquilidad de sus despachos y respondiendo siempre con el “delay” característico a los ataques del gobierno.

Ya estoy convencido de que el verdadero problema de la oposición venezolana es de “timing”. ¿A quién le cabe en la cabeza que se esperaran más de 48 horas para salir a protestar contundentemente luego del zarpazo constitucional? Fue precisamente en ese tiempo perdido que el ejecutivo pudo corregirse y evitar cualquier estallido imprevisto. Los “genios” estadistas del gobierno no midieron las consecuencias de lo cometido y por unas horas la situación se les salió completamente de control. Era entonces, justo en ese momento, que debía venir una rebelión popular que por fin, parecía a punto de desbordarse. Pero no. No. La eficaz estrategia del “escuadrón de la parsimonia” opositora fue esperar hasta el sábado para salir… pacífica y democráticamente…

Y en cuestión de minutos todo se desvaneció. Minutos que han podido decidir el futuro de los venezolanos.

Me gustaría saber que pasaba en la cabeza de Borges o Capriles en ese momento: A ver. El sábado me paro tempranito, desayuno unas arepitas con mi mamá y mi papá, me pongo la chemise azul con cuello amarillo nueva que me regaló mi sobrinita y salgo con mi pito. Ahhh, el celular full de batería para los tweets y lo selfies del sábado…. Pacífica y democráticamente…

Señores por favor. Venezuela es una fábrica de bebes muertos. La gente come despojos putrefactos de las calles. Algunas niñas de los barrios son prostitutas necrofílicas. Estamos casi al borde del canibalismo. Clap-níbalismo, quise decir.

Alguien me enseñó que hay que saber actuar según la magnitud de los hechos y obviamente existe un absoluto desface temporal – ¿bipolar?- en la mayoría de los líderes opositores. Es algo indefendible e injustificable.

No es posible lograr un desencadenamiento reactivo y masificado, ni pretender convertir el clamor de una sociedad en oleadas de rebelión sino se actúa de acuerdo a la “temperatura” de un momento preciso de efervescencia social. Es casi como una fórmula química. La mezcla exacta de los elementos fusionándose en un tubo de ensayo.

Rompen con el sentido principal de los movimientos populares. Pulverizan la naturaleza histórica de los grandes cambios políticos. No entienden nada sobre los esplendorosos levantamientos que han construido más grandes y mejores civilizaciones.

A mi modo de ver, el problema del “timing” opositor ha sido determinante para que NO pasen las cosas. Un verdadero coitus interrumptus ideológico.

A eso por donde yo nací, en Baruta, le dicen vulgarmente, “agüevoneao”. No sé.

Sino que le pregunten a Norkys Batista.

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