Venezuela

La conspiración

Se podría pensar que la historia de la Venezuela libre e independiente, nació de las conspiraciones de hombres, que por diversas razones querían la separación del dominio español. Conspiraciones que si bien tuvieron su éxito, como lo fue el nacimiento de la Primera República, también tuvieron fracaso, al no poder mantenerse en el poder.

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FOTOGRAFÍA: AFP

Han sido muchas las conspiraciones que dieron al traste con diversos regímenes políticos a lo largo de la historia de Venezuela; regímenes que parecían destinados a la eternidad, como el del General José Antonio Páez, fundador de la República, hasta la caída del modelo político democrático que nació en 1958 y que permitió una era de gobiernos civiles y de libertades políticas y sociales, que sembraron aun más el sentir democrático en el venezolano.

También ha habido muchas conspiraciones fracasadas, que nunca tuvieron éxito por diversas razones, seguramente porque los objetivos no tenían un sentido superior o carecían de claridad y no movilizaban la voluntad de la gente. La connotación clásica de la palabra conspiración, se refiere al derrocamiento de un régimen, y naturalmente cada lado del conflicto contará su historia, desde su perspectiva y circunstancia. Los conspiradores de ayer se convertirán en el objetivo conspirativo del futuro.

Pero hay otra cara de la moneda, no solo se conspira para derrocar, también se puede conspirar para unir voluntades a favor de un ideal; se puede conspirar para construir una empresa en beneficio de todos. Normalmente las conspiraciones se hacen en un ambiente de secretismo, y muchas veces se les da en llamar conjura, es decir unirse por un objetivo bajo juramento. Pero curiosamente al conjugarse el verbo conjurar, también el término toma una acepción positiva, por ejemplo, conjurar la crisis, conjurar la infección, es decir, acabar, eliminar o salir de algo malo que afecta a un sistema o a un organismo.

De cualquier manera, quienes se involucran en un plan, para lograr un objetivo definido, se deben dar a la difícil tarea de la coherencia y de movilizar la mayor cantidad de recursos disponibles para logar el fin deseado.

Ese precisamente es el reto que nos impone la reconquista de la democracia y la libertad en Venezuela.

Debemos promover, de manera pública, incluyente y comprometida a una gran conspiración democrática, no en contra de nadie, sino en pro de movilizar especialmente a todos los factores de la sociedad venezolana, para ponerse al frente del rescate de la democracia en Venezuela, único sistema que en el último siglo logró darle a los venezolanos la posibilidad de ser libres y transformarse en ciudadanos.

La Venezuela de hoy, es cada día más compleja; nuevas variables sociales se incorporan constantemente a nuestra idiosincrasia. Hace apenas 5 años el éxodo de los venezolanos, no era un tema grave para nosotros como nación, pero hoy sin duda es una variable clave para entender nuestro momento, y avizorar la Venezuela que tendremos en los próximos 50 años y para la cual, hay que tener respuestas. Para los empresarios, lo que se denominaba crisis, es ya una realidad económica en la que deben navegar, situación de la que se deben aprender lecciones y obtener herramientas para cuando nosotros mismos logremos crear una nueva realidad.

El gentilicio venezolano está gravemente maltratado desde su situación social y moral. En los años por venir, ya la política y los partidos, no será algo que veremos por encima del hombro con desdén, sino que tendremos que ver de frente, opinar e influir, pero ya no para capturar la renta y los favores; precisamente uno de los aprendizajes de esta etapa, es que somos responsables del futuro de la nación en la que vivimos, y nos corresponde mantener los rumbos de la democracia y el desarrollo económico, si queremos rescatar el Proyecto Nacional de una nación próspera y democrática. Ninguno de estos problemas los podemos ver como si estuvieran en una vitrina, esperando por alguien que venga a solucionarlo. Si nuestro país antes era importante en el contexto internacional, hoy lo es mucho más; tanto es así, que los expertos nos indican que el futuro de la región, depende del futuro de Venezuela, y el futuro del país depende de cada uno y de la unión de todos los factores.

Es clave conspirar juntos, y aglutinar a todos los sectores de la sociedad, gremios, productores, universidades, grupos de pensamiento, trabajadores, partidos políticos, e independientes, para que en una gran conjura democrática, y con un liderazgo colectivo, guiado por nuestras propias raíces y convicciones democráticas y libertarias, generemos esa presión interna de los factores sociales, políticos y económicos, que conduzca a la instauración de una democracia moderna y solidaria, que impulse el desarrollo del país y retome el rumbo de una sociedad democrática.

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