OEA no llega a un acuerdo sobre crisis humanitaria en Venezuela

A lo largo de la sesión, convocada previamente por las delegaciones de Argentina, Brasil, Canadá, Chile, Costa Rica, Estados Unidos, Guatemala, Honduras, México, Panamá, Paraguay y Perú, se reflejó el impacto que ha tenido el movimiento migratorio a estos países, quienes además tuvieron la oportunidad de ratificar su intención de seguir ayudando a los venezolanos.
Momentos previos a realizarse el encuentro, el representante de Venezuela en órgano hemisférico, Samuel Moncada, protestó ante la convocatoria, al alegar que no se consultó con las autoridades venezolanas por lo manifestó que el gobierno de Nicolás Maduro desconocerá las decisiones tomadas a lo largo de la sesión.
Por su lado, el gobierno venezolano recibió apoyo de la delegación de Bolivia que se manifestó en contra de la orden del día y de la lista de expositores.
Una vez iniciada la sesión, intervino el director regional de la Organización Internacional para las Migraciones, Diego Beltrand, que ha observado los patrones migratorios de los venezolanos en los últimos años y sostiene que se identificó “un cambio en estas tendencias con unos flujos de emigración de ciudadanos venezolanos que han aumentado en número de migrantes y han diversificado los países de destino”.
Específicamente, Beltrand asomó la cifra de 1.642.442 el número de migrantes venezolanos  desde 2005 a 2017, a pesar de que otros estudios han arrojado que al menos 4 millones de venezolanos conforman la diáspora.

Esto ha representado un problema para la región suramericana, sobretodo en temas relacionados a la salubridad.
De acuerdo a un documento enviado por la organización Caritas Venezuela, que fue leído por el presidente del Consejo Permanente, Andrés González Díaz, se explicó que se ha notado el incremento de casos de malaria, así como la reaparición de casos de enfermedades tropicales erradicadas y también el deterioro de pacientes con VIH, trasplantados y pacientes que deben tomar medicamentos de alto costo.
Sobre todo, el delegado de Colombia y el de Brasil, proporcionaron cifras alarmantes con respecto a las necesidades de venezolanos por ayuda humanitaria en sus respectivas fronteras, quienes no sólo buscan salud, también educación para sus hijos, y condiciones de vida aceptables.
Brasil ha destinado unos 56 millones de dólares al Ministerio de Defensa de dicho país buscando atender la circunstancia. A pesar de que ratificaron su apoyo diciendo que seguirán acogiendo a venezolanos, por lo que pretenden abrir cuatro refugios más con capacidad para dos mil personas.
Mauricio Rands, secretario de la OEA de Acceso al Derecho y la Equidad, explicó al dar su balance realizado tras una visita a los campos de refugiados que se encuentran en Brasil que el primer día encontraron numerosos y alarmantes casos de desnutrición, malaria y sarampión: “Cerca de 52.000 venezolanos han entrado en búsqueda de permiso permanente o para adherirse a las leyes. De 2.500 a 3.000 son comunidades indígenas, es preocupante la situación de los emigrantes”.
Asimismo, Colombia ha destinado al menos 200 millones de dólares para ayudar a este éxodo masivo de venezolanos que ha visto su frontera en los últimos años.
El secretario general de la OEA, Luis Almagro, aseguró que dos tercios de la población de Venezuela viven en pobreza extrema, indicando que la situación económica de cada venezolano «es peor que un país en guerra”.
“Hay déficit de medicamentos e insumos médicos. Cada persona enferna sufre un calvario diario en Venezuela”, expresó.

Jorge Lomónaco, el delegado de México, pidió a la Organización Panamericana de la Salud (OPS) a hacer público de forma oportuna los daños a la salud pública que se pudieran estar causando a propósito de la crisis.
“Lo que ocurre en Venezuela tiene impacto en toda la región, la situación que viven los venezolanos es una total crisis humanitaria”, acentuó.
Finalmente, las delegaciones restantes dieron a entender datos de sus experiencias con la diáspora venezolana que han ido recibiendo en sus respectivas naciones. Independientemente de lo alarmante, delegaciones como Argentina, Perú, Colombia, Chile y Brasil dijeron que van a seguir tendiendo una mano al venezolano ante esta crisis humanitaria.
Ante la intervención de los países presentes, Moncada aseguró que “desde este foro iniciar una ola desestabilizadora usando como motivo las vulnerabilidades de nuestra sociedad” y calificó de abuso las acciones que se toman en torno a la situación venezolana, “creemos que lo que se está cometiendo acá en una operación política, psicológica que le está preparando la próxima visita al vicepresidente de los Estados Unidos el próximo lunes 7 de mayo”.
A pesar de todas estas intervenciones, las delegaciones no pudieron llegar a un acuerdo. Tal como ocurrió en la última sesión de la OEA realizada en Cancún, México donde se tocó el tema de Venezuela.
De todas formas, Diego Pary, el presidente del Consejo Permanente de la organización, aseguró que se reunirán este miércoles.]]>