En esta tercera entrega de la serie Buen apetito, señor presidente, hablamos del general Medina Angarita, al mando de Venezuela entre 1941 y 1945. Era muy dado a la vida social, en especial a la nocturna entre restaurantes, cabarets y bares de todos los estratos sociales
De intensa vida social y «doble frente” privado, el presidente Isaías Medina Angarita se movía tanto entre los lugares nocturnos populares como los elegantes clubes y restaurantes de la época, éstos últimos a los que acudía con su esposa Irma Felizola de Medina Angarita.
La champaña le acompañaba en todas las celebraciones, también el whisky estaba entre sus bebidas favoritas. Comenzaba la era del escocés para quedarse entre los venezolanos.
Isaías Medina Angarita fue cliente del bar Los Alpes, ubicado entre las populares esquinas de Delicias y Pepe Alemán, donde se encontraba con políticos, artistas, toreros, deportistas, periodistas y personajes de la socialité caraqueña, quienes frecuentaban botiquines para dedicarse a largas tertulias donde el tema político resultaba obvio, mientras, se medían en dominó o ajiley, juego relancino con cartas españolas y fuertes apuestas en metálico.
Calificado como honesto y bonachón, el general Medina Angarita recibió la noticia de su elección presidencial en su casa de la avenida El Ejército de El Paraíso. Luego vivió en la quinta Mercedes, en el sector La Quebradita, donde se ofrecieron cocteles y cenas de gran realce.
En casa gustaba de la cocina con sabores venezolanos. Frecuentó los mejores restaurantes de la época e hizo amistad con Pierre René Deloffre quien se encargó de organizar banquetes y fiestas privadas tanto en el palacio de Miraflores como en el pabellón del Hipódromo de El Paraíso.
Deloffre, protagonista de la nocturnidad caraqueña, fue propietario de varios centros nocturnos como La Suisse, Trocadero, Le Canarí y Longchamp, en este último el general Medina pedía con frecuencia sopa de cebolla y langosta a la thermidor, siempre acompañado de champaña. El brandy también era muy solicitado.
En el night club Trocadero se presentaban grandes shows con vedettes internacionales, entre ellas la famosa rumbera cubana María Antonieta Pons, de quien se rumoreaba que había tenido un tórrido romance con Medina Angarita.
Igualmente frecuentaba la Cervecería Donzella. Le gustaba la comida criolla del popular restaurante Jaime Vivas. El general Medina se sabía mover y comportarse en todos los estratos sociales.
La leyenda urbana, que nunca falta, dice que el golpe de Estado del 18 de octubre de 1945 sorprendió al presidente Medina Angarita en el night club Trocadero.
Bibliografía general de la serie «Buen apetito, señor presidente»
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Nota de la directora: Todos los jueves presentaremos un nuevo capítulo de la serie Buen apetito, señor presidente, escrito por el periodista, investigador y cronista Alberto Veloz Guzmán. Esta es la tercera entrega. Si quiere leer el primer capítulo sobre Juan Vicente Gómez o el segundo capítulo, sobre Eleazar López Contreras, puede hacer clic aquí o en las siguientes notas:
En esta nueva entrega del seriado sobre las preferencias gastronómicas de los presidentes de Venezuela, hablamos de Pérez Jiménez quien, a pesar de la fastuosidad de las fiestas oficiales, mantenía en la mesa familiar sus costumbres andinas
En esta cuarta entrega del seriado Buen apetito, señor presidente, hablamos de las preferencias de Rómulo Ángel del Monte Carmelo Gallegos Freire, presidente intelectual y novelista que tenía clara preferencia por la comida auténticamente criolla