Buen apetito, señor presidente

¿Qué comía Raúl Leoni?

En la quinta Puedpa, propiedad de la familia Leoni Fernández, se comía criollo con acento guayanés, por lo que no faltaban preparaciones como el "pelao" y el sancocho de gallina. Pero también era frecuente encontrar asado negro, bollos pelones y pastel de polvorosa

Raúl Leoni
Foto |cortesía
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La gastronomía guayanesa privó siempre en la casa de la familia Leoni Fernández, ya que tanto el presidente Raúl Leoni como doña Menca Fernández de Leoni eran de El Manteco y Upata, respectivamente, es decir dos guayaneses de pura cepa.

Pero, a pesar de la predilección del presidente Leoni por los platos emblemáticos de esa región, como el pelao guayanés y el sancocho de gallina, era igual a todos los de su generación, “buen diente”, y en general de gustos muy variados y vernáculos.

Raúl Leoni Otero y Carmen América «Menca» Fernández Alcalá de Leoni

En su casa siempre prevalecía la cocina criolla donde tampoco faltaban el arroz blanco diario como acompañante y de principales un asado negro, bollos pelones o pastel de polvorosa. El arroz con pollo era un plato muy dominguero.


Carmen Sofía Leoni, la mayor de los cinco hermanos –Luisana, Raúl Andrés, Lorena y Álvaro– recuerda que sus padres eran austeros y muy familiares, donde no faltaba nada, pero tampoco sobraba.

Raúl Leoni
Familia Leoni Fernández La Casona 1968. Foto cortesía

“Mi mamá -refiere Carmen Sofía- era una excelente cocinera al igual que sus hermanas y conocían las preparaciones típicas guayanesas y de la cocina criolla venezolana en general, por lo que en la quinta Puedpa comíamos muy bien”.

También recuerda la hija mayor de los Leoni que sus padres frecuentaban el que ha sido el más famoso restaurante francés de Caracas, Hector´s en la avenida Casanova, atendidos por Héctor Prosperi donde pedían la tradicional sopa de cebolla e igualmente visitaban su competidor el no menos prestigioso Mimmo´s, de Mimmo Tombión en la avenida Venezuela de El Rosal (actualmente ese terreno lo ocupa el hotel JW Marriott), siempre acompañados del ministro de Relaciones Interiores, Reinaldo Leandro Mora y su esposa Inés Guevara de Leandro Mora.

El presidente Raúl Leoni, Menca de Leoni con el canciller Ignacio Iribarren Borges y Carolina Terrero Aguerrevere de Iribarren. Foto Fundación de Fotografía Urbana

Otros restaurantes también visitados por Raúl y Menca de Leoni fueron The Chic Ambassador, de Dino y Emira Riocci; la Belle Epoque, en Bello Monte; así como el Chez Abadie, en la avenida Los Jabillos de la Florida, sociedad de Tito Abadie y Mimmo Tombión y el Franco, en la avenida Francisco Solano López, regentado por Franco D´Andreis. Frecuentaba la Pensión Ana, en Los Caobos, que todavía sirve sus famosos minestrones y pastichos. El presidente Raúl Leoni se dejaba ver de vez en cuando en el recordado Toni 65, en la galería Lido, de Toni Grandi.

Un acontecimiento importante en la restauración caraqueña sucedió el viernes 23 de abril de 1965 cuando abrió sus puertas el Aventino, restaurante emblemático de cocina francesa. En esa ocasión, Gianni Riocci, propietario junto a sus padres Dino y Emira Riocci, recibieron al presidente Raúl Leoni y Menca Fernández de Leoni, quienes degustaron el famoso Caneton a la Presse (pato prensado), por lo que les entregaron los diplomas en pergamino impreso en oro, azul y rojo con los números 1 y 2 por haber degustado esta exquisitez. La pareja presidencial se había estrenado un año antes en la difícil tarea de conducir el país.

Una parte del menú de Aventino. Foto Alberto Veloz / Archivo Bienmesabe

Entre familiares y amigos eran de antología las preparaciones salidas de las manos de doña Menca, como la lengua guisada con guisantes y zanahoria, el arroz con pollo estilo guayanés y las jaleas de mango o guayaba, que eran el delirio del presidente Raúl Leoni.

En la ocasión de la visita del general Charles de Gaulle a Venezuela, se armó un revuelo con respecto a la comida que debía servirse en el banquete de Estado en la Casa Amarilla. La residencia presidencial La Casona estaba en remodelación y todavía no se encontraba en condiciones para ser habitada.

El presidente Raúl Leoni, Menca de Leoni con el canciller Ignacio Iribarren Borges y Carolina Terrero Aguerrevere de Iribarren. Foto Fundación de Fotografía Urbana

Dada sus dotes de experta y excelente cocinera, doña Menca propuso que la entrada sería una crema de apio criollo, a lo que se oponían algunos gourmands que la asesoraban, entre ellos Rafael Gil Fortoul, Manolo Dagnino y Rafael Domingo Revenga, quienes alarmados por esa ocurrencia le comentaban a doña Menca que era un desatino servir crema de apio, un tubérculo desconocido para el general De Gaulle, eso no era conveniente y la podría rechazar, a lo que respondió doña Menca con su amable trato, unido a su simpatía innata, pero con férreo carácter guayanés: “El apio es muy sano y sabroso, de fácil digestión y al general De Gaulle le va a gustar”.

Charles De Gaulle era un hombre sumamente estricto, adusto, no le gustaban las extravagancias y su alimentación debía ser sencilla, de preferencia cocina francesa, nada de preparaciones exóticas y mucho menos típicas, por lo que “la crema de un extraño tubérculo” no era lo más idóneo.

Pero se impuso el criterio de doña Menca, y en la noche del lunes 21 de septiembre de 1964, en el banquete de Estado con motivo de la histórica visita del Líder de la Resistencia se sirvió la criollísima “Creme de apio” en un menú rodeado de condumios franceses y escrito en el idioma galo.

Abrió la cena el caviar Malossol sur toast, luego Creme de apio, Supreme de pargo poché avec sauce hollandaise y Pommes persillés (suprema de pargo pochada con salsa holandesa y papas salteadas), Poussin a la Véronique (polluelo), Saint Honoré a la creme (St.Honoré a la crema) y Sorbet a l´orange (sorbete de naranja). Por supuesto los vinos eran franceses: Puligny-Montrachet 1955, Gevrey-Chambertín 1953 y la champaña Lanson 1959.

La nota curiosa de este huésped se debió a su elevada estatura de casi dos metros, que obligó a fabricar una cama especial “súper king size” para la suite presidencial del hotel del Círculo Militar donde fue alojado.

¿Qué comía Raúl Leoni?
El General Charles De Gaulle en su visita a Venezuela. Foto aechivo

A partir de ese momento, que se podría calificar como histórico en el mundo de la culinaria caraqueña relacionada con las comidas de gala y banquetes de Estado, comenzaron a aparecer tímidamente platos de impronta criolla en los menús de esas recepciones, y fueron desapareciendo paulatinamente las elaboraciones francesas o afrancesadas, al igual que el idioma de su presentación.

El número de platos se redujo, no por motivos económicos, sino por una tendencia en la evolución de las minutas oficiales ya que se comenzaba a disminuir la cantidad de platos y aparecían más condumios con ingredientes criollos.

Otro ejemplo de la introducción de estos cambios fue la cena que ofrecieron Raúl Leoni y Menca Fernández de Leoni a su colega colombiano Carlos Lleras Restrepo y su esposa, Cecilia de la Fuente Cortés de Lleras Restrepo en la recién estrenada residencia presidencial La Casona, que desde aquel momento se convirtió en el símbolo de la hospitalidad de nuestro pueblo y fue la primera residencia oficial de la Presidencia de la República que identificaba la tradición y el concepto de hogar de la familia venezolana ante propios y extranjeros.


La noche del viernes 17 de junio de 1966, en el hermoso y soberbio comedor principal de La Casona, con capacidad hasta para 100 comensales y el protagonismo de los paneles al óleo del gran pintor Antonio Herrera Toro, que simbolizan las estaciones, las dos parejas presidenciales y sus invitados comieron Crema de apio, Suprema de pargo Bonne Femme y Coq au vin Chambertín. Para finalizar, un criollísimo Bienmesabe supervisado directamente por doña Menca, que se acompañó con champaña Lanson Brut y los discursos protocolares. Los vinos Corton Charlemagne 1961 y Corton Clos des Corton 1961 armonizaron con la arracacha, que es el nombre colombiano para nuestro apio.

¿Qué comía Raúl Leoni?
Comedor oficial de la residencia presidencial La Casona


Una anécdota reveladora de la agilidad, carácter y ocurrencias de doña Menca de Leoni sucedió en el banquete de Estado que le ofreció la pareja presidencial a la Primer Ministro de la India, Indira Gandhi, el jueves 10 de octubre de 1968 en el comedor oficial de la Casa Amarilla, narrado por la que en ese momento fungió de intérprete, la diplomática Rosario Orellana.


Quizá por alguna situación de protocolo de último momento, el lugar de la persona a quien debía servir de intérprete la doctora Rosario Orellana fue ocupado por otra personalidad. A continuación, la situación narrada por la diplomática en Eastside Magazine.


“Estaba previsto que nuestra Primera Dama flanqueara al Canciller de la lndia en el centro de uno de los lados de la mesa y en mi papel de intérprete de ocasión debía intermediar la conversación entre ambos”, narra Rosario Orellana.

“Para mi estupor, la voz desde la silla de alto respaldar como todas ellas, asignada al alto diplomático visitante comenzó a hablarle a Doña Menca en perfecto castellano, con entonación netamente venezolana. Me percaté que se trataba del Presidente del Congreso Nacional, por lo que mi presencia carecía de objeto”.

“La opción de irme dejando la silla vacía se me ocurría la más razonable -continúa Orellana- pero, para hacer el espacio de salida tenía que deslizarla hacia atrás sobre el piso de madera que sonoramente acusaba cada paso y ello, quizá, podía causar un ruido molesto al igual que mi andar el montón de metros hasta la puerta que había sido cerrada y el traje largo agregaba un tris de incomodidad al cavilar mi pequeña maniobra. La voz de Doña Menca decidió el asunto, incorporándome al diálogo con sus vecinos incluso con preguntas “a esta joven” hasta que una vez más volteada hacia mí, dijo “tú vas a hacer que me dé tortícolis. En seguida convocó con un gesto un mesonero, suavemente le ordenó ayudar a introducir mi silla entre ella y el Presidente del Congreso al tiempo que pidió a éste arrimarse un poquito para que dicha silla cupiera. Solo sintió culminada la faena cuando el mesonero cumplió su instrucción de traerme plato y cubiertos porque “tú no puedes estar ahí mirándonos comer”. Me vi, entonces, sentada justo frente al Presidente de Venezuela y la Primer Ministro de la India hasta concluir la cena de gala”.


En esa ocasión en la Casa Amarilla se sirvió Bisque de langosta aux crouton (bisque de langostas con trocitos de pan tostado), Filet de sole sautés aux amandes (filete de lenguado con almendras), Poussin a la Veronique, Fonds d´artichoux Clamart (fondo de alcachofas), carottes (zanahorias) Vichy y pommes croquettes (croquetas de papa). De
postre sorbete y petits-fours. Vinos: Pouilly Fuissé 1964, Chateau Mouton Rothschild 1963 y champagne Lanson Pére-et-fils brut.

Reconocido por todos, todavía permanece en el recuerdo del pueblo venezolano, el cariño y aprecio por “Leoni y doña Menca”, como popularmente se les llamaba, durante su paso por la Presidencia de la República.

Es importante recordar que doña Menca fue la fundadora del Festival del Niño en el año 1964, que luego se convirtió en una institución estable con programas propios llamado Fundación del Niño, la más importante obra social en favor de la infancia venezolana, que continuaron con entusiasmo y profesionalismo todas las primeras damas que le sucedieron.

Prueba irrefutable del carácter afable de esta pareja, llena de bonhomía y sensibilidad social, la ofrece su hija Carmen Sofía Leoni cuando comenta con orgullo y satisfacción que “los 1° de mayo de cada año, fecha en que se celebra el Día Internacional del Trabajo, mis padres mandaban absolutamente a todos los trabajadores de La Casona a sus respectivos hogares, por lo que la residencia presidencial quedaba sola, sin personal que atendiera, ya que ellos debían dar el ejemplo y conceder ese día libre a sus trabajadores para descansar y festejar la efeméride”.

Busto de Raúl Leoni y Menca Fernández de Leoni en el Jardín Botánico de Ciudad Bolívar

Nota de la directora. Si quiere leer otras entregas de la serie Buen apetito, señor presidente, puede hacer clic aquí o pinchar en alguna de estas notas:

Créditos de las fotos

Fundación de Fotografía Urbana
Petre Maxim. La Casona. Centro Simón Bolívar. Talleres Olivenca, Caracas 1973
Wikipedia

Bibliografía general de la serie «Buen apetito, señor presidente»

ALONSO, Elia. Así se come en mi pueblo, Fundación Tere Tere. Caracas 2012.
AZUAJE M., Vida Luz. Anales históricos del Círculo de la Fuerza Armada de Venezuela. Gráficas Armitano C.A. Caracas 2000
CARRERA DAMAS, Germán. Elogio de la gula. Editorial Alfa. Caracas 2014
CARTAY, Rafael. El pan nuestro de cada día. Fundación Bigott. La Galaxia. Caracas 2003
DOMINGO, Giuseppe. Mimmo a la putanesca. Grupo Editorial Cedies. Caracas 2001
EASTSIDE MAGAZINE. Eastwebside.com 7 de julio de 2022
FIHMAN, Ben Amí. Los cuadernos de la gula. Línea Editores, Colección Yantares. Caracas 1983
HERNÁNDEZ PEÑA, Larissa. Los alimentos en Rómulo Gallegos. Un recorrido humanista y civilizador por la geografía de Venezuela. Revista Carátula, Número 120. Junio 2024
LOVERA, José Rafael. Retablo gastronómico de Venezuela. Fundación Artesano Group. Editorial Arte. Caracas 2014
MORÓN, Guillermo. Los Presidentes de Venezuela 1811 – 1979. Meneven. Italgráfica Impresores. Caracas 1979
POPIC, Miro. Comer en Venezuela. Miró Popic Editor C.A. Editorial Arte-Soluciones Gráficas. Caracas 2013
POPIC, Miro. El señor de los aliños. Miró Popic Editor C.A. Editorial Arte-Soluciones Gráficas. Caracas 2017
MAZZEI BERTI, Jesús Enrique. Deleites de un comensal. Gráficas Lauki. Caracas 2019
YANES, Oscar. Cosas de Caracas. Editorial Planeta. Caracas 2003

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