En esta nueva entrega del seriado sobre las preferencias gastronómicas de los presidentes de Venezuela, hablamos de Pérez Jiménez quien, a pesar de la fastuosidad de las fiestas oficiales, mantenía en la mesa familiar sus costumbres andinas
Marcos Evangelista Pérez Jiménez era muy dado a las grandes recepciones, banquetes de lujo y bailes de gala, a los que acudían cientos de invitados, trajeadas de largo las damas y los caballeros de riguroso smoking, ocasiones en las cuales él lucía sus condecoraciones, que coleccionaba con pasión. A la vez era muy tímido, poco comunicativo, distante y de escasos amigos.
Todas las grandes obras de vialidad y edificaciones se debían inaugurar los días 2 de diciembre de cada año, bajo el lema de su administración “El nuevo ideal nacional”, lo que se cumplía a cabalidad ya que el presidente Pérez Jiménez tenía una idea fija con las fechas.
Es así como el edificio del Círculo de las Fuerzas Armadas fue inaugurado el 2 de diciembre de 1953 a las 8:00 en punto de la noche con el corte de la cinta simbólica, bendición de las instalaciones por el Arzobispo de Caracas, palabras del Presidente de la República, condecoraciones, copa de champaña, baile de gala y un gran buffet elaborado por la Agencia de Festejos Obens, para más de mil personas, donde abundó la langosta y el caviar, además de cientos de platos de la cocina internacional.
Por decisión expresa del mandatario todos los bailes siempre debían comenzar con el vals Conticinio, de Laudelino Mejías, que en esa ocasión fue interpretado por la orquesta Billo´s Caracas Boys, la cual alternó toda la noche con la de Luis Alfonso Larrain.
Luego de las inauguraciones generalmente se ofrecía un coctel o alguna recepción, dependiendo de la magnitud de la obra. El epicentro de las grandes fiestas lo constituyeron el Palacio de Miraflores, la Casa Amarilla y el Círculo de la Fuerzas Armadas, así como los hoteles Tamanaco, Ávila y el recién inaugurado Humboldt en el año 1956.
Marcos Pérez Jiménez era tachirense, como una gran mayoría de los mandatarios de Venezuela. Había nacido en el poblado de Michelena. Al igual que sus colegas andinos, a pesar de su actividad social y dado a las grandes fiestas, nunca abandonó su costumbre de desayunar con pisca de huevos y papas, arepas de trigo, café y demás platos de su pueblo natal. Los dulces abrillantados y las frutas en almíbar no faltaban en la mesa familiar. Se dice que era de muy buen comer.
Pérez Jiménez frecuentó el restaurante Le Intimé, propiedad de Pierre René Deloffre, ex prófugo de Cayena, personaje que se hizo indispensable en la vida nocturna caraqueña desde varios años antes y todavía continuaba en la actividad.
En esa época ya circulaba el whisky a raudales, hasta convertirse en la bebida preferida y diaria de los venezolanos. Pérez Jiménez no escapó a esta costumbre.
El restaurante Rancho Tranquilino, en Colinas de Bello Monte, cuya especialidad eran las carnes, en un principio perteneció a Tranquilino y Esmeralda, una pareja de artistas argentinos, era muy visitado por el presidente y sus ministros.
Un souvenir de Rancho Tranquilino. Colección Alberto Veloz
El sentido familiar de los andinos lo mantuvo, y prueba de ello son las fotos familiares en fiestas infantiles con su esposa Flor Chalbaud Cardona de Pérez Jiménez y sus hijas Margot, Florángel, María Sol y Flor de María Pérez-Jiménez Chalbaud.
Marcos Pérez Jiménez en familia. Foto colección Alberto Veloz
Bibliografía general de la serie «Buen apetito, señor presidente»
AZUAJE M., Vida Luz. Anales históricos del Círculo de la Fuerza Armada de Venezuela. Gráficas Armitano C.A. Caracas 2000 CARRERA DAMAS, Germán. Elogio de la gula. Editorial Alfa. Caracas 2014 CARTAY, Rafael. El pan nuestro de cada día. Fundación Bigott. La Galaxia. Caracas 2003 DOMINGO, Giuseppe. Mimmo a la putanesca. Grupo Editorial Cedies. Caracas 2001 FIHMAN, Ben Amí. Los cuadernos de la gula. Línea Editores,Colección Yantares. Caracas 1983 HERNÁNDEZ PEÑA, Larissa. Los alimentos en Rómulo Gallegos. Un recorrido humanista y civilizador por la geografía de Venezuela. Revista Carátula, Número 120. Junio 2024 LOVERA, José Rafael. Retablo gastronómico de Venezuela. Fundación Artesano Group. Editorial Arte. Caracas 2014 PALACIOS, María Fernanda. Artesanía y Cortesía. Los platos de María Luisa Tovar. Editado por Banco Provincial. Editorial Arte. Caracas 1993 POPIC, Miro. Comer en Venezuela. Miró Popic Editor C.A. Editorial Arte-Soluciones Gráficas. Caracas 2013 POPIC, Miro. El señor de los aliños. Miró Popic Editor C.A. Editorial Arte-Soluciones Gráficas. Caracas 2017 MAZZEI BERTI, Jesús Enrique. Deleites de un comensal. GráficasLauki. Caracas 2019 YANES, Oscar. Cosas de Caracas. Editorial Planeta. Caracas 2003
Créditos de las fotos
Colección privada Alberto Veloz Libro La visita al Perú del presidente de Venezuela. Ministerio de Relaciones Exteriores. Caracas 30 de junio de 1955
Nota de la directora: Todos los jueves presentaremos un nuevo capítulo de la serie Buen apetito, señor presidente, escrito por el periodista, investigador y cronista Alberto Veloz Guzmán. Esta es la cuarta entrega. Si quiere leer los capítulos anteriores puede hacer clic aquí o en cualquiera de las notas de abajo:
A Carlos Andrés Pérez le gustaba comer bien, pero cuidaba mucho su alimentación, aunque los domingos se permitía un sustancioso cruzado que cocinaba él mismo en su casa
Con motivo de conmemorarse hoy, 28 de septiembre, un nuevo aniversario del fallecimiento del dos veces Presidente de la República, recordamos sus gustos gastronómicos y culturales. Tenía una vida social muy activa debido a su posición política. Sabía la importancia que tenían las relaciones y lo que políticamente se logra a través de la diplomacia. Era tan apasionado del aguacate que, a veces, se presentaba sin aviso en algún restaurante, y en la mano llevaba una bolsa con el verde fruto