Sencilla y sabrosa, la cachapa de hoja resume la generosidad del maíz. Su preparación es muy similar a la de las cachapas de “budare” que parte del maíz tierno o jojoto, pero su cocción remite a los platillos en los que se envuelve la masa antes de ir al agua
La cachapa de hoja o de olla es un bollo de maíz tierno envuelto en hojas de la misma mazorca y después cocinado en agua y su forma es similar a la de una hallaquita, según explica Rafael Cartay en el Diccionario de cocina venezolana (Caracas, 2016).
Hay que añadir que en algunas regiones del estado Zulia, también son conocidas con el mismo nombre que en los Andes: guapitos.
La preparación de la cachapa de hoja comienza desgranando las mazorcas de maíz tierno o jojoto, estos granos son molidos o licuados para obtener una masa semilíquida a la que se añade la leche obtenida en el procesamiento.
A gusto del cocinero, y los comensales, puede añadirse sal, azúcar o leche, después se vacían porciones de la masa en las propias hojas del jojoto se amarran y van al agua hirviendo.
Amarrarlas sin duda es un arte porque es muy fácil que queden deformes y de ahí viene el refrán “más deforme que una hallaquita mal amarrada”.
Ancestral cachapa de hoja
Se trata de una receta ancestral, en primer lugar, por el uso del maíz, que como afirma la investigadora Ocarina Castillo en una nota de Bienmesabe en 2023: «Cuando decimos que el maíz es americano, quiere decir, que el país además de ser alimento, no solo es un elemento nutricional, sino que el maíz es conformante de nuestra cultura, de nuestro símbolo, de nuestras relaciones, pues es metáfora de nuestra relación con la agricultura, de nuestra relación con la naturaleza”,
Por otro lado, el cronista viajero Galeotto Cey en Viaje y descripción de las Indias, escrito en el siglo XVI, menciona “unas panelitas como de jabón que se envuelven en hojas y se ponen a cocer en ollas”, elaboradas precisamente de maíz.
Tradicionalmente se comen con mantequilla, queso o nata, en el desayuno o la cena, pero también es posible encontrarlas como acompañante de variadas proteínas, como el cerdo o la carne de res.
Armando Scanonne en su libro Mi cocina a la manera de Caracas (1982) registra la receta de la chalupa que se elabora formando capas con las cachapas de hoja o bollitos de maíz dulce. Incorpora un guiso de pollo con sofisticados ingredientes como encurtidos en mostaza y vino dulce Moscatel, además de lascas de queso de mano, para luego ir al horno hasta gratinar.
Rubén Santiago, cocinero trujillano, remozó y refinó la receta de cuajado de su amiga Juanita de Prieto, haciendo cambios significativos que además facilitan el ingreso de este plato oriental a la mesa pública
Se dice que el chupe lo probó Bolívar y también Manuelita Saenz, que viajó por distintos países de Los Andes hasta convertirse en otro de los platillos emblemáticos de la cocina venezolana. Estos son algunos datos de su historia