Gastronomía

¿Cómo se debe beber un buen whisky?

Bien seas asiduo fiel o apenas empiezas en el mundo de esta especial bebida, deberías saber cómo tomarlo de forma correcta y así aprovechar todos sus sabores, cuerpo y aromas que puede contener un buen vaso de whisky servido como más te gusta

whisky
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Lo primero que debes saber sobre el whisky es que es una bebida alcohólica que se obtiene por la destilación de malta fermentada a través del trigo, cebada, maíz y centeno. Esta se logra gracias a su envejecimiento en barriles de madera y el origen de su término deriva de Escocia e Irlanda. Sería razonable la atribución histórica de algunos autores y especialistas sobre las marcas provenientes de estos países, que tienen un alma indiscutible frente a otras. Sin embargo, Alberto Soria, experto en el tema, afirma en su Guía del Whisky que el mejor whisky es aquel que más disfruta uno:
“Cuando -con sed y un vaso aún vacío en la mano- uno les pregunta, los productores escoceses afirman que no hay mejor marca de whisky que la que usted prefiere. En eso estamos de acuerdo”.
Es por eso que no existe realmente una única forma de beberlo (dentro de parámetros establecidos, claro está) ya que mientras disfrutes, conozcas y percibas el espíritu de la bebida, lo demás queda en segundo plano. Sin embargo, entre esas convenciones, existen algunas técnicas que te ayudarán a mejorar de forma significativa la experiencia al encontrarte con esta delicia.

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1. Primero lo primero: ¿Cómo elegir el whisky?
Según Alberto Soria, una botella de whisky puede diferenciarse de otra por tres factores primordiales: primero, el país de origen, bien sea Escocia, Irlanda, Estados Unidos, Canadá, Japón, Venezuela u otros, ya que todas se diferencian por la etiqueta. El segundo factor, es la materia prima, ya que puede ser elaborada a partir de la cebada malteada, maíz, trigo, avena, centeno, cebada no malteada, etc. Comenta Soria en su Guía del whisky:
“El tipo de materia prima usada y su destilación inciden en el precio, en los años de maduración, y en los perfiles organolépticos”.
El estilo de la destilación y la ubicación geográfica es el tercer factor. En el caso del whisky escocés, la información de la ubicación es fundamental ya que su marca está referenciada por su denominación de origen regulada. Sin embargo, es importante reconocer como consumidor, el estilo de destilería, bien sea tradicional de cobre, o alambique industrial.

Elegir un joven o reserva también es una decisión a la hora de consumir el whisky. Las botellas de largo envejecimiento en barricas de roble, son las más costosas y representan todo un arte y esto, genera una diferencia de precio entre una marca y otra. Según Soria, aquellas que no mencionen el tiempo de envejecimiento, por lo general califican como whiskys jóvenes. En cambio, se considera un reserva a partir de los 10 años, sin embargo, la excelencia en reserva es a partir de los 12 años.

Reconocer dónde fue embotellado el whisky es otro factor primordial. En el caso de Escocia, se ha regulado que todo su whisky se embotelle en el país, de lo contrario, si la etiqueta no menciona el lugar de embotellamiento, resta de alguna forma la naturalidad completa de su denominación:
“Por eso la referencia Producido y embotellado en Escocia es fundamental. Por si sola, la mención Producido o Destilado en Escocia, no es suficiente”.
2. Elige el vaso
Ahora que sabes cómo elegir la botella, comienza por degustar. Si ya sabes cómo elegirla, lo más probable es que ya sepas cómo tomarla, pero lo apropiado es comenzar por un buen vaso. Un vaso adecuado también supone la cantidad requerida de whisky para aprovecharlo por completo. Lo recomendable es uno sólido como el rock glass, característico de ser un vaso corto con una base pesada, y si vas a beberlo en vasos altos, que sea uno delgado con bordes rectos. También se utilizan mucho los vasos en forma de copa, que en la parte superior son más estrechas para concentrar los aromas a tu nariz. Estas son usadas para catas y una degustación más profunda de la bebida.
3. Combina (o no) el whisky
Una vez que tengas el vaso, debes escoger la combinación ideal, es decir, con qué tomar tu whisky, o si decides tomarlo solo. Esa última forma es la más simple, aunque según un artículo de whiskies.net la mejor forma sería comenzar por un sorbo de la bebida y luego alternar con agua.
La mayoría de las personas agregan agua al whisky, pero no se recomienda exagerar en la cantidad, ya que puedes dañar el trago. Tomar whisky “a las rocas” también es una opción, sin embargo, el cambio de temperatura puede alterar de manera cuestionable el sabor del whisky, además de la gran cantidad de agua que va desprendiendo el hielo. Lo ideal es tomarlo sin que esté muy frío, mejor dicho, templado y colocar apenas unos dos cubos de hielo, según un artículo de la revista Saberbeber.

A la manera “venezolana” también es una opción. Alberto Soria explica que tomar culey de whisky* es una elección ventajosa para los que desean animarse toda una noche con esta bebida:

“El culey de whisky tiene tres ventajas: la primera, está relacionada con la elegancia… la segunda es que quien lo bebe puro, a la hora y media, o hace el payaso, o pelea con el compadre… usted en cambio, campananeando su culey, está lucido y entero, esperando a que lleguen los tequeños. La tercera ventaja es que le protege a usted de la perdida de la botella del whisky superbueno”.

También existe la satisfactoria opción de convertir tu whisky en un coctel, eligiendo tu bebida favorita para combinar. Las más famosas a base de whisky son el Old Fashioned, el Julepe (con menta), Manhattan, Whisky Sour, entre otros. En Venezuela, muchas veces lo mezclamos con agua de coco, también aconsejable para disimular un whisky muy fuerte.
4. Disfrútalo
Ahora que ya sabes con qué vas a tomar tu whisky, solo debes disfrutarlo y apreciarlo como debe ser. Toma tu tiempo para saborearlo. Aprovecha y percibe los olores en tu nariz antes de paladear. Siente la presencia de la bebida antes de adentrarte a ella. Para eso, agarra el vaso por la base e inhala con cortesía, apenas un gustillo en el sentido del olfato dará pie a nuevas experiencias.

Toma un pequeño sorbo y deja que se aventure en tu paladar por unos segundos, luego bébelo con calma.

Juan Carlos Baucher, especialista en whisky, comenta en un artículo, que es importante que pauses al menos por un momento el tiempo y percibas cómo ingresa el whisky en tu boca, el tacto con el paladar, y su peso en él. Y finalmente, dejar que revele su personalidad:

“El carácter de un whisky se revela en el finish, en el after taste, es decir, en el sabor que se desarrolla en boca una vez que lo hemos bebido”.
Por último pero no menos importante, aprovecha para recordar por siempre, ese momento en tu memoria gustativa. Guarda con recelo el instante en el que percibiste el distintivo de esa marca, del coctel que elegiste y el contexto. Luego le agradecerás a tu cerebro, cuando percibas con amabilidad otros sabores y puedas compararlos en el tiempo.

* Según Alberto Soria, el culey proviene del venezolanismo para indicar un trago largo y aguaíto. Culey proviene del inglés Kool aid que es un saborizante famoso.

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