Rosquillas de anís, para sentirse en España sin salir de casa
Estas confortables rosquillas son como un cálido abrazo. Son fáciles de preparar y rendidoras
Estas confortables rosquillas son como un cálido abrazo. Son fáciles de preparar y rendidoras
Aunque las rosquillas de anís nos llevan directo a España, porque ya son un dulce tradicional de ese país y tiene muchas versiones según la región, realmente son de origen árabe que, se dice, las llevaron en el siglo X a tierras a la península.
En ese entonces se hacían tipo buñuelo y los españoles las fueron mejorando hasta ser las rosquillas de anís que conocemos hoy, con su hoyo al centro para que se cuezan mejor, añadiendo huevo para que sean más esponjosas, y agregándole más dulce.
Un dato curioso es que, según la casa de dulces tradicionales Chapela, las rosquillas de anís fueron las que dieron paso a los también muy españoles churros.
El chef Víctor Moreno comparte una receta de rosquillas de anís, fritas como es la preparación original, para que las prepares este fin de semana y así les des un dulce abrazo a los tuyos.
1. En un bowl bata el huevo y la leche, el aceite de oliva, el anís, el azúcar y la ralladura. Mezcle todo bien. Añada poco a poco la harina y la levadura tamizada y amase hasta obtener una textura suave sin ser pegajosa. Tape con un paño limpio y déjela reposar 1 hora a temperatura ambiente.
2. Caliente el aceite vegetal en un caldero para freír.
3. Haga la forma de rosca con la mano, estire la masa y haga un hueco en el centro para facilitar la cocción.
4. Cuando el aceite esté caliente, fría las rosquitas sin poner demasiadas para que no se peguen.
5. Cuando estén doraditas coloque sobre papel absorbente para que absorba el exceso de aceite.
6. Aún tibias, páselas por azúcar y deje enfriar un poco. Tibias son deliciosas, pero también pueden comerse frías.