5 salsas para pasta fáciles de hacer en casa
La pasta no aburre nunca y menos con estas 5 recetas de salsas que puedes preparar sin complicaciones

La pasta no aburre nunca y menos con estas 5 recetas de salsas que puedes preparar sin complicaciones

La pasta siempre resuelve los almuerzos o las cenas, sobre todo cuando no hay mucho tiempo. Para que la salsa con que la acompañas no sea un problema, te proponemos 5 opciones de salsas para pasta que se hacen rápido y fácil.
Es importante que las prepares a la vez que haces la pasta, para que todo esté caliente al momento de servir.
Haces un sofrito (mejor con aceite de oliva, por el sabor que le da) con cebolla, ajo, ají dulce y cilantro (o lo que tengas en la nevera), bastante tomate en trozos para que se ponga jugosa, le pones sal y pimienta y cuando los vegetales estén cocidos pero aún duritos, le añades una lata grande de atún y mezclas.
Esto no lleva queso, a menos que tú quieras. En su lugar, puedes añadir hojuelas de peperoncino o alcaparras bebé, si te gustan los sabores intensos.
Esta salsa de atún la puedes servir sobre la pasta ya cocida o sofreír rápidamente la pasta mezclada con el atún. Pero no te pases, con un par de minutos será suficiente.

Sí, leíste bien… ¡de Diablitos! La base es una pasatta o salsa napolitana y tienes dos opciones: o hacerla como te decimos más abajo o utilizar una ya hecha. En todo caso, calientas la salsa de tomates (no le pongas aceite) y cuando esté caliente, apagas el fuego y de inmediato le añades una lata grande del jamón endiablado de tu preferencia. Revuelves bien. Pruebas qué tal está de sal, porque muchas veces no necesitas añadirle más.
La puedes acompañar con queso parmesano o con queso amarillo rallado. Con ambas queda mundial. Es puro comfort food por el sabor que le aporta el jamón endiablado.
Esta salsa es mejor servirla encima de la pasta ya cocida.
Para hacerla, nos inspiramos en la Pasta Capresa que servían en la Casa Italia de Caracas. Calientas aceite de oliva en una sartén, y sofríes tomates cortados en 8 partes, para que los trozos se sientan al final, y no se deshagan del todo. También puedes sustituirlos por tomaticos cherries picados a la mitad. La cantidad dependerá de tu amor por el tomate.
Cuando los tomates estén un poco blandos, añades tu pasta ya cocida (mejor si es corta), sal y pimienta al gusto y mezclas bien. Agregas albahaca y mozzarella en cubitos o en bocconcini. Lo dejas al fuego cerca de un minuto, revolviendo siempre, para que el queso se ablande un poco con el calor. Apagas y sirves de inmediato.

Es la salsa para pastas más popular porque, además, sirve de base para muchas preparaciones. Las familias italianas suelen reunirse en época de tomates San Marzano, cuando están más sabrosos y jugosos, para hacer grandes cantidades de salsa que guardan en frascos sellados al vacío, en lugares protegidos por el sol. Les dura todo el año. Sin embargo, también se puede preparar con tomates en lata, de buena marca, y queda buenísima.
La receta que compartimos lleva una lata grande de tomates (de unos 800 gramos). Es súper fácil, pero la cocción demora así que es mejor hacerla el día antes, o unos días antes, y mantenerla en la nevera.
Primero se sofríen dientes de ajo aplastados con el lado de un cuchillo (4 es buena cantidad, pero dependerá de cuánto te guste). Cuando tomen algo de color, se agrega la lata de tomates, se aplastan un poco con un tenedor y se dejan cocinar a fuego bajo por una media hora. Durante este tiempo, hay que ir aplastando los tomates a medida que se ablandan.
Cuando la salsa ya está lista, se le agrega sal, pimienta y un toquecito de azúcar para disminuir la acidez propia de los tomates. La vas probando y le agregas un poquito de sal, un poquito de azúcar, según lo que consideres, pero no te pases con ninguna de las dos cosas. Al final, le mezclas hojas de albahaca fresca, entera o en trozos. Esto se hace de último para que mantenga su aroma.
La sirves sobre la pasta, con un poco de queso pecorino o parmesano encima. Y si quieres, decoras con una hojita entera de albahaca.
Con la salsa napolitana se da una discusión similar a la de la tortilla de papa en España: ¿lleva cebolla o no? Los puristas dicen que no pero, si quieres, la agregas junto con el ajo.

Junto con la napolitana, conforman el dúo más popular de salsas para pastas. Muchos prefieren la boloñesa, porque tiene carne, con lo cual aporta más proteína.
Hay que aclarar algo: lo correcto es decir salsa boloñesa, y no «boloña», que es realmente la ciudad Boloña o Bologna. Si quieres saber un poco sobre esto, puedes leer aquí lo que nos cuenta David Jaimes Messori:
Se hace con carne molida y, al igual que la napolitana, es muy fácil de preparar, pero se toma su tiempo de cocción. Hay muchas maneras de hacerla, pero vamos a compartir una sumamente sencilla, para evitarnos complicaciones con muchos ingredientes.
Para hacerla, se sofríe medio kilo de carne molida, en aceite de oliva, revolviendo, por un par de minutos. Se le agregan sal, pimienta y hierbas para darle sabor, como orégano, romero y albahaca. Si quieres, le pones zanahoria en trocitos. Se le añade una lata de unos 400 gramos de tomates, y se pisan para que se hagan puré. Se agrega media taza de agua y se deja cocinar, a fuego medio, por una media hora. Hay que ir chequeando, porque no debe secarse. Si eso ocurre, se le pone un poquito más de agua.
Transcurrido ese tiempo, pruebas qué tal está de sal, y cualquier cosa le pones un poquito más.
Suele servirse encima de la pasta, pero también queda rica si se mezcla toda la pasta en ella. Esta salsa funciona para pastichos y canelones. Le puedes poner queso parmesano encima.
